Es una de las huelgas que más preocupan por la importancia del sector de la estiba en la economía española. Desde el Ministerio de Fomento, a falta de cinco días del primer día de huelga convocado por los sindicatos del sector, se apostó por mediar en el conflicto y ha cedido una semana para dar más tiempo a las empresas estibadoras y a sus trabajadores a negociar. La patronal del sector cogió el guante tendido y, a última hora, de este miércoles, los estibadores han aceptado la oferta del Gobierno y aceptado desconvocar la huelga para negociar.

Esa era la condición de Fomento: desconvocar la huelga y ponerse a negociar las condiciones del sector tras la libelización exigida por la Unión Europea. Una liberalización que llegará en forma de Real Decreto, aprobado por el Consejo de Ministros que se celebrará el próximo 24 de febrero. Estaba previsto que se aprobara este viernes, 17 de febrero. El Gobierno les ha dado una semana.

El coordinador genral del sindicato Coordinadora de Trabajadores del Mar (CETM),  Antolín Goya,  ha mostrado, alrededor de las nueve de la noche, la «disposición de sentarse a negociar», al tiempo que confirmaba la desconvocatoria de los paros previstos si es cierto, como ha ofrecido Fomento, que se retrasará la aprobación del Real Decreto y les convoca una reunión.

«No iremos a la huelga la semana que viene si se convoca esa reunión con la patronal», aseguró Goya.

A los pocos minutos un comunicado de todos los sindicatos del sector confirmaba la desconovocatoria de la huelga prevista a los días 20, 22 y 24 de febrero, ante la propuesta del Ministerio de Fomento de retrasar la aprobación de la reforma de la estiba para dar oportunidad de nuevo a la negociación.

«Los sindicatos no ejercerán su derecho de huelga», indicaron en un comunicado conjunto Coordinadora, CC.OO., UGT y CGT. «Esta convocatoria al paro de los puertos sólo perseguía llamar la atención sobre lo intolerable de una imposición en una modificación legislativa de este calado. Si se abre la puerta al diálogo y al consenso, queda sin sentido esta medida», añade el comunicado.

Pocas horas antes, y una vez conocida la oferta, la patronal Anesco también confirmaba su «disposición al diálogo» recalcando que era necesaria la mediación del Ministerio de Empleo a fin de que las negociaciones puedan llegar a buen puerto.

También los empresarios de la estiba tienen previsto negociar el convenio colectivo del sector de la estiba, donde esperan que se incluya lo que ellos denominan «el inevitable procseo de adaptación del modelo de la estiba española», según quedó fijado en la senticia de 11 de diciembre de 2014.

Con las espadas en alto, y mostrada la disposición de ambas partes, el Ministerio de Fomento y el de Empleo se encargarán de poner un poco de orden en la negociación y encauzar los temas para que se alcance un acuerdo.

Un acuerdo muy difícil

Por lo expuesto estas últimas semanas el acuerdo, cuyas negociaciones se encontraban hasta ahora bloqueadas desde este martes, es muy difícil de alcanzar. Hay demasiados puntos conflictivos, aunque el líder de la Coordinadora espera que, inicialmente, en las negociaciones solo se tratarán los temas que Fomento ya ha puesto sobre la mesa: la subrogación de los trabajadores, la experiencia exigida, la formación y las prácticas.

Antolín Goya, no obstante, ha recalcado que el colectivo de trabajadores «no renuncia al registro de trabajadores nacional, pero eso compete a la ley y no tanto al marco de convenio colectivo». Aún así, considera que se podrían tratar algunos aspectos sobre este tema.

De momento, Fomento ha conseguido que se desconvoque la huelga y ha hecho que empresas y trabajadores, al menos, coincidan en la voluntad de negociar. Pero en las negociaciones habrá que limar muchas asperezas como la intención de las empresas de eliminar el periodo transitorio de tres años para adaptar la nueva legislación, mientras que los trabajadores consideran este plazo insuficiente.

La presión de la oposición

En el nuevo giro dado por Fomento para retrasar una semana el Real Decreto de reforma del sector de la estiba ha influidola intervención del dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto con los diputados del PNV pidieran al Gobierno que impulsara el diálogo y retirara el Real Decreto para darles tiempo a tratar de alcanzar un acuerdo. Como explicaba Rivera, se trata de «evitar un choque de trenes». El líder centrista confirmaba que contaba en esta iniciativa con el apoyo de los nacionalistas vascos. En el PSOE aún se lo están pensando, aunque insisten en que debe ser el Gobierno el que dé con la solución. El Ejecutivo que preside Mariano Rajoy sabe que sin sus «socios» no podrá sacar adelante la reforma.