El número de parados que dejó su empleo hace tres años o más aumentó un 43 por ciento en 2011, hasta rozar los 705.000 desempleado, según los datos facilitados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con este incremento, la cifra de parados de muy larga duración alcanza ya a un 15,4 por ciento del total de desempleados, casi 4 puntos más que el anterior.

El paro de muy larga duración golpea especialmente a las mujeres, según los datos extraidos de una submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA). Cerca de 440.00 mújeres habían perdido su empleo hacía más de tres años a finales de 2011, frente a los poco más de 265.000 hombres en la misma situación.

El paro de muy larga duración resulta especialmente dramático al cruzar los datos con la cobertura por desempleo. En España, el derecho a cobrar la prestación por desempleo se extingue a los dos años de perder el trabajo. A partir de ese momento, los desempleados sufren una drástica caída en sus ingresos puesto que ya solo pueden optar al llamado subsidio, una renta asistencial que apenas supera los 400 euros.

Según los datos del INE, la vía más directa para ingresar en la lista del paro sigue siendo el contrato temporal. Así, un 52 por ciento de los desempleados alegaron como causa principal parar ingresar en el paro la finalización de su contrato de trabajo, mientras que el 23,3 por ciento se apuntó al antiguo INEM a causa de un despido o de la supresión de su puesto de trabajo.

El valor de la formación

La formación se revela una vez más como el mejor seguro contra el desempleo. Así, la mayor tasa de actividad –un 82 por ciento- se presenta entre aquellos que han finalizado la enseñanza secundaria superior y que se han formado en alguna de estas materias: ciencias; mecánica y electrónica, industria manufacturera y construcción; agricultura; salud y servicios sociales.

Por el contrario, las personas con estudios en formación básica y desarrollo personal presentan tasas de actividad inferiores al 52 por ciento. En este caso, la tasa de actividad entre las mujeres es aún menor y apenas supera el 40 por ciento.

En cuanto al desempleo, las tasas de paro más elevadas se registran entre las personas con programas de formación básica y desarrollo personal, un 26,7 por ciento. En el lado opuesto, el colectivo con menor tasa de desempleo se da entre los formados en educación – 9,63 por ciento- y en salud y servicios sociales –un 11,65 por ciento-.

Aun así, la tasa de paro creció en casi todos los sectores en función de la formación, con la excepción de artes y humanidades, y servicios.

Por edades, el grupo de 16 a 24 años presenta las tasas de paro más elevadas (+40 por ciento), especialmente en los sectores de programas de formación básica y desarrollo personal; agricultura; artes y humanidades; ciencias sociales, enseñanza comercial y derecho y mecánica, electrónica, industria manufacturera y construcción.

En cuanto al tipo de contrato, cerca de 360.00 personas trabajaron a tiempo parcial con la intención de disponer de más tiempo para cuidar a personas dependientes, un 0,6 por ciento menos que en 2010. La práctica totalidad de quienes lo hicieron fueron mujeres. Y un 55 por ciento de ellas denunció la falta de servicios adecuados para la atención a personas dependientes.