Son cosas de la globalización. Hace no tantos años, que los tipos de interés fueran a subir en Estados Unidos, a los bancos españoles les traerían absolutamente al pairo, pero a día de hoy lo celebran como si la subida fuera en casa.  Muchos están presentes allí y en países de su área de influencia y verán subir sus márgenes solo por este motivo. Y los que no están alí directamente, también se beneficiarán de otras formas, así que todos contentos.

Para colmo, el ogro del Brexit, hasta el momento, no es tal ogro, lo que hace que las previsiones más pesimistas respecto a los tipos en Europa, que hablaban incluso de tipos negativos, se vayan disipando. No mejorarán los márgenes, pero al menos no empeorarán.

El caso es que el mercado se ha empeñado en verle el lado bueno a la subida de tipos en Estados Unidos y esto se empieza a notar incluso en el euro, que aprovecha cualquier noticia para caer en relación con el dólar. Hoy ha sido con el dato de inflación alemán, más bajo de lo previsto.

Lógicamente, el euro más débil favorece a las empresas exportadoras, en especial al sector de automoción y recambios, del que en el Dax alemán hay suficientes representantes como para llevar en volandas al índice. Este es el gráfico intradiario del índice alemán:

Estaba claro que tras el avance de Wall Street en la víspera, en Europa habría apertura al alza, pero lo que ha resultado al final ha sido una subida sostenida, algo que no se veía en mucho tiempo ya que los índices europeos se contentaban en la mayoría de los casos con mantener el nivel alcanzado en el salto de la apertura.

Esta situación ha dejado al Ibex en una zona interesantísima:

Ha perforado al alza la directriz bajista pero no ha podido con la zona de resistencia marcada en el rectángulo rojo. Y es que el volumen no termina de regresar y sin un buen empujón es complicado traspasar esta zona.

Al cierre, el Dax avanzó un 1,07%, el Ibex un 0,80%, el CAC un 0,75% y el Eurostoxx un 1,08%.