No es la primera vez que Fernando Botella -experto en talento, liderazgo, innovación y transformación de organizaciones- dedica una conferencia a la armonía organizacional, armonía que él concibe “como motor de la consecución de los objetivos y de la mejora de los resultados de una organización”.  Pero sí es la primera vez que facilita un discurso al alimón con una cantante, en este caso la también compositora Olga Román.

Tras escuchar su conferencia-concierto titulada Creciendo armónicamente, impartida el pasado 30 de noviembre en la Escuela de Organización Industrial acompañado por la cantante Olga Román y otros cuatro músicos, Botella accede a charlar con diarioabierto.es.

– diarioabierto.es: En tu ponencia he comprobado tus guiños a expertos en ‘management’ como Peter Senge, autor de ‘La quinta disciplina’ (Ed. Granica, 1995) y defensor de las organizaciones que aprenden, o Daniel Pink, autor de ‘La sorprendente verdad sobre qué nos motiva’. Además de tu libro ‘Atrévete’ (Alienta, 2012), ¿qué otras lecturas recomendarías a quienes se ocupan de la gestión de personas dentro de las organizaciones?
Fernando Botella: Hay una lectura que es de cabecera. Sé que la ha recomendado todo el mundo, y no por ello voy a dejar de hacerlo: El hombre en busca del sentido último, de Víktor Frankl (Ed. Paidós Ibérica 2012).

No se puede dirigir un equipo de personas en el mundo de la empresa –yo creo que tampoco una familia- si no se lee ese libro. Cuando lo lees te das cuenta de que casi nada es importante, más que la actitud con la que te enfrentas a todas las cosas.

Frankl es un psiquiatra de la tercera generación de la psiquiatría austriaco alemana, que estuvo en los campos de concentración de Auschwitz, donde murió su mujer, su hermana y un hijo. Vivió todo eso y aún así comprendió que la única libertad que no le podían robar, era la libertad de la actitud con la que se enfrentaba a todo lo que le había pasado.

– diarioabierto.es: ¿Qué recomendaría a las personas que como consecuencia de la crisis y por miedo a perder el empleo practican el ‘presentismo’ laboral,  aun cuando ello no repercuta en un aumento de su productividad?
F. B.: Ahí, tocamos el miedo. Como yo no soy partidario del miedo, y ese miedo se llama temor, pues… deberían intentar evitarlo. Porque al final se toxifica en tu día a día, se cronifica en tu vida y se queda ahí.

El presentismo es estar todo el día ahí, sin salirme para nada por si me quitan el puesto, por si sientan a otra persona en mi sitio, por si, por si… y esos “por si” están basado en el temor, no en la profesionalidad ni en lo que yo sé hacer, ni en la pasión… con lo cual va en contra de mis creencias. Puedo comprenderlo pero no lo comparto.

– diarioabierto.es: Hoy día se vuelve a hablar mucho del liderazgo  y las neurociencias,  del ‘neuroliderazgo’, incluso el año pasado Carlos Herreros de las Cuevas escribió un libro titulado ‘#Neuro-management’ (LID Editorial 2012). ¿Cuál es su opinión con respecto al resurgir de esta corriente de pensamiento?
F. B.: Pienso que ya era hora, entre otras cosas porque yo también soy de los que van por ahí hablando de estas cosas. Soy biólogo y trabajé durante tiempo en neurociencias, soy experto en el sistema nervioso central.

Los seres humanos, del cuello para abajo, no valemos para nada. Lo único que realmente nos diferencia es el cerebro. Si la neurociencia tiene que ver con la capacidad de poner foco en cómo el cerebro nos hace que tengamos unos comportamientos u otros, y como la vida de la empresa y el liderazgo tiene que ver con los comportamientos -o con los hábitos, que no es más que un comportamiento repetido en el tiempo-, no tengo ninguna duda en que es muy importante y muy necesario.

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