Ya no quiero ser it girl

03/07/2017

Carmen Duerto.

Margherita Maccapani Missoni, ya no quiere ser la “it girl” que forma pandilla con Beatriz Borromeo, Carlota Casiraghi, Eugenie Niarchos o Tatiana Santo Domingo. Todas han evolucionado a madres de familia y empresarias. Empresarias como Santo Domingo o la propia Missoni creando sus propias marcas de ropa o “empresarias” de su imagen rentabilizándola para marcas de lujo como es el caso de Carlota Casiraghi. Margherita, ha sido noticia estos días porque ha estado en los desfiles del 080 Barcelona Fashion, recogiendo el premio Fashion Tribute 080BCN, que le han concedido a su madre, Ángela. La tercera generación de la firma italiana de las mil rayas, aparece con la melena morena teñida de verde, fumando un cigarrillo electrónico y con sandalias planas cuajadas de margaritas. En cuanto acaba la entrevista con nosotros, se quita el top corporativo a rayas y se enfunda una camiseta de algodón negra para disfrutar de las viandas catalanas, que tan bien conoce “porque vengo mucho a Barcelona, mi cuñada vive aquí y yo viví seis meses cuando tenía dieciocho años, por eso hablo español”. Margherita diseñó la línea joven y fue la imagen de la empresa familiar. Ahora vuela sola porque “quería trabajar menos y elegir cuándo hacerlo, quiero ejercer de madre y de esposa porque el trabajo no lo es todo”.

¿Sueña en rayas?

Sí, sueño con rayas y en colores, pero también mezclo y más ahora que estoy alejada de la firma familiar. Por ejemplo, en la colección que hago para niños tengo las dos tendencias, la clásica con materiales de toda la vida y la que tiene colores y telas de texturas diferentes.

¿No está saturada de ver tanta raya en su armario?

Cuando era pequeña yo sólo quería vestirme con dibujos de zigzag, con puntillas, con nido de abeja, lacitos… justo lo que no tenía y mi abuela paterna, como lo sabía, en cada cumpleaños me llevaba a Milán a una tienda muy de niña presumida a comprar los vestidos de niña clásica.

¿En su familia los hombres tienen voto?

No mucho, la verdad. Somos un matriarcado pero no lo puedo decir muy alto porque mi marido se me enfada, je,je. Pero es verdad que es algo que he tenido que frenar y darle a los hombres su lugar. Obviamente porque estoy casada y tengo dos niños varones. Por suerte mi marido no trabaja en el mundo de la moda, él es corredor de ralléis y se dedica al Real State (Corredor de Propiedades).

La muerte de su tío, Vittorio el heredero, al desaparecer la avioneta que pilotaba sobre Venezuela. ¿Cómo se vivió en la familia?

Fueron momentos muy duros y muy difíciles porque cuando alguien se va y no se sabe dónde se fue y no se sabe si ha muerto o qué ha pasado con él, es muy complicado y a eso se sumó que mi abuelo, Octavio, murió al mismo tiempo y fue increíble cómo mi abuela, Rosita, se mantuvo fuerte y continuo al frente de la empresa hasta que mi madre, Ángela, asumió la parte creativa. También creo que como yo estaba embarazada de mi primer hijo, ahora tengo dos, eso le ayudó mucho a mi abuela porque era una nueva vida por otra que se iba.

¿Cuántas veces han querido comprar Missoni?

No lo sé pero es algo que nos pasa con frecuencia desde hace muchos años. No puedo decir quién nos hizo la oferta más interesante porque no lo sé pero sí es cierto que hay ofertas.

¿La familia piensa vender la firma?

No, porque somos unos apasionados de lo que hacemos y por eso no la vendemos porque nos gusta lo que hacemos

¿Por qué ahora no quiere ser “it girl”?

No lo sé, quizás porque hay un momento de la vida para cada cosa y es triste quedarse sólo en una cosa para toda la vida. A los 18 años está bien ser “it girl” pero con 30 hay que hacer otras cosas. Hay que reconocer que el mundo de las redes sociales es nuestro mundo para lo bueno y para lo malo, para mí instagram es una ventana importante por donde me han llegado muchos trabajos.

Sus amigas Niarchos, SantoDomingo, Casiraghi, Borromeo, trabajan?

Todas ellas trabajan. Tengo pocas amigas que no lo hacen y si no trabajan es porque cuidan de los niños, pero es raro que hoy en día la gente no trabaje.

Ustedes tienen un circuito por el que se mueven según la estación del año?

Hay lugares que son muy bonitos y como son tan bonitos la gente quiere ir pero son caros. Creo que la gente que me sigue en las redes sociales quiere vivir la vida que reflejo ahí. Es cierto que en invierno es agradable ir a Cortina d’Ampezzo, Gstaad o Saínt Moritz y en verano, al Sur de Francia, a Ibiza o Comporta en Portugal

¿Qué es lo más loco que ha hecho usted en su vida?

Vestirme con zigzag, en vez de con rayas, je,je. Pienso que la locura es una cosa buena en la vida. Siempre fui obediente aunque he tenido mis momentos locos porque llevar el pelo teñido de verde para alguien puede ser loco y para mí es normal. Además, ¿qué es ser normal? Mi madre me enseñó un poco al estilo Montessori, donde el juicio personal es el que marca lo que es bueno y malo.

¿Por qué a las prendas la dotan de tanta filosofía, cuando no deja de ser ropa que cubre el cuerpo?

La moda es el síntoma más rápido y evidente de los tiempos que corren. Es lo que representa mejor lo que está pasando en un país y eso es lo que a mí me interesa de la moda. A través de la moda se ve lo que pasa en el mundo esa es la calidad filosófica de la moda para mí.

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