Las Bolsas europeas se frenan en seco y el Ibex sigue en su mundo al revés

23/02/2017

Miguel Larrañaga.

La rebaja de las expectativas de mayor crecimiento por las medidas de la administración Trump han provocado un frenazo en seco en las Bolsas europeas. Como ya viene siendo habitual, el Ibex ha ido por libre en cuanto al resultado final de la sesión.

Todo parecía muy bonito, casí idílico. Las Bolsas europeas se mantenían en una tonica positiva y el único factor de preocupación era la tendencia del Dax a no seguir avanzando tras los niveles conseguidos tras la apertura. Nada preocupante dado que también ha sido el mejor índice en los últimos días y le viene bien un descanso.

Pero se armó cuando menos se esperaba. El secretario del Tesoro puso en duda que las medidas económicas que prepara la administración Trump vayan a tener efectos visibles antes de 2018. En realidad, nada que la teoría económica no conozca de antemano. Una cosa es cuándo se toman las medidas y otra cuándo se sienten sus efectos.

Parece que nadie había tenido en cuenta esta vez algo tan elemental y que todas las cuentas de la lechera parecían partir del efecto inmediato de todo lo que se ha anunciado que se va a poner en marcha, comenzando por la reforma fiscal. Y, lógicamente, les han entrado los nervios.

El asunto tiene su aquél. Resulta que las medidas de Trump eran el antídoto para compensar los efectos negativos que tendrían las subidas de tipos de interés, que esas sí se notan desde el mismo momento en que suceden.

Han caído en la cuenta de que en el otro lado de la balanza, en realidad, sólo hay aire. En primer lugar, de momento no hay ni tan siquiera medidas. Cuando las haya, habrá que analizarlas a fondo y luego esperar a que surtan efectos. Pero los tipos van a subir sí o sí y más pronto que tarde. Ya lo avisó Yellen.

Y las Bolsas europeas se orientaron a la baja desde ese mismo momento en el que se conocieron estos ‘pequeños detallitos sin importancia que hasta ahora han obviado porque no habían caído de insignificantes que son’. Lo mejor que le pudo pasar a la sesión fue terminar.

Pero no dejo de preguntarme algo fundamental. ¿Y a Europa qué más le da lo que haga Trump en Estados Unidos? ¿Por qué no empieza a valorarse aquí lo de por aquí?

La primera pregunta tiene una respuesta bien sencilla. Le va la vida en ello. El dinero, no lo olvidemos, no está en Europa y los mercados viven de él. Por tanto, lo que pase con el dinero americano es fundamental a este lado del Atlántico.

En cuanto a la segunda pregunta, me van a permitir ustedes que no entre en demasiadas profundidades y simplemente enuncie algo que tengo en la cabeza desde hace ya mucho tiempo: el euroescepticismo no crece porque sí; lo alimentan a base de bien esos que dicen defender la idea de Europa.

La incompetencia, la ineficacia, la exasperante incapacidad de respuesta rápida, la burocracia más aplastante que uno se pueda imaginar, el despilafarro y, últimamente, la insolidaridad. Todo eso es la UE. Y mucho más. Mejor estar pendiente de mirar hacia otro sitio porque como miren hacia lo que tenemos aquí, la caída en picado está asegurada.

Aunque como siempre hay algo en lo que consolarse, hoy toca mirar al Ibex con buenos ojos. El selectivo español, que ayer bajaba mientras el resto subía, parece apuntado al mundo al revés y hoy sube cuando los demás bajan.

Es cierto que es una subida de esas de ‘subir bajando’ tan típicas del selectivo español, pero subida al fin y al cabo. Genio y figura un Ibex que no sabe donde va y que parece más desorientado y desquiciado que nunca.

Al cierre, el Dax perdió un 0,42%, el Ibex avanzó un 0,17%, el CAC un 0,09% y el Eurostoxx un 0,16%.

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