Falta regulación para garantizar el aislamiento térmico contra las humedades

14/02/2017

Guillermo Cortés, de Humetek. Deberíamos formar parte de la cadena de valor de las constructoras.

Ya han pasado varios años de la burbuja inmobiliaria que se implantó en España. En aquellos años invertir en el ladrillo en nuestro país era un negocio rentable asegurado, pero a día de hoy seguimos sufriendo las consecuencias. La rapidez en construir y vender casas y locales comerciales ha repercutido en su estado de conservación, tienen humedades.

Una de las características en la construcción de esa época era la falta y deficiencia de elementos de aislamiento e impermeabilización empleados en las viviendas. Con el paso de los años, la ausencia de esos materiales en fachadas e interiores de las casas está provocando la aparición de humedades. Entre las consecuencias inmediatas de esa carencia, de las que advierte el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid, está la devaluación del inmueble en un 35% con respecto a su precio de mercado. Con estos datos encima de la mesa, es importante que las empresas especializadas en erradicar definitivamente la humedad empiecen a formar parte de la cadena de valor de las constructoras. Con su participación en el proceso de construcción y aislamiento, el problema de las humedades quedará solventado antes de la entrega de la vivienda y el propietario no tendrá que invertir en obras de reparación con posterioridad.

Si prestamos atención a la legislación que regula la aplicación obligatoria de aislamiento en la construcción de viviendas, nos tenemos que remontar hasta 1979 para encontrar la primera norma básica que exigía incorporar aislamiento térmico como elemento constructivo en las edificaciones. Con este dato podemos afirmar que alrededor del 60% de las viviendas españolas pueden tener humedades, al estar construidas con anterioridad a esa fecha. Mientras que en los edificios construidos después de 1979, alrededor de un 20% tienen o van a tener problemas de humedades en un futuro más o menos inmediato. Esto se debe a la rapidez con la que se construyó durante los últimos años del boom económico, sumado a los materiales de poca calidad empleados. Desde mi experiencia podemos afirmar que prácticamente todas las viviendas en España que carecen de aislamiento térmico tendrán humedades en alguna de sus modalidades: condensación, capilaridad y filtración.

La Ley de Ordenación de la Edificación reguló el sector e impuso una normativa técnica que garantizaba las exigencias de seguridad y habitabilidad. Pero, con todo, no garantizaba la ausencia de humedades y condensaciones en el interior de las casas. Con toda esta información que nos da el paso del tiempo, podemos mirar con cierta distancia cómo se hicieron las cosas y cuáles están siendo sus consecuencias, y llegar a la conclusión de que el aislamiento térmico no ha recibido la atención que se merecía en el proceso de construcción.

El primer paso que debemos dar para que el aislamiento de las viviendas tenga el protagonismo que se merece, es dotarlo de visibilidad e informar a los compradores de sus bondades e importancia en el proceso de construcción. En los proyectos de nueva vivienda, se incluyen valores por defecto establecidos por la normativa térmica vigente durante el desarrollo del proyecto, que garantizan las calidades térmicas mínimas de los diferentes elementos que componen la envolvente del edificio. Pero no fue hasta la implantación del Código Técnico de la Edificación (CTE) cuando el aislamiento térmico cobró protagonismo. Próximamente, con la directiva de eficiencia energética en la edificación, la irrupción de la Certificación Energética de Edificios, el concepto de Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN) y la revisión del Documento Básico HE (ahorro de energía) del CTE, el aislamiento térmico se convertirá en un aspecto de la construcción de la vivienda fundamental para su habitabilidad y ausencia de humedades, además de fomentar el consumo energético responsable.

Uno de los pasos fundamentales en el proceso de la obra es prestar especial atención a los materiales y acabados de la vivienda, sobre todo a los métodos de aislamiento e impermeabilización del edificio, tanto en el terreno como en los tejados y superficies. Para que el resultado sea el más eficiente posible es importante que el técnico encargado del proyecto supervise con detalle todos los elementos de la obra concebidos para evitar la aparición de humedad.

Las empresas especializadas en la erradicación de humedades estamos investigando cómo solucionar de manera definitiva este problema, apostando por materiales derivados de la resina epoxi y uretano. Entre las muchas propiedades de la resina epoxi está que resiste la humedad. En cuanto al uretano, este material es realmente impermeable. Ahora bien, tenemos que aclarar que el éxito del tratamiento elegido para combatir las humedades está repartido al 50% en la elección del producto adecuado para cada patología, y el otro 50%, en su instalación. Si alguno de los dos procesos falla, el tratamiento no será efectivo por mucho que hagamos. La decisión que tomen los mejores profesionales es primordial para dar fin a un problema que se puede solucionar desde la construcción de la vivienda, garantizando su desaparición de manera definitiva.

 

Guillermo Cortés es director general de Humetek (en Twitter, @Humetek)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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