La prevista reunión informal de países de la OPEP y Rusia pata acordar medidas que den más estabilidad a los precios del crudo se ha iniciado este lunes 26 de septiembre en Argel. Sobre la mesa, pero si un guión predeterminado, está la fijación de objetivos de reducción de la producción o, al menos, la congelación del bombeo de petróleo.

Sobre el encuentro pesan los fracasos de cumbres anteriores del cártel, como la celebrada en Doha, así como las dificultades de dos de los grandes operadores en el mercado de los hidrocarburos, Arabia y Rusia, para lograr pactos que sean asumidos por otros exportadores.

Si bien, el panorama, pese a las subidas de las cotizaciones en este año, no es demasiado halagüeño para los productores: la relación entre la oferta y la demanda muestra que el desequilibrio, que provoca la existencia de fuertes stocks, está lejos de diluirse. En este contexto, la Agencia Internacional de la Energía  (AIE) ha avisado que el equilibrio tardará más de lo previsto.

Las dificultades de una alianza, aunque no sea relevante, cuentan con otro componente: Iran no quiere reducir sus ventas cuando acaba de acceder a los mercados exteriores después del levantamiento del boicot a sus exportaciones de países occidentales y Japón. Mientras, Arabia se niega a ‘sacrificios’ que no sean compartidos por todos los miembros y no socios de la OPEP.