Fernández Ordóñez señala que la reforma laboral no puede ser gradual

01/12/2011

Salvador Arancibia. El gobernador del Banco de España ha reiterado la necesidad de acometer una reforma laboral en profundidad, “que no sea gradual” y que acerque el marco laboral en seguridad y flexibilidad al de la mayoría de los países europeos. La agudización de la crisis puede exigir nuevos esfuerzos en saneamiento y reestructuración del sistema financiero.

En una conferencia dictada para presentar un libro editado por la Fundación de Estudios Financieros, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha señalado que las tareas que debe hacer España para salir de la crisis, además de las que debe implementar la Unión Europea, se centran en la reforma laboral, la contención del déficit público y la finalización de la reestructuración del sistema financiero español.

Respecto a la primera cuestión Fernández Ordóñez ha recordado que el Banco de España, y él mismo, han venido solicitando que se pusiera en marcha un marco de relaciones laborales que acerque la realidad española a la de la Unión Europea desde mucho antes de que se tomara conciencia de su necesidad. Por eso se ha felicitado porque Mariano Rajoy, aun antes de tomar posesión como presidente del nuevo Gobierno haya pedido a sindicatos y patronal que negocien y se pongan de acuerdo porque de otra forma lo hará el Gobierno una vez pasadas las navidades.

El gobernador ha vuelto a explicar sus argumentos a favor e una legislación laboral que aúne seguridad con flexibilidad como única forma de lograr la ‘devaluación interior’ que de otra forma, señaló se llevaría a cabo con mayores sufrimientos para la población. No quiso concretar qué aspecto debe contemplar dicha reforma, “ahora es el momento de que el Banco de España calle y que hablen los interlocutores sociales y el Gobierno”, señaló pero lo que si afirmó es que no podía ser gradual sino que debe ser total.

Para Fernández Ordóñez, la reforma laboral es necesaria no solo para recuperar competitividad sino para generar empleo, lo que se traducirá en una reducción del déficit público, al haber menos gastos en el subsidio de paro, y mayores ingresos por la mayor renta de los trabajadores y el aumento del consumo y la actividad. Además, una caída del paro ayudará también al sistema financiero, al reducirse la morosidad y aumentar la demanda solvente de créditos.

La segunda cuestión a llevar a cabo es el mantenimiento del compromiso del Gobierno de reducción del déficit público de cerrar 2012 en el 4,4$ del PIB “cualquiera que acabe siendo el cierre del presupuesto del presente año”. Es imprescindible para que se recupere algo de la confianza perdida en los mercados internacionales sobre la capacidad de la economía española de hacer frente a sus compromisos y por lo tanto que disminuya la presión sobre la deuda soberana.

En último término el gobernador se refirió al proceso de reestructuración del sistema financiero español señalando lo que se ha hecho hasta ahora (saneamiento por valor del 10% el PIB, aumento el tamaño medio de las entidades financiera gracias a los procesos de fusión de las cajas de ahorros principalmente y disminución de la capacidad instalada en el sector) apuntando los cambios legislativos que tuvieron que instrumentarse para hacerlo posible y explicando porque el camino elegido había sido mejor para el sector financiero español que el llevado a cabo en otros países.

Fernández Ordóñez señaló en varias ocasiones que lo hecho hasta ahora ha servido para sanear una parte del sistema pero que aun queda mucho camino por recorrer y que, como el Banco de España avisó desde el principio de la crisis, si las condiciones económicas se modifican pueden ser necesarios nuevos esfuerzos. Y, señaló en su intervención, las últimas previsiones económicas de España y de la zona euro apuntan a un debilitamiento del crecimiento económico y por tanto a que las entidades financieras han visto como la presión sobre ellas ha aumentado y por tanto “las necesidades de ajuste y reestructuración no sólo se mantienen sino que se han incrementado”.

No ha querido ser más explícito ni en su intervención ni posteriormente en la comparecencia ante la prensa pero todo indica que en el futuro cercano puede iniciarse una nueva ronda de fusiones y de reducción de la capacidad instalada en el sector para adecuarse a las nuevas circunstancias.

En todo caso, el gobernador señaló que se deben mantener los criterios sobre los que se ha actuado en el pasado tratando de “anticiparse al futuro”, conseguir que se minimicen “los recursos públicos utilizados en la reestructuración”, reducir la capacidad, condicionar las ayudas, sanear los balances y fomentar la transparencia de las entidades. Puso especial énfasis en la condicionalidad de las ayudas diciendo que “no hay que ayudar a quien no se ayuda” y que deben recibir las ayudas quienes “ajusten su capacidad y aumenten su eficiencia”.

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