Bruselas vigilará que las ayudas a la banca sean para entidades viables

21/06/2012

Miguel Ángel Valero. Las necesidades de capital, que “no son imperiosas” según el Banco de España, se concentran en las entidades nacionalizadas, y re resolverán mediante estrategias individualizadas.

El Gobierno se ha gastado dos millones de euros en algo que puede ser descrito como el parto de los montes. El Ministerio de Economía encargó a las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger unas pruebas de resistencia (stresstest, en la jerga anglosajona que tanto prolifera en el sector financiero) sobre la banca española. Lo que se buscaba era “reforzar la transparencia del sistema financiero”, según el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre. Y “disipar con este ejercicio de transparencia adicional cierta incertidumbre sobre el sistema financiero”, señala Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España y, por tanto, presidente del Frob. Era la presentación de los resultados de las pruebas de resistencia, y la primera vez que Economía y Banco de España compartían un encuentro ante los medios de comunicación tras los desencuentros entre el ministro Luis De Guindos y el anterior gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordoñez.

Las pruebas, que como admitía desde el inicio su principal promotor “no pretenden identificar entidades con necesidades de capital”, concluyen con lo que ya se sabía. Partiendo de dos escenarios, uno base, “el más probable” según el subgobernador, y otro “severamente estresado” (contempla entre un 55% y 60% de caída del valor de la vivienda desde los máximos de 2008), y “más adverso que cualquier stresstest realizado hasta ahora”, y con toda la cartera de créditos (incluido a familias y pymes), se ha evaluado la capacidad de resistencia de 14 grupos bancarios, que suponen el 90% del sistema financiero.

Primera conclusión de Oliver Wyman y de Roland Berger en sus trabajos por separado: las necesidades de capital de la banca estarán muy por debajo de los 100.000 millones de rescate o “ayuda financiera” (según el término que prefiere Luis de Guindos para no tener que pronunciar la palabra maldita) pactados por España con el Eurogrupo. Segunda: estas necesidades se concentran en las entidades participadas por el Frob (CatalunyaCaixa, Banco de Valencia, NovaGalicia y Banco Financiero y de Ahorros/Bankia). Tercera conclusión: los tres grandes grupos (Santander, BBVA, CaixaBank) no necesitarán más capital. Y el resto se divide entre los que seguramente no van a necesitar más capital; los que sí lo van a necesitar, pero son capaces de obtenerlo por sus propios medios; y los que requerirán ayudas públicas pero “muy moderadas”, según Restoy.

No estamos hablando de necesidades imperiosas de capital”, precisa el subgobernador, porque el escenario de extrema tensión “está muy lejos de producirse”. Pero la primera medida adoptada por el Frob ha sido aplazar sine die las subastas de CatalunyaCaixa y del Banco de Valencia, para que no entorpezcan el proceso de reestructuración del sector. “Las entidades intervenidas seguirán funcionando con toda normalidad”, insiste Restoy, mientras Jiménez Latorre precisa que “no se van a liquidar entidades y se va a seguir con la solución más barata, sanear para luego adjudicar”.

La segunda decisión adoptada tras recibir esta información “no desfavorable” sobre la situación del sistema financiero español es encargar una prueba de resistencia adicional, más afinada y de mayor profundidad, para determinar las necesidades de capital de las entidades individuales, que se realizará a mediados de septiembre.

Antes, “en los próximos días”, España hará la petición formal de rescate para la banca ante el Eurogrupo, y se firmará el memorándum, con las condiciones del crédito. Se mantiene el 31 de julio como fecha de publicación de las conclusiones de los trabajos de cuatro auditoras (KPMG, Ernst & Young, Deloitte, y PwC) sobre las provisiones por insolvencias de la banca.

Y tras la prueba adicional de resistencia, las entidades financieras podrán solicitar las ayudas, y tendrán 15 días para presentar el correspondiente plan de reestructuración.

Vigilancia de la Comisión Europea

Si la patronal bancaria española reclamaba que las ayudas se concedan a los grupos que se van a hacer cargo de las entidades inviables, queda meridianamente claro que la Comisión Europea vigilará que el dinero concedido a la banca española se destine exclusivamente a instituciones financieras que van a ser viables. También, que el plan de reestructuración de las entidades que soliciten ayudas públicas deberá ser aprobado también por la Comisión Europea. Em otras palabras, que Bruselas vigilará con lupa el uso del dinero del crédito.

El subgobernador del Banco de España envía también un mensaje claro: la estrategia a seguir en cada entidad “débil” será decidida “caso a caso”, porque no hay “soluciones homogéneas”.

Y el secretario de Estado de Economía precisa que no habrá una tercera reforma financiera (tras las dos diseñadas por el equipo de De Guindos, una en febrero y otra en mayo), sino que se incrementará la provisión genérica, para que las entidades tengan más colchón ante situaciones adversas.

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