El pulso por los salarios continúa. Si el domingo las manifestaciones recorrían las calles de las principales de toda España, este miércoles serán las sedes empresariales las que oirán lo pitos de la protesta sindical. Con ello, los sindicatos lanzan un ultimátum a los empresarios. Si estos se niegan a subir más los salarios, al menos tanto como suban los precios -y algo más-, las organizaciones de trabajadores llevarán la protesta a las fábricas y los centros de trabajo sin esperar ni siquiera un mes.

La amenaza de huelga podrá oírse mañana miércoles en las sedes de más de cuarenta ciudades españolas, según advirtieron hoy las dos organizaciones sindicales. Acusan a los empresarios a negarse a repartir los frutos del crecimiento económico. Y de tratar de perpetuar un modelo de bajos salarios, que ha depauperado los bolsillos de millones de españoles, vaciado las arcas del sistema público de pensiones, y dejado en la estacada a 2,4 millones de parados de larga duración.

La disputa puede medirse en una cifra. El 1,5% de subida salarial que ofrecen los empresarios. Y que a las organizaciones sindicales les parece insuficiente, aun con el 0,5% adicional, ligado a la productividad, que ofrecen los empresarios. En su lugar, los sindicatos mayoritarios reclaman subidas salariales de entre el 1,8% y el 3%. Y unas cláusulas de revisión salarial que protejan a los trabajadores de los estragos de la inflación, en tasas desbocadas en los últimos meses. Y sobre todo: decir adiós a la congelación; fijando un suelo mínimo a las subidas de salarios en 2017.

«El crecimiento económico no está dando respuesta adecuada a las necesidades de la mayoría de la población”, advierte un portavoz conjunto de ambas organizaciones.

Amenaza de huelgas

Pero las concentraciones de mañana miércoles no son el último paso del camino. Forman parte de una estrategia que puede llegar incluso a paralizar fábricas y oficinas si el próximo 23 de marzo los empresarios continúan sin hacer avanzar el acuerdo salarial, el llamado AENC, previsto para tres años, y cuya última cifra, la de 2017, se dejó abierta, sin que ahora, desde la parte empresarial, nadie se atreva a cerrar.

¿Qué ha sucedido? Los empresarios, que se han beneficiado de un crecimiento de sus beneficios al calor de la recuperación, se encuentran ahora, cuando hay que atar la última parte del acuerdo -el avance salarial para 2017-, con una inflación desbocada, que escaló al 3% el pasado mes de enero a consecuencia de la subida del petróleo.

Los empresarios afirman que la inflación pronto se moderará. Pero los sindicatos manejan otras cifras. Frente al 1% de inflación interanual con que CEOE confía en que acabe el año, los sindicatos esgrimen otras previsiones. Como la de Funcas, la fundación de cajas de ahorros, que pronostica una inflación media del 2,2% al concluir el año.

Debilidad del Gobierno

Además, otros factores influyen en la estrategia sindical. Conscientes de la debilidad del Gobierno, las centrales aprietan el paso a fin de intentar revertir la pérdida de derechos que se ha producido en los últimos años, ligada por ejemplo a la reforma laboral. O a la reforma del pensiones de 2013, que desvinculó del IPC la subida de las pensiones, y que amenaza con ello el poder adquisitivo de millones de pensionistas, condenados a asistir al adelgazamiento de sus rentas por efecto de la inflación.

Por ese motivo, las organizaciones sindicales tratan de coordinar su estrategia en tres frentes. Por un lado, el pulso sindical con los empresarios. Por otro, la negociación con el Gobierno. Y por último la invitación a la mayoría parlamentaria a deshacer los efectos de la gestión del PP de la crisis iniciada en 2008.

“UGT y CCOO han decidido plantear medidas de movilización y presión, convocando concentraciones del 22 de febrero ante las sedes de la patronal, y paros, asambleas y concentraciones del 23 de marzo”, advirtieron hoy.

“A pesar de encontrarnos a finales de febrero, aún no ha sido posible pactar con las organizaciones empresariales un incremento salarial para 2017, como estaba pactado en el III AENC”, añaden.

“Si los procesos no avanzan de manera adecuada, plantearemos las medidas de movilización y presión que exige la situación”, lo que incluye la convocatoria de “paros, asambleas y concentraciones” el próximo 23 de marzo. “Las soluciones no pueden esperar”, sentencian.