El Ibex se destaca en las Bolsas europeas, por el lado negativo. Mientras el resto de los principales índices siguen al alza, el Ibex ha caído con fuerza.

Esta mañana bromeaba yo en la radio con Jaume Segalés sobre si el Ibex es como el Atleti, que no le gustan las cosas fáciles. Definitivamente, el selectivo español es como mi Atleti ha sido tradicionalmente: imprevisible.

Precisamente por eso, cuando esta mañana las Bolsas comenzaron a flojear, el Ibex se puso al mando de las operaciones. Si hay que bajar, el selectivo español es un auténtico especialista en la materia.

El problema es que cuando a media mañana en el resto de los grandes mercados decidieron darse la vuelta aprovechando la retirada de uno de los candidatos centristas a las elecciones presidenciales francesas, el Ibex se quedó mirando. Ya tenia trazado el plan y fue incapaz de cambiarlo a media sesión.

Por el consabido y archiconocido método de dar cera al sector bancario, el Ibex quedó de nuevo rezagado con respecto a Europa. Pero no un poco rezagado. Vean estos dos gráfico y saquen sus propias conclusiones:

Las diferencias saltan tan a la vista que no hace falta ni comentarlas. Una pena que el selectivo español vaya a perder otra oportunidad de salir del atolladero. Será por eso que el Dax alemán está a poco más de 300 puntos de sus máximos históricos y el Ibex ni los cuenta.

Al cierre, el Dax avanzó un 0,26%, el Ibex perdió un 0,88%, el CAC ganó un 0,15% y el Eurostoxx repitió, con un 0,00% de variación.