Situado en la esquina de la calle Moreto 15, junto a la iglesia de los Jerónimos de Madrid y muy próximo al museo del Prado, se encuentra este restaurante de nombre Sant Arcangelo, una trattoria que lleva siendo un referente de la cocina italiana de la capital desde hace veinte años. Un coqueto local con diferentes alturas situado en el esquinazo de uno de los barrios más señoriales de Madrid y que cuenta con terraza en verano. El ambiente es romántico, a media luz, entre penumbras, acogedor, de auténtica trattoria. El artífice de este punto de encuentro de artistas, políticos, modelos y gente cool desde que se inauguró es el decorador Pascua Ortega, que ha conseguido dar al restaurante ese toque que consigue una agradable atmósfera amenizada con una acertada música ambiente.

Uno de los aspectos más característico de la cocina italiana es que cuenta con enraizadas diferencias regionales. Todavía en nuestros días cada ciudad o pueblo tiene una personalidad única y está diversidad se refleja en la cocina. Cada provincia tiene su particular manera de crear sus conocidas pastas, sus panes y repostería original, asándose en antiguas recetas que han perdurado a través del tiempo. Italia nos demuestra que sus tradicionales y sabrosos platos son el claro ejemplo del modo en el que viven, piensan y sienten sus gentes. Ese sentimiento y variedad es el que se ha querido reflejar en un restaurante al más puro estilo de las clásicas trattorias de Italia, para que los comensales puedan saborear el auténtico sabor de la cocina italiana del pueblo de Sant Arcangelo, en la región de Emilia-Romaña.

El establecimiento ofrece platos de cocina italiana propios de sus diferentes regiones. En su carta podemos encontrar antipasti, como los carpaccio, la provola o alguna de sus ensaladas, como la capresse o la de prosciutto D’Anatra pere e Grana (ensalada de peras Káiser, jamón de pato y virutas de queso Grana sobre rúcula baby); para continuar con su variada selección de pastas (muy ricos los spaghetti al fruti di mari) arroces, carnes y algún pescado. A la hora del postre no hay que dejar que probar el tiramisú y los crepés de dulce de leche. También hay una extensa carta de pizzas para todos los gustos. Los platos de la carta son elaborados por el chef Manuel Luna, que está especializado en cocina italiana. Lo mejor es el precio medio: se puede comer bien por unos veinte euros por persona.