Las mujeres en riesgo de exclusión social sufren una doble discriminación laboral

08/03/2017

diarioabierto.es. En la Fundación Adecco se preguntan: ¿Si estamos en el siglo XXI, por qué tenemos prejuicios del siglo XVII?

Bajo la reflexión anacrónica “En no siendo el siglo XVII, ¿por qué vuesa merced se comporta así?”, la Fundación Adecco, junto a 64 empresas, ha puesto en marcha la campaña No le pongas género, ponle talento con motivo del Día Internacional de la Mujer. La campaña se sustenta en un vídeo que muestra a una mujer en riesgo de exclusión social en una entrevista de trabajo.

Esta campaña pone de manifiesto el anacronismo que existe en nuestra sociedad cuando relacionamos la innovación y el progreso con la tecnología y la ciencia, y no con el avance del modelo social. Todavía muchas mujeres continúan enfrentándose a situaciones discriminatorias que dificultan que podamos hablar de igualdad de oportunidades a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Esta situación es aún más compleja cuando hablamos de mujeres en riesgo de exclusión, a las que el empleo no sólo les ayudaría a mejorar su situación económica, sino también su situación social y personal.

El mensaje invita a la reflexión y muestra una situación que no sólo se produce en el contexto de una entrevista de trabajo, también en otras circunstancias laborales y empresariales relacionadas con el trabajo en equipo, la relación con los compañeros de trabajo, el liderazgo y la gestión de personas. Un total de 64 empresas se han sumado a campaña No le pongas género, ponle talento apoyando su difusión a través de campañas de comunicación interna dirigidas a sus empleados así como a través de sus perfiles corporativos de redes sociales. De esta manera contribuyen a la misión social de la Fundación Adecco: apoyar el #EmpleoParaTodas, un proyecto mediante el cual en 2016 conseguimos crear 3.362 empleos para mujeres en riesgo de exclusión.

Informe #EmpleoParaTodas
Junto a esta campaña, la Fundación Adecco lanza el IV informe #EmpleoParaTodas: mujer en riesgo de exclusión en el mercado laboral, cuyas conclusiones se basan en las respuestas de 700 mujeres, 100 de ellas en Madrid, en situación de vulnerabilidad social. Este informe analiza la doble discriminación laboral que sufren mujeres con discapacidad, mujeres mayores de 45 años, mujeres con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de violencia de género. Todas ellas buscan, al conseguir un empleo, estabilidad económica, independencia y autonomía e incluso en muchas ocasiones una salida a situaciones de violencia de género.

El 62% de las mujeres consultadas en Madrid para la elaboración de este informe se encuentra en paro (frente al 15,2% de las mujeres en paro en general en la comunidad), un 50% de ellas es desempleada de larga duración, un factor determinante que conduce a muchas de ellas a una situación de vulnerabilidad. Según Arancha Jiménez, directora de operaciones de la Fundación Adecco: “la exclusión social es una situación realmente dura para cualquier persona, sin embargo, estar expuesto a esta situación por ser mujer es especialmente incomprensible y doloroso. Si añadimos factores como la responsabilidad familiar no compartida, la violencia de género o la discapacidad, la situación de vulnerabilidad se vuelve extrema”.

En España, más de tres de cada 10 personas en edad laboral (32,5%) está en riesgo de exclusión según la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión (EAPN). Una situación a la que se enfrentan 1.395.462 mujeres que esperan mejorar su vida a través del empleo. Temer un trabajo no es sólo fuente de ingresos económicos, también es fuente de salud a todos los niveles: física, emocional y también mejora las habilidades y relaciones sociales de una persona. En este sentido, 9 de cada 10 mujeres en Madrid y en riesgo de exclusión con empleo asegura que éste ha mejorado su vida. Un dato que refleja lo importante que es el trabajo en la vida de cualquier persona y la necesidad de promover medidas que favorezcan la entrada en el mercado laboral de aquellas mujeres que lo tienen más difícil. Desde 2008, la tasa de pobreza y exclusión en mujeres en edad laboral se ha incrementado de manera progresiva hasta situarse en el 32,2% actual,  nueve puntos porcentuales más que en 2008. Si bien, en los inicios de la crisis económica la tasa de exclusión y pobreza en las mujeres se situaba 2,3 puntos por encima de la de los hombres, en la actualidad, el riesgo de exclusión entre hombres y mujeres es muy similar situándose respectivamente en un 32,9% y 32,2%.

Mujeres con discapacidad
Un 25% tiene un empleo estable frente al 73,5% de las mujeres a nivel general en Madrid. Las mujeres con discapacidad, como otras mujeres en riesgo de exclusión, tienen que hacer frente a múltiples barreras para acceder al mercado laboral. El 88% de las mujeres con discapacidad encuestadas en Madrid afirman sentir doble discriminación por ser mujer y tener discapacidad a la hora de buscar un trabajo o en el propio ámbito laboral. Muchas de ellas aseguran que “la discapacidad genera inseguridad a los empresarios, de ahí que prefieran a una persona sin discapacidad. El desconocimiento en torno a la discapacidad aún causa miedo en las compañías y nos hace más vulnerables”.

La mayor parte de las mujeres con discapacidad asegura que esta doble discriminación se produce en el propio acceso al puesto de trabajo (un 72% asegura que se les descarta en un proceso de selección por tener discapacidad), seguido de la política retributiva en la que destacan salarios bajos (61%), la relación con los compañeros (44%), la promoción laboral (42%) y la conciliación (33%).

