Los resultados muestran que alrededor del 50% de los votantes opinan que el debate, que tendrá lugar en la Universidad de Hofstra, en Long Island, Nueva York, les ayudará a decidir, mientras que un 10% asegura que no se decantará por ninguno.

El primer ‘cara a cara’ comenzará a las 21.00 -hora de la costa este de Estados Unidos-. Durante 90 minutos, y sin apenas tregua para el descanso, Clinton y Trump deberán defender sendas candidaturas sin apenas margen para el error. Ambos ya tienen el dudoso honor de ser los candidatos peor valorados de la reciente historia norteamericana, en gran medida por los escándalos que arrastran y que a buen seguro saldrán a la luz. Los sondeos, entretanto, siguen sin dar nada por seguro de cara a la cita con las urnas el 8 de noviembre.

Según el estudio, el 39% de los encuestados señala que el debate no ayudará a decidir nada y el 11% considera que no sabe en qué medida le afectará el encuentro, televisado en ‘prime time’ con una cuota de pantalla de unos 100 millones de espectadores.

El 72% de los participantes ha destacado la importancia de que el moderador señale cuándo un candidato está diciendo algo que no es cierto, lo que incluye a un 73% de personas que se identifican como seguidores de Trump frente a un 82% de seguidores de Clinton. «Ayuda a la audiencia, especialmente a mí, a reconocer qué es basura y qué es real», ha señalado Harvey Leven, un profesor de 63 años de Farmington Hills, Michigan. «Es fácil para los candidatos nombrar una cifra y que la gente se la crea», ha añadido.

Clinton, que lleva la delantera en la mayoría de encuestas realizadas, muestra una ligera ventaja en los estados de Ohio y Carolina del Norte. Según los últimos estudios, Trump se encuentra a tan sólo cuatro puntos de la candidata demócrata.

La popularidad de la que fue primera dama se ha visto reducida en las últimas semanas después de que resurgieran las preguntas sobre la ONG Clinton Foundation y el servidor de correo electrónico que utilizaba cuando trabajaba como secretaria de Estado.

Muchos votantes esperan presenciar un debate relativamente civilizado tras meses de continuos ataques entre ambos candidatos. Trump ha instado a las autoridades a encarcelar a Clinton por el caso de los correos electrónicos, y la candidata, por su parte, ha acusado a Trump de racista y ha señalado que no está cualificado para la Presidencia.

El 61% de los encuestados ha manifestado no tener ningún interés en ese tipo de ataques. «Deben dejar de meterse el uno con el otro», ha instado Lisa Miller, de 48 años. «Esto no es un patio de colegio. Deberían crecer y hablar de sus planes», ha añadido.