El BCE no actúa ni confirma futuros estímulos; mientras, los primeros datos PMI después de Brexit golpean a la libra

26/07/2016

Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos de EBury.

Ya contamos con los primeros datos económicos de Reino Unido, de importancia relevante, posteriores al referéndum: los índices de sentimiento empresarial PMI correspondiente al mes de julio. Y presenta unas cifras con peor aspecto de lo que esperaban los mercados, pues indican niveles que encajarían con una recesión económica en el país, que comenzaría este mismo trimestre. Estos datos contrastan fuertemente con la cadena de datos positivos que nos llegan desde EE.UU., en especial de los datos que se refieren al mercado de la vivienda de este país. Por su parte, el BCE ha hecho todo lo posible por mantenerse al margen, pues ha dejado la política sin cambios y ha proporcionado información muy escasa sobre la perspectiva futura de sus políticas.

En este contexto, la fluctuación de las divisas la semana pasada no supuso sorpresa alguna. Así, el dólar presentó ganancias frente a todas las demás monedas principales del mundo, y las divisas europeas se resintieron, al descender su cotización frente al billete verde en todos los casos entre un 0,6% y un 1,2%.

Esta semana, la atención del mercado ya no se centrará en las noticias macroeconómicas, sino que vuelve a fijarse en las políticas de los bancos centrales. La expectación que despierta la reunión del Banco de Japón es –de nuevo– mucha, y los especialistas en estrategia en su mayoría, donde nos incluimos, espera una flexibilización notable de su política, mediante una combinación de reducción de los tipos, desde el -0,1% actual; y un nivel mayor de compra directa de activos de riesgo. Y lo que es quizá más importante, esperamos que se den señales claras que auguren una coordinación del BoJ con el gobierno japonés en materia de estímulos fiscales. Si el Banco de Japón actúa tal como prevemos, al yen le debería costar trabajo mantener los elevados niveles actuales.

La otra reunión clave prevista para esta semana tendrá lugar en EEUU, pues la Reserva Federal se reunirá el miércoles. No se esperan cambios en sus políticas, pero creemos que su comunicado dará cuenta de la reciente mejora en las perspectivas económicas del país. Puede que los mercados centren su atención en el enorme abismo que media entre el optimismo cauteloso de la Reserva Federal y la escasísima expectativa de los mercados a que se produzcan subidas en los tipos, lo cual supondría un apoyo para el dólar estadounidense.

EUR

La reunión del Banco Central Europeo de la semana pasada no resultó en ninguna sorpresa, y esta vez Draghi no confirmó nuevos estímulos. Es evidente que el BCE está ahora mismo en modo de espera y observación y, por ahora, no da prácticamente ninguna información sobre los efectos posteriores al Brexit. En cualquier caso, Draghi insistió en que el Banco Central Europeo continúa más que dispuesto a actuar, y se espera que para septiembre tenga una perspectiva mucho más clara sobre las consecuencias que el referéndum británico del pasado mes pueda tener sobre la economía de la Eurozona. Cabe destacar que Draghi también defendió de modo explícito una política fiscal más laxa, y repitió que los bancos de la Eurozona siguen siendo solventes.

Sin duda, el BCE debe de haber respirado aliviado al conocerse que los primeros índices PMI posteriores al Brexit de la Eurozona están solo un poco por debajo de las cifras anteriores al referéndum, aunque se sigue manteniendo la tendencia a la baja. La próxima prueba fundamental para el euro se producirá cuando se dé a conocer el nivel de inflación. Sin duda, cualquier sorpresa a la baja –sobre todo en la tasa de inflación básica que se espera que sea del 0,8% para el año– añadirá una gran presión sobre el euro.

GBP

El muy esperado dato semanal sobre inflación quedó eclipsado por las primeras cifras importantes que dan cuenta de los efectos del sorprendente resultado sobre el referéndum celebrado en el Reino Unido. En su totalidad, los índices de sentimiento empresarial PMI experimentaron su mayor caída de toda la serie histórica. El PMI compuesto actual anuncia claramente una contracción importante de la economía británica.

No obstante, no conviene olvidar que, a veces, los índices PMI toman posiciones exageradas ante las perturbaciones, por lo que conviene esperar a las cifras de agosto, que serán tan importantes como las de julio. Cabe esperar que, una vez se diluya la conmoción inicial, la libra se estabilice y los mercados de valores retomen su senda alcista, por tanto esperamos asistir a un modesto repunte de estas cifras

USD

 Los datos publicados en la Eurozona la semana pasada continuaron apoyando una subida de tipos por parte de la Reserva Federal de cara a diciembre.

La mayor economía del mundo parece ignorar los acontecimientos políticos ocurridos en Europa, con el último dato PMI manufacturero que excede las expectativas, al haber aumentado fuertemente de 51,3 a 52,9, a pesar del voto a favor de Brexit el mes pasado al otro lado del Atlántico. Adicionalmente, los datos relativos al mercado laboral han sido positivos, mientras que los datos publicados del mercado inmobiliario siguen en aumento, con la construcción de nuevas viviendas y permisos de construcción creciendo respecto al mes anterior.

Los mercados financieros han reaccionado sin grandes sorpresas, eso sí la solidez de los datos publicados hace que las expectativas del mercado se acerquen cada vez más a una segunda subida de tipos de interés posterior a la crisis. Esto debería proporcionar un buen apoyo para el dólar estadounidense respecto a la mayoría de divisas principales para el resto de 2016.

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