Los mercados se han hecho un lío y al final en Wall Street siguen sin un rumbo claro, demasiado pendientes de cualquier comentario de Trump.

Lo que se lleva ahora es que posiblemente Trump va a incumplir la mayor parte de las promesas electorales que hizo, que ya no es tan amigo de subidas de tipos de interés y que todo cuanto creyeron tan favorable hasta hace apenas unos días puede no serlo tanto.

En una palabra, que no se fían del nuveo presidente y que van a necesitar tiempo para adoptar una postura definitiva respecto a él. Les tiene desconcentados y eso es lo peor que le puede pasar al mercado.

Este fin de semana le tocó el turno al dólar, que le parece que ha subido demasiado, y una puya a China, de la que aseguró que está manteniendo su moneda demasiado baja. Si Trump está preocupado por la fortaleza del dólar es que ha dejado de alinearse con la idea de que los tipos de interés están demasiado bajos y si hay una mayor resistencia a que suban, el sistema financiero tendrá más problemas para recuperar margen.

Todo es una pescadilla que se muerde la cola. A Wall Street le asaltan las dudas por las cercanías del Dow Jones a los 20.000 puntos y los factores externos no ayudan precisamente a despejar las dudas.

Por tanto, vivimos un poco en un Día de la Marmota recurrente. Hoy nos acercamos, mañana bajamos, pasado dudamos, al otro reaccionamos y vuelta a empezar. Esperemos que desde el lunes se deje un poco de lado a Trump, aunque mucho me temo que eso tampoco le va a gustar al nuevo presidente, a quien le gustan los titulares más de lo que a un tonto le gusta un lápiz.

Al cierre, el Dow Jones ha perdido un 0,30%, el S&P 500 un 0,30%, el Nasdaq 100 un 0,29, el Nasdaq Composite un 0,63%, el Nyse Composite un 0,27% y el Russell 2000 un 1.44%