Pierre Cardin fue un bicho raro, ahora es un clásico

30/01/2017

Carmen Duerto.

El modisto de 94 años, Pierre Cardin, inaugura en el Teatro Nacional de Cataluña, la 19 edición de los desfiles 080 Barcelona Fashion, con el estreno de la obra de teatro “Dorian Gray. La belleza no tiene piedad” de laque es productor y diseñador del vestuario. El único superviviente de la época dorada de la Alta Costura, contemporáneo de Balmain, Dior o Schiaparelli, sigue en activo. Crea todos los días dos o tres trajes y vive apasionado por el teatro. Ha producido más de 600 obras y si no hubiera despuntado en la moda, habría sido actor. El hombre que dice ser como la «copa de champagne porque doy forma al espumoso» se presenta ante cien periodistas con calma, hablando en inglés, francés, italiano y lentamente en español. Es casi centenario y eso le da una visión de la vida comprensiva «soy comprensivo con los demás, en detrimento mío»

En 1922, Egipto se independiza de Inglaterra, se disuelve el imperio otomano, a Jacinto Benavente le dan el Nobel de Literatura, se descubrela insulina y nace en el Veneto italiano, Pierre Cardin. El diseñador que hizo de su nombre una franquicia colocándosela a más de 700 productos “porque quería ser útil a la mayoría de la gente pero la masa lo ha destruido un poco porque han derivado en la moda pronta y han mutilado mi pequeña creación”, trabajó con Dior y Schiaparelli y cuando Balenciaga no le admitió, decidió crear su propia Casa. Aun así, él, sin rencor, reconoce; “admiro a Balenciaga” y no se quedaahí “tengo una relación de amor con España. Podría alimentarme de jamón serrano y beber vino blanco seco”. En las apenas 40 horas que ha pasado en Barcelona, prácticamente se ha alimentado de jamón ibérico de bellota y vino blanco «como poco y bebo mucho vino blanco». Quizás por eso, es propietario de las bodegas del Marqués de Sade, así elabora el vino a su gusto.  Tiene una lucidez increíble y un tono de voz pausado, él ha venido para hablar de su obra de teatro, que es la pasión que le mueve y no tiene mucho interés en pasar revista a su vida por el mundo de la moda, algo inevitable cuando uno tiene delante a un mito viviente de la Alta Costura.

A punto de cumplir 95 años, sigue creando todos los días dos o tres trajes. Según me cuenta, su sobrino y heredero, Rodrigo Basilicatti «Los piensa por la noche mientras deambula por el edificio del restaurante Maxim´s, que es su casa y al día siguiente acude a su taller que está muy cerca de la casa y sobre un maniquí va colocando las telas que dan forma a sus trajes de Alta Costura». El hombre que ha vestido a Jackelin Kennedy a la que conoció cuando era una jovencita en Capri, a la bailarina Maya Plisetskaya o a Farah Diva,  no encuentra muchos estímulos ahora porque, como él mismo reconoce “hay un desorden, la gente copia, se falsifica. Hay una moda de lo pobre, la ropa se rasga y los ricos imitan a los vagabundos, eso ocasiona mucho paro porque va en detrimento de la moda. El diseño no sirve para crear, se pierden los oficios y las fabricas cierran. Ahora soy un clásico porque voy con corbata, pero antes me tenían por un excéntrico por un bicho raro. Nosotros estamos creando esa moda de la pobreza y generando más paro,pero no voy a criticar lo que se hace ahora y además, a mí no me cabe esa ropa”.

Pierre Cardin, viste un conjunto diseñado por él y en la solapa izquierda lleva prendido el símbolo de académico de la Academia Francesa. Es propietario de las bodegas del Marqués de Sade y del palacio de Casanova en Venecia, no tiene hijos pero sí amigos “No es la amistad lo que me hace tener vínculos con la gente, sino el talento”. Algo que Cardin tiene a raudales “comencé en el teatro de base con ocho años, en el fondo quería ser actor, ¿no ve que soy un poco cómico?,pero la moda me dio tanto éxito en mi vida que preferí apostar por aquello que podía llegar a ser posible. Si no existiese la moda no existiría el tiempo. Nos sirve para transformarnos, es el signo de los tiempos, gracias a ella han existido el siglo XVIII, los griegos o los romanos”. Y al hilo de su obra de teatro,habla de la piedad “Tengo piedad por mí mismo, sólo pido que me respeten. Lapiedad es un placer para hacer y causar placer, es algo liberador”.

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