La asociación Asempleo ha puesto de relieve este fenómeno, advirtiendo sobre las dificultades que enfrentan los mayores de 55 años para reintegrarse en el mercado laboral. "El desempleo de larga duración en este grupo denota una gran dificultad para encontrar trabajo en sus carreras", destacó Andreu Cruañas, presidente de la asociación. A pesar de contar con formación superior, muchos terminan aceptando trabajos para los que están sobrecalificados, lo que subraya la urgencia de políticas activas de empleo destinadas a este sector de la población. Un aspecto notable es el aumento en la participación laboral de las mujeres mayores de 55 años, que ahora representan casi el 54% de este grupo. Este incremento, que supera en 14 puntos porcentuales los datos de hace dos décadas, refleja un cambio significativo en la dinámica laboral del país. Además, el 40% de estas mujeres posee estudios de educación superior, lo que subraya la importancia de considerar su potencial y sus necesidades en las políticas laborales. Ante este panorama, Asempleo hace un llamamiento a la acción para implementar políticas que faciliten la reintegración laboral de los mayores de 55 años. Destacan la importancia del plan estratégico de empleo para este sector, especialmente en el contexto del envejecimiento de la población española. Según proyecciones, el papel de este grupo será fundamental en el mercado laboral, que ha experimentado un notable aumento en la ocupación, pasando de 2 millones de empleados en 2002 a 4,5 millones en el primer trimestre de 2024. La flexibilidad y la formación se destacan como elementos clave en la integración laboral de este grupo. Asempleo subraya el papel crucial de las agencias de empleo y las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) en este proceso. Estas instituciones no solo facilitan la absorción de talento, sino que también promueven la transición hacia la estabilidad laboral de manera orgánica. De hecho, un 32% de los trabajadores proporcionados por las ETT fueron incorporados de forma indefinida en las plantillas de las empresas contratantes el año pasado. En resumen, el desafío de la integración laboral de los mayores de 55 años en España presenta tanto oportunidades como obstáculos. Con el apoyo adecuado del sector público y privado, así como un enfoque en la flexibilidad y la formación, es posible capitalizar el potencial de este grupo demográfico y garantizar un mercado laboral inclusivo y dinámico para todos.