El nivel de formación de esta mujeres es otra barrera . Aun teniendo estudios cualificados, no encuentran trabajo o se ven avocadas a puestos de trabajo de nivel inferior a sus competencias profesionales. Si bien es cierto que muchas personas con discapacidad, desde edades muy tempranas, son conducidas por su entorno familiar y el sistema educativo al empleo protegido, cada vez son más las personas con discapacidad que deciden acceder a formaciones de FP o a carreras universitarias. Un 29% de las mujeres con discapacidad que han participado en este estudio en Madrid afirman haber estudiado un grado de FP, otro 18% asegura tener estudios secundarios, un 42% estudios universitarios y un 11% estudios elementales. A pesar de estos datos, tan solo un 25% de las mujeres con discapacidad en Madrid tiene un empleo estable frente al 73,5% de las mujeres a nivel general.

Mujeres mayores de 45 años
Siete de cada 10 mujeres senior está desempleada en Madrid. En los últimos años, la oleada de mujeres mayores de 45 años que se han incorporado al mercado laboral las ha convertido en grandes protagonistas. La necesidad de apoyar la economía familiar resentida durante los años centrales de la crisis económica, el aumento de las rupturas matrimoniales y el cambio de los valores culturales son factores que han propiciado que muchas mujeres mayores de 45 años decidan buscar un puesto de trabajo.

Si nos fijamos en la tasa de actividad de las mujeres mayores de 45 años vemos como se ha ido incrementando hasta 18 puntos porcentuales desde el año 2006. En el caso de los hombres ha aumentado apenas 2 puntos porcentuales como podemos ver en el gráfico sobre estas líneas. Desde 2007, más de 1.500.000 mujeres senior (219.800 en la región) se han incorporado al mercado laboral y no siempre lo tienen fácil para encontrar un empleo, un 71% de las mujeres mayores de 45 en Madrid asegura estar desempleada. Un 88% de ellas opina que la edad es un factor de discriminación a la hora de buscar trabajo. Ante estas cifras, ¿cuáles son los factores que hacen que estas mujeres tengan más difícil encontrar un puesto de trabajo?

♦ Edad. Según las propias encuestadas, la edad pesa mucho en un proceso de selección: “a partir de los 45 se da por amortizada la vida l aboral de una mujer años” o “las empresas ven más la edad que la experiencia que podamos aportar al puesto de trabajo” son algunas de las impresiones de las mujeres preguntadas para este estudio. A la hora de contratar a una mujer senior, los reclutadores se lo piensan, pues creen que será menos flexible a la hora de hacer horas extra, estará menos preparada que una mujer joven para afrontar las nuevas necesidades del mercado laboral, estará menos familiarizada con las nuevas tecnologías, exigirá un sueldo más elevado y le costará más adaptarse al puesto de trabajo. Todo ellos son prejuicios y estereotipos que suponen una gran desventaja para estas mujeres.

♦ Conciliación. A todo lo anterior hay que sumar los prejuicios que trae consigo que una mujer tenga responsabilidades familiares, especialmente cuando no están compartidas. La conciliación de la vida personal y profesional es otro de los obstáculos para estas mujeres.

♦ Estrategia de búsqueda de empleo. Una incorrecta estrategia en la búsqueda de empleo y/o el desconocimiento del mercado laboral y las nuevas tecnologías para la búsqueda de empleo puede dificultar el acceso a un puesto de trabajo.

Mujeres con responsabilidades familiares no compartidas
Un 44% de estas mujeres también son mayores de 45 años, con las dificultades añadidas que esto implica para encontrar un empleo. Los hogares monomarentales en España continúan incrementándose, un 8,1% en 2015, según los últimos datos del INE. Las mujeres con responsabilidades familiares no compartidas encuentran más difícil acceder al mercado laboral. Una situación crítica, especialmente si tenemos en cuenta que, en Madrid, un 89% de ellas ha asegurado en este estudio que tienen dificultades económicas.

En la actualidad, un 72% de las mujeres con responsabilidades familiares no compartidas se encuentra desempleadas, frente al 15,2% de las mujeres en general en edad laboral en la comunidad. Los prejuicios empresariales relacionados con la conciliación, son una vez más, la causa principal para que estas mujeres no encuentren un puesto de trabajo. “En general, no se valora que las mujeres con responsabilidades familiares somos doblemente responsables de nuestro trabajo y de nuestra familia. Esta responsabilidad hace que disminuya nuestro absentismo y se incremente nuestro compromiso”, afirma una de las mujeres encuestadas.

Mujeres víctimas de violencia de género
Un 74% de estas mujeres cree que un empleo le hubiera ayudado a salir de su situación. El empleo es una de las medidas más importantes para poner freno a la violencia de género, dado que tener acceso a un puesto de trabajo no sólo proporciona más independencia y autonomía a las mujeres que se encuentran en esta situación, también les dota de mayor seguridad y autoestima. Aspectos necesarios para poner fin a una situación de violencia.

El 55% de las mujeres víctimas de violencia de género en España, preguntadas para este estudio, asegura que en el momento de sufrir la violencia no tenía trabajo, un 74% dice que de haberlo tenido, la situación hubiera sido diferente ya que se hubiera encontrado con fuerzas para denunciar esta situación.

 

Más información
⇒ Descargar un resumen del informe de la Fundación Adecco #EmpleoParaTodas: mujer en riesgo de exclusión en el mercado laboral
⇒Ver la campaña en Empleoparatodas.es 

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