El ‘basta ya’ de la pyme española, analizado por Joan Torrent, director de la escuela de negocios de la UOC

24/03/2014

Susana de Pablos. La patronal catalana Pimec ha difundido un documento -el 'Manifiesto #digamosbasta’- donde critica las medidas de los Gobiernos central y autonómico que afectan a pymes y autónomos. Para profundizar sobre su contenido, diarioabierto.es entrevista a Joan Torrent, director de la Business School de la UOC.

Pimec, la patronal catalana que representa a la micro, pequeña y mediana empresa catalana, reunió el 19 de marzo pasado a más de 1.400 empresarios y autónomos de Barcelona en un acto reivindicativo de políticas favorables a una parte del tejido empresarial que es esencial para el desarrollo económico del país. El mismo día, Pymec difundió el Manifiesto #digamosbasta, un documento de las pymes y autónomos en contra de las políticas que dificultan la salida de la crisis y frenan el progreso del país.

El evento es visto por Pimec como el principio de una reivindicación histórica que no sólo afecta a la empresa catalana, sino a la española. Se trata de la vindicación de un tejido industrial que manifiesta sentirse ninguneado, sin crédito desde hace seis años, con una presión económica, administrativa-burocrática y fiscal insostenible, unos costes energéticos excesivos y unas instituciones que únicamente dialogan con los 35 del Ibex, desatendiendo las necesidades de los pequeños empresarios, sus proyectos y familias.

Este manifiesto recoge todas las quejas y propuestas de las pymes y autónomos para mejorar las políticas de los Gobiernos central y autonómico en cuanto a la creación de empresas, su financiación, fiscalidad, política laboral, formación y empleo, energía, internacionalización, infraestructuras y gestión pública. Con el fin de profundizar al respecto, diarioabierto.es entrevista a Joan Torrent, investigador, docente y director de la Business School de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), profundo conocedor de la micro, pequeña y mediana empresa española.

.- diarioabierto.es: ¿Qué barreras encuentra el tejido empresarial español para acometer la transformación hacia un nuevo modelo económico, más competitivo?
Joan Torrent:
Bueno, para contestar esta pregunta necesitamos más que una entrevista… Para resumirlo, tenemos unas barreras de entorno enormes y al mismo tiempo un proceso de generación de valor en el interior de las empresas que ha quedado, en general, desfasado. Las barreras de entorno están relacionadas con las dificultades administrativas e impositivas, y en especial, con las políticas de crecimiento. En España falta capital físico (infraestructura), humano, tecnológico, innovador, emprendedor y organizativo para que los negocios fluyan con normalidad.

.- diarioabierto.es: ¿En qué medida las pymes pueden aportar a la construcción de ese esperado modelo?
J. T.:
Las pymes no sólo son el principal agente económico de España, son el eje sobre el que se articula la sociedad española. El Estado del bienestar se aguanta gracias a nuestro tejido de pymes. Si las pymes mueren (según nuestros cálculos la mitad de pymes españolas están en la actualidad amenazadas en algún sentido), morirá algo más que una forma de hacer negocios. Un 95% de empresas españolas son pymes, mejor dicho, un 89% son microempresas (menos de cinco trabajadores), generan dos tercios del PIB y ocupan a la mitad del empleo. Cambiar el proceso de generación de valor de las pymes es cambiar la economía española. Pero, el reto es inmenso y las políticas públicas poco valientes y desacertadas.

Deberíamos dejar de dar dinero, capitalizar la economía, desarrollar un proyecto de país y entender que las condiciones de emprendimiento y negocio se han globalizado. Un ejemplo: en el Reino Unido los autónomos cotizan 15 libras, y con 70 libras y cuatro horas has creado una empresa. Además, la triple hélice funciona.

Las pequeñas empresas independientes que hacen innovación radical colaboran fielmente con las grandes empresas que hacen innovación incremental. Todo ello con un sistema educativo que traslada la ciencia y la investigación a la innovación aplicada y con un gobierno que se preocupa por el entorno de los negocios, por la libertad de oportunidades y por la dotación de los capitales que necesita el tejido productivo.

.- diarioabierto.es: Pymec ha denunciado en su ‘Manifiesto #digamosbasta’ algunas medidas que inciden negativamente sobre la competitividad del tejido productivo, como son los aumentos en los costes de la Seguridad Social debido a la supresión de bonificaciones y a la subida de las cotizaciones. ¿Está usted de acuerdo con esa denuncia? ¿Cuál sería la mejor opción para salir de la crisis?
J. T.:
El incremento de las cotizaciones y la supresión de bonificaciones a la Seguridad Social tienen una lectura distinta. Yo no soy partidario de las bonificaciones, ni de cualquier medida que suponga dotación monetaria directa o indirecta a las empresas. Por lo que se refiere a las cotizaciones, dos cosas. La primera es que con la globalización las empresas son conscientes de las diferencias relativas con otros países, y lo más importante, de las diferencias en la contraprestación de las cotizaciones.

El sistema de Seguridad Social que tenemos está pensado para la economía industrial, que suponía estabilidad y trabajo homogéneo. En la economía del conocimiento el trabajo necesariamente debe ser flexible y continuo. Seguramente, ha llegado el momento de empezar a plantear una relación directa entre los cotizantes y el sistema (como el que tenemos con el sistema impositivo) y empezar a minimizar las transferencias intergeneracionales de renta. Nuestros hijos y nietos nos lo agradecerían enormemente.

