Tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), entra en vigor el 11 de octubre la circular del Banco de España 6/2016, de 30 de junio sobre Información Financiera Pymes. La principal novedad de esta norma es que cuando un banco decida reducir o cancelar la financiación que presta a una pequeña o mediana empresa (pyme) o a un autónomo deberá hacerlo con un preaviso de 3 meses.

A los 10 días siguientes de ese preaviso, el banco deberá entregar al afectado un informe exhaustivo sobre su situación financiera y sobre su historial de pago. Esa Información Financiera Pyme no tendrá coste alguno para el usuario, salvo que una empresa o un autónomo lo soliciten por su propia cuenta a la entidad.

El objetivo es que, con ese informe del banco sobre su situación financiera y su historial de pagos, una pyme o un autónomo pueda prepararse con tiempo al cierre del grifo de circulante del banco. Y tomar otras medidas, como disminuir sus riesgos, refinanciar sus deudas, o negociar créditos con otros bancos.

La circular del Banco de España, ya en vigor, lo que hace es establecer los criterios para la elaboración del documento Información Financiera Pyme. De esta manera, la evaluación de la situación financiera de la pyme o del autónomo se efectuará a través del análisis de sus estados financieros. En el caso de aquellas empresas que tengan la obligación legal de someter sus cuentas anuales a auditoría se utilizarán los estados financieros auditados. En el caso de los trabajadores autónomos que no dispongan de estados financieros, se utilizará la última información fiscal o patrimonial de la que se disponga.

La Información Financiera Pyme deberá tener también en cuenta 3 tipos de variables:

1.-Variables cualitativas: la antigüedad de la pyme o del autónomo; el tiempo  como cliente del banco; el sector económico en el que opera la firma, entre otros datos

2.-Variables conductuales: la existencia o no de posiciones vencidas; la frecuencia y recurrencia de impagos, incluyendo las alertas de inscripción de la pyme o del autónomo en registros de impagados (RAI, Asnef, entre otros); los descubiertos y excedidos en cuenta registrados en el último ejercicio; la información procedente de la Central de Información de Riesgos del Banco de España.

Al mismo tiempo, el banco, tras estudiar la situación financiera y tener en cuenta las variables, deberá clasificar a la pyme o al autónomo en función de 5 categorías:

1.-Riesgo bajo: del análisis de su situación financiera, del conocimiento que se disponga de él, de su negocio o de la actividad que desarrolle, y del análisis de su comportamiento en relación con la entidad se deduce que tiene una capacidad adecuada para hacer frente a sus compromisos financieros.

2.-Riesgo medio-bajo: existe alguna incertidumbre no especialmente significativa sobre su capacidad para hacer frente a sus compromisos financieros.

3.-Riesgo medio-alto. existen incertidumbres significativas sobre su capacidad para hacer frente a sus compromisos financieros.

4.-Riesgo alto: existen serias dudas de que vaya a ser capaz de hacer frente a sus compromisos financieros.

y 5.-No disponible: cuando no se haya podido disponer de información suficiente para aplicar la metodología de calificación del riesgo.

«Enorme reto» para la banca

Ramón Trías, presidente de AIS Group, consultora especializada en la gestión del riesgo de crédito, pronostica que «la banca tendrá serias dificultades para elaborar el documento de Información Financiera-PYME». La elaboración de este documento “obligatorio” presenta un «enorme reto» para la banca, sobre todo en lo que concierne a la evaluación de la situación financiera de los autónomos.

“El Banco de España en su Circular basa su metodología en el balance de las empresas, algo de lo que muchos autónomos carecen”, explica este experto. “La banca debe ingeniárselas para ser capaz de construir una metodología que le permita elaborar esa evaluación de la situación financiera de los autónomos con información disponible a partir de otras vías alternativas», señala.

Trías recuerda que en España hay más de 1,5 millones de autónomos sin asalariados inscritos en la Seguridad Social y que éstos suponen el «54% del tejido empresarial español».

Para apoyar a la banca a cumplir con esta obligación, AIS Group ha desarrollado un método de construcción de las ratios a partir de la información disponible, como las declaraciones del IRPF y de Patrimonio, la declaración del propio autónomo, o la información procedente de la Central de Información de Riesgos de Banco de España.