En un calculado discurso pronunciado ante el presidente de la Generalitat y 600 asistentes en  la cena de la entrega de premios de Fomento del Trabajo, entre los que se encontraban dirigentes de patronales de otras regiones de España; Joaquim Gay de Montellà, anfitrión de la gala, ha defendido a partes iguales la unidad de mercado en España y un nuevo modelo fiscal para Cataluña, aunque alejado de las veleidades segregacionistas que “provoquen tensiones innecesarias”.

Para el patrón de los empresarios catalanes, Fomento “defiende la unidad de mercado porque creemos que es imprescindible para el progreso de Cataluña y sus empresas”. De hecho, ha señalado que “el 60% de la producción catalana tiene como destino el mercado español”. Al tiempo, Gay de Montellà ha recordado que Fomento del Trabajo “abanderó en el año 1899 la demanda de un concierto económico para Cataluña en unos momentos en que el Gobierno del Estado no cumplió sus compromisos y decepcionó las expectativas lógicas de los empresarios catalanes”. La protesta protagonizada por el empresariado catalán hace 112 años fue una huelga fiscal que ha pasado a la historia como “tancament de caixes” (cierre de cajas), refiriéndose a las cajas registradoras de comercios y negocios.

Cataluña pierde 100 empresas al mes

Tras constatar que, «en Cataluña, podemos perder más de 100 empresas cada mes», y que el país «no se puede permitir» una tasa de paro juvenil que supera el 43%, el presidente de Fomento del Trabajo ha realizado un canto a la confianza porque hay indicadores, como el auge de las exportaciones, que permiten mantenerla. En su calculado discurso, también aprovechó para pedir a Artur Mas “seguridad jurídica, un sistema fiscal mejor y mayor flexibilidad del mercado laboral”. También ha reclamado unidad empresarial e incluso ha hecho un llamamiento a los sindicatos para que “nos entiendan, aparquen las diferencias y que juntos encontremos un espacio de complicidad para superar esta situación grave e insolidaria”.

Gay de Montellà jugó al pragmatismo y alabó los recortes que aplica el gobierno catalán en Cataluña. Unas “decisiones difíciles”, pero tan complejas “como necesarias”. Igual que se alineó la Generalitat en lo relativo al pacto fiscal, se mostró contundente, siempre de manera indirecta, con las idas y venidas de su gobierno. “No nos queda margen para improvisaciones. Vivimos una crisis de confianza”.

Para despejar dudas acerca de la posible alineación de Fomento con las tesis nacionalistas de CiU, el presidente de la patronal ha subrayado que su organización, que tiene 240 años de historia es “independiente”. Y evocó la historia de la entidad y los avatares superados a lo largo de su existencia frente a regímenes políticos diversos.

Artur Mas: “No tengáis miedo”

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, agradeció las palabras de Gay de Montellà y pidió a los empresarios catalanes en la clausura de la gala de premios de Fomento del Trabajo  que «no tengan miedo» a pesar del momento difícil. «Estoy en contacto con muchas realidades diferentes, pero no tengáis miedo. Es verdad que como país hemos cometido errores, pero ningún país por fuerte, por poderoso que sea, está libre de haber cometido errores», ha asegurado el presidente catalán.

Mas ha resumido los tres puntos fuertes que Cataluña ha logrado desde la celebración de los Juegos Olímpicos, veinte años en los que «hemos acumulado nuestros puntos fuertes, tenemos la base exportadora, nuestra capacidad de producción científica y nuestro tercer gran activo es Barcelona, una capital de gran atractivo que es una gran tarjeta de presentación»

Rosell, “responsabilidades, palabra del futuro”.

Joan Rosell, presidente de la patronal española CEOE y antiguo presidente de Fomento del Trabajo, ofreció su apoyo a la clase política para que ponga en marcha los cambios que permitan superar la situación económica actual. “Nos jugamos el país”, dijo Rosell para después declarar que los empresarios siempre van a estar al lado de los políticos para ayudarles a hacer reformas.

Rosell aprovechó su presencia en la gala anual de la organización que ha dirigido durante 15 años para reivindicar el papel de la patronal catalana en el europeísmo español en su apuesta por el industrialismo y glosar el papel de algunos de los últimos presidentes como Antoni Algueró, Alfredo Molinas y el propio Carles Ferrer Salat, cuyo nombre llevan los premios entregados a los empresarios de Freixenet, Softonic, Semillas Fitó, Industrias Titán, Grifols y el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, como empresario del año.

El patrón de patrones también alertó de la necesidad de que el empresariado adopte, en esta coyuntura, una actitud pedagógica en la sociedad. “Si no decimos las cosas con didáctica será difícil que salgamos de la crisis”. De ahí que reivindicara a renglón seguido que el papel del empresariado se divulgue desde las escuelas. “Sin empresarios, ejecutivos… este país no va a salir del socavón en el que está”.

Fainé agradece el premio a sus 28.000 colaboradores

El galardón empresario del año de Fomento de Trabajo, valora tanto el trabajo de Fainé al frente de la CECA en el período en el que las cajas de ahorro han asumido su reestructuración, como la exitosa conversión del negocio financiero de La Caixa en CaixaBank, el tercer grupo bancario español. Isidre Fainé ha asegurado en el discurso que pronunció en nombre de todos los galardonados, que recibe su premio gracias «a las 28.000 personas que engrosan el grupo La Caixa» y ha manifestado que lo importante es «el trabajo silencioso, el que tiene verdadero sentido, con un proyecto razonable más las intuiciones humanas, lo cual reforzará la confianza colectiva».

Para Fainé, es hora del trabajo silencioso, del que pone en marcha las facultades humanas naturales en torno a un proyecto razonable; con sentido de la realidad, por más compleja que ésta sea; tratando a las personas como deberían ser y conduciéndose con pragmatismo, porque el día más importante siempre es hoy. Con una buena gestión del tiempo, lejos de las interminables reuniones y desempachándonos de tanta tecnología. Un tiempo que hay que sembrar de esperanza y vitalidad, dando sentido al trabajo de los colaboradores, que siempre han de comprender el qué, el para qué y el por qué hacen lo que hacen.

Y tener siempre en cuenta que las palabras más difíciles de pronunciar son “admito que he cometido un error”; que las más motivadoras, “me siento orgulloso de ti”; las más participativas, ¿y tú qué opinas?; las más cordiales, “hazme el favor”; las más agradecidas, “muchas gracias”; la más valorada, “nosotros”, y la menos importante, “yo”.

En opinión de Fainé, hay que adaptarse a los nuevos tiempos, ya que «la incertidumbre es el mundo del empresario. Si un directivo quiere trabajar con certeza será otra cosa, pero no será un directivo».

El acto ha contado con la presencia del secretario general de la Unión por el Mediterráneo, Youssef Amrani, que reclamó más invesiones en el norte de África.