.- diarioabierto.es: El citado manifiesto pone en evidencia que los aumentos de los precios de la energía también son un  gran problema para las actividades empresariales. ¿Podría estar ocurriendo que la política de precios de las empresas que operan en el mercado eléctrico sea abusiva?
J. T.:
El mercado eléctrico es un muy buen ejemplo de lo que ocurre en la actualidad en la cuestión de la organización de la dimensión económica de las empresas. Como resultado de la globalización de los negocios y de la importancia de los efectos de escala para competir, las grandes corporaciones, en especial las multinacionales, pero también las grandes empresas surgidas con los procesos de liberalización de empresas públicas o semipúblicas, hacen valer su capacidad de presión y restringen las condiciones de libre competencia.

El resultado de las políticas de campeones nacionales, entre ellos los campeones nacionales de la energía, es bastante evidente: claras limitaciones a las libres condiciones de competencia, entre otras, la libertad de entrada y salida, la libre transferencia de información a través de los precios, las restricciones de agentes y las desigualdades en la distribución de las rentas generadas. No es lo mismo liberalizar, que privatizar. Y el mercado eléctrico en España no está liberalizado.

.- diarioabierto.es: En el manifiesto se critica la presión fiscal sobre las pymes. ¿Qué opina usted? ¿Cuál sería la mejor política tributaria para salir de la crisis?
J. T.:
Con los impuestos ocurre algo parecido que con las cotizaciones. Desde el punto de vista empresarial, los sistemas impositivos se deben analizar desde la perspectiva del coste de oportunidad. Si los impuesto son elevados, pero las contraprestaciones de los impuestos también lo son, en forma de dotación de capitales e igualdad de oportunidades, los empresarios ven la utilidad de los impuestos. Ahora bien, si los impuestos generados no se destinan a la capitalización de la economía, entonces los empresarios no ven la utilidad de los impuestos.

Creo que el problema no es tanto pagar impuestos, sino lo que se hace con ellos. En mi opinión, el sistema impositivo debería hacerse mucho más ágil y, lo más importante, los recursos obtenidos se deberían dirigir al sistema productivo. Deberíamos acabar con la caja única e imponer funcionalidades a nuestros impuestos.

.- diarioabierto.es: ¿Cree que la reforma laboral ha sido útil para mejorar la economía?
J. T.:
En ésto la evidencia científica es clara. No hay ninguna reforma laboral que cree empleo. Para crear empleo necesitamos un tejido productivo eficiente e innovador. Y la competitividad de las empresas depende de la intensidad de su modelo de crecimiento, en especial y en la actualidad, de su capacidad para innovar, usar la tecnología, reformularse organizativamente, aprender constantemente y vivir en la globalización.

La reforma laboral ha ahorrado costes, en especial los costes laborales de las grandes empresas, pero ahorrar costes es algo muy distinto de mejorar la competitividad, en especial en el largo plazo. Con la globalización hemos aprendido que  para ser eficientes debemos tener empresas que se diferencien, que produzcan bienes y servicios singulares. Y para ello necesitamos trabajadores innovadores, autónomos, educados, polivalentes y comprometidos. Ahorrar costes laborales no es una buena estrategia a largo plazo para competir en la globalización.

.- diarioabierto.es: Uno de los mayores problemas que afecta a las pymes es la falta de crédito, aun después de que los bancos hayan sido ‘salvados’. En su opinión, ¿dónde ha radicado el problema y cuál podría ser la mejor solución?
J. T.:
Es cierto que una buena parte del problema de las pymes en la actualidad es la falta de crédito. Vuelvo al ejemplo de las grandes empresas eléctricas. Las grandes empresas financieras han hecho valer su posición de privilegio y han impuesto un sistema de ayudas públicas que socializa pérdidas. Seguramente, una parte de ayudas condicionadas era necesaria para evitar el colapso del sistema.

Ahora bien, las ayudas no condicionadas y la generación de un mercado financiero propio alejado de la economía real no es una buena solución. En la actualidad se financian los proyectos solventes y con garantías reales.

El principal problema que tenemos en la actualidad es la financiación de la innovación. Las entidades financieras deberían adaptar sus instrumentos tradicionales de crédito, en especial la póliza de crédito (muy adecuada para las pymes familiares que no quieren ampliar la propiedad de la empresa), y la valoración de riesgos a las necesidades de la innovación. Para ello, hay que volver a los orígenes y financiar personas y sus competencias emprendedoras e innovadoras.

.- diarioabierto.es: Hay economistas que piensan que la banca utilizó el dinero público barato para tapar sus agujeros, seguir especulando en los mercados financieros o prestarlo al Estado, con intereses que avocan más al déficit público. ¿Qué opina usted al respecto?
J. T.:
Una buena parte de esta afirmación es absolutamente cierta. Pero también lo es que el endeudamiento privado en España (en especial el de empresas y familias, mucho más que el endeudamiento público) era absolutamente insostenible. No creo que, más allá de las conductas irregulares o ilegales,  que son muchas, debamos culpabilizar a unos por encima de los otros. También los ciudadanos y las empresas tenemos gran parte de culpa por caer en la cultura de la especulación, el dinero fácil, el endeudamiento por encima de la renta disponible o sus expectativas, y el modelo extensivo de crecimiento.

Es el momento de aprender de los errores y pensar en soluciones. El mundo no espera, y hay que reinventarse rápidamente para competir en él. Dicho esto, es absolutamente necesario que el crédito vuelva a fluir a empresas y familias, pero eso sí, con una orientación de la inversión totalmente distinta y con nuevos mecanismos de evaluación de riesgos.

Más información
.- En el ‘Manifiesto #digamosbasta’, cuyo pdf se puede descargar aquí

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