En realidad a Irina Shayk le puedes preguntar lo que quieras que ella también te contesta lo que le parece. Por ejemplo, «¿Cuál ha sido tu boda favorita? No he estado en una boda en mi vida, esa es mi respuesta» y punto, a continuación Irina te sonríe o no y ya no hay nada más que hablar de bodas y mucho menos de Cristiano Ronaldo o de Bradley Cooper. Eso sí, lleva un anillo, en su mano izquierda, con una esmeralda a juego con sus ojos con la que una familia de su pueblo natal ruso podría vivir toda una vida y aunque no entramos en detalles de la actualidad política, no por falta de ganas, sino de tiempo, no le impide reivindicarse «estoy orgullosa de ser rusa porque tenemos una historia cultural fascinante y en el siglo XVIII Rusia fue dirigida por mujeres». Irina Shayk es noticia porque llegó a Barcelona, se comió una tortilla y una contundente ración de jamón ibérico, para prepararse para presenciar las 45 salidas de trajes de novia que Hervé Moreau ha diseñador para Pronovias. Esta vez la ex novia de CR7 no desfila para la casa catalana porque «desde la primera fila se aprecian mejor los vestidos». Una colección nupcial inspirada en los jardines de Claude Monet en Giverny. Mucha flor bordada, encajes de flores, flecos, plumas, siluetas sirena o imperio y todo tipo de escotes, bañera, barco, envolventes o de corte pronunciado con el objetivo de hacer sentir sexy o al menos, parecerlo. Pronovias propone unos trajes reconvertibles, es decir que sales de la iglesia y aparecen los escotazos, las aberturas y las faldas se acortan. Donde antes había recato ahora hay exhibición porque los manguitos, mangas y canesús son extraíbles y se esconden en las sobrefaldas. Aligerada y escotada, voilá, las novias ya están listas para bailar. Algo que Irina borda porque detrás de su imagen gélida hay una mujer que te mira fijamente y te funde, ella sabe del poder de su físico y del de las redes sociales. En Instagram la siguen casi 10 millones de personas «los jóvenes reciben mucha presión por su físico y por lo que llevan, estamos en tiempos de redes sociales. Yo les aconsejo que sean ellos mismos, tanto si eres agraciado como sino. Hay que tener sentido del humor. Hay que quererse y de vez en cuando, hay que detenerse un momento para amar nuestros cuerpos. Solo se vive una vez. Hay que estar a gusto con uno mismo». A continuación será el turno de Rosa Clará. En la primera fila de su desfile, la diseñadora catalana sentará en su primera fila a una mujer que se ha casado varias veces y la última, con un traje de la propia Rosa Clará, la marquesa de Griñón, que antes que marquesa fue, igual que Irina Shayk, modelo.