La flexibilidad de que hicieron gala los sindicatos de Nissan posibilitó hace un año que la planta de Barcelona lograra la adjudicación de la producción de la versión eléctrica de la furgoneta NV200 y de una pick up a cambio de una reducción de costes laborales y una mayor flexibildiad. Pero ahora, la factoría de la Zona Francia del fabricante nipón ha perdido la oportunidad de aumentar la producción y la plantilla con una nueva inversión debido a la falta del acuerdo laboral que exigía la multinacional japonesa. La dirección de la compañía culpa a los sindicatos de la pérdida de una inversión de 14 millones de euros para producir 24.500 unidades más al año de una nueva furgoneta tipo “pick up”, con lo que se consolidarán unos 300 empleos.

En un comunicado, la empresa califica de «paso atrás» la pérdida del proyecto industrial por la negativa sindical. El consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres, advierte que «cualquier oportunidad futura pasa por llegar a un acuerdo de mejora de la competitividad» y que, de no ser así, se corre «el riesgo de no conseguir nuevas oportunidades», lo que afectará al «futuro a medio plazo» de la factoría catalana.

El comité de empresa de Nissan ha acusado a la dirección de la compañía de chantajear a los trabajadores y aprovechar la coyuntura de crisis internacional para rebajar las condiciones laborales, consistentes en una rebaja salarial del 25% para las nuevas contrataciones y la introducción de una mayor flexibilidad en el calendario de producción, ya que se perseguía aumentar o reducirlo en 25 días anuales.

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