El patriotismo del PSOE y demás

20/10/2016

Luis Díez.

Podemos trasladó este jueves al pleno de Congreso la protesta de los inmigrantes almacenados, como si fueran mercancía, en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid), a la espera de ser devueltos a sus países de origen. Los diputados de UP exhibieron unos folios de color morado con las letras D y H, alusivas a los Derechos Humanos. Su dirigente Pablo Iglesias encabezó la protesta y pidió la palabra, la presidenta Ana Pastor, no se la dio. Iglesias habló sin micrófono para denunciar el encarcelamiento y los malos tratos a unas personas cuyo único delito ha sido jugarse la vida para huir de la guerra y la represión en sus países. La mayoría de ellos son solicitantes de asilo. La presidenta Pastor le llamó al orden. Los diputados depositaron sus letras en el escaño del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que en ese momento no había llegado.

La otra nota del pleno, recogiendo el sentir de la calle, fue la protesta del socialista Pedro Saura, aprovechando su intervención a la modificación de la ley de estabilidad económica y financiera, contra el escrache a Felipe González que promovieron unos supuestos estudiantes para impedir que el expresidente del Gobierno participara en una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma. Los socialistas acusaron a Podemos del sabotaje e Iglesias dijo que no compartía “esa forma de protesta”, pero la consideró “saludable” y celebró que algunos jóvenes “saquen pecho contra el terrorismo de Estado”. A continuación recomendó a los socialistas que no tengan “la piel tan fina”.

Los juicios de valor quedan para el lector. Solo añadir en este punto que Mariano Rajoy no dudó en solidarizarse con González. Rajoy acudió a votar el documento que el Gobierno en funciones enviará inmediatamente a Bruselas, con los compromisos de reducción del déficit público ya conocidos: el 4,6 % este años, 3,1 % el que viene y el 2,2 % en 2018. Todos los grupos, menos UP y los nacionalistas catalanes, respaldaron los nuevos porcentajes acordados con la UE el 2 de agosto. Y también todos, menos UP y ERC, que votaron en contra, aprobaron la modificación de la ley electoral con la reducción de la campaña electoral a una semana para que si hubiera nuevas elecciones no caigan el día de Navidad, sino el 18 de diciembre. El PP aceptó las enmiendas del PSOE y C’s de reducir el gasto electoral a la mitad, lo cual es lógico si se reduce a la mitad la campaña electoral.

Con todo, tras la derrota y dimisión de Pedro Sánchez en el Comité Federal del 1 de octubre, en los pasillos del Congreso se daba por hecho que el máximo de dirección del PSOE aprobará el domingo la abstención de los diputados para que Rajoy pueda salir investido en la segunda votación, que tendrá lugar el sábado, 29 de octubre, y jurar el cargo el 30 y anunciar el lunes la nueva composición del Gobierno. Los socios de C’s no quieren a Cristobal Montoro ni en pintura, y todos desean que Fernández Díaz abandone el Ministerio del Interior cuanto antes. Entre las cloacas, la ley mordaza y los CIES, sale más averiado que el coche de Carlos Saiz.

Para casos como el de Fernández Díaz, el del propio Montoro de la amnistía fiscal a los evasores, el de los socialistas “pedristas”, obligados a abstenerse por disciplina de voto y porque ninguno está dispuesto a renunciar al uso de la cuchara ni dejar el escaño, y, por supuesto, para el caso de Felipe González, se inventó hace ya muchos años una palabra con su correspondiente adjetivo: “Patriota”. ¿Alguien puede dudar de que todas sus actuaciones están marcadas por el “patriotismo”? Incluso si se equivocaron alguna vez fue por puro “patriotismo”, es decir, por querer lo mejor para España.

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