El ‘Homo naledi’ cuestiona la evolución del cerebro humano

16/05/2018

diarioabierto.es. Una especie recientemente descubierta, 'Homo naledi', sorprende a los científicos por la forma humana de su diminuto cerebro, equivalente al volumen que ocupa una pinta, unos 0,47 litros.

Una nueva investigación de Ralph Holloway y sus colegas, que incluye investigadores de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, Sudáfrica, publicada en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, examina las huellas del cerebro sobre los cráneos de esta especie, llamadas endocasts.

Sus hallazgos ponen en duda aún más la creencia de que la evolución humana era una marcha inevitable hacia cerebros más grandes y complejos.

El descubrimiento de ‘Homo naledi’ por el profesor Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand y su equipo en las cuevas de Rising Star, en la Cuna de la Humanidad, en 2013, fue uno de los descubrimientos de homínidos más importantes del siglo XXI. Berger y el profesor John Hawkes, que también formó parte del equipo original de Rising Star que realizó el descubrimiento, así como la profesora Heather Garvin, de la Universidad Des Moines de Estados Unidos, están asociados con el Instituto de Estudios Evolutivos (ESI, por sus siglas en inglés), con sede en la Universidad de Witwatersrand. Todos son coautores del estudio actual.

En 2017, geólogos demostraron que esta especie existía en el sur de África hace entre 236.000 y 335.000 años, posiblemente al mismo tiempo que los humanos modernos emergieron por primera vez en África. Es una enigma para los científicos, que durante mucho tiempo sostuvieron que había solo una especie en África en este periodo tardío: ‘Homo sapiens’. ¿Cómo existió esta especie junto a otras con cerebros tres veces más grandes? El nuevo trabajo sugiere que el comportamiento de ‘Homo naledi’ puede haber reflejado la forma y la estructura del cerebro más que su tamaño.

Los investigadores reconstruyeron huellas de la forma del cerebro de ‘Homo naledi’ a partir de una extraordinaria colección de fragmentos de cráneo y cráneos parciales, de al menos cinco individuos adultos. Uno de ellos tenía una huella muy clara de las circunvoluciones en la superficie del lóbulo frontal izquierdo del cerebro. «Este es el cráneo que he estado esperando durante toda mi carrera», subraya el autor principal, Ralph Holloway, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

La anatomía del lóbulo frontal de ‘Homo naledi’ era similar a la de los humanos, y muy diferente de los grandes simios. ‘Homo naledi’ no estaba solo. Otros miembros de nuestro género, desde ‘Homo erectus’ hasta ‘Homo habilis’ y los «hobbits» de cerebro pequeño, ‘Homo floresiensis’, también comparten características del lóbulo frontal con seres humanos vivos.

Pero los parientes humanos anteriores, como ‘Australopithecus africanus’, tenían una forma mucho más simiesca en esta parte del cerebro, lo que sugiere que los cambios funcionales en esta región del cerebro surgieron con ‘Homo’. «Es muy pronto para especular sobre el lenguaje o la comunicación en ‘Homo naledi, dice el coautor Shawn Hurst, pero hoy el lenguaje humano se basa en esta región del cerebro».

La parte posterior del cerebro también mostró cambios similares a los humanos en ‘Homo naledi’ en comparación con los homínidos más primitivos como ‘Australopithecus’. Los cerebros humanos suelen ser asimétricos, con el cerebro izquierdo desplazado hacia adelante en relación con el derecho. El equipo encontró signos de esta asimetría en uno de los fragmentos de cráneo de ‘Homo naledi’ más completos e indicios de que el área visual del cerebro, en la parte posterior de la corteza, era relativamente más pequeña que en los chimpancés, otro rasgo similar a los humanos.

Los pequeños cerebros de ‘Homo naledi’ plantean nuevas preguntas sobre la evolución del tamaño del cerebro humano. Los cerebros grandes eran costosos para los ancestros humanos, y algunas especies pueden haber pagado los costos con dietas más ricas, la caza y la recolección, y una infancia más larga. Pero ese escenario no parece funcionar bien para ‘Homo naledi’, que tenía las manos adecuadas para la fabricación de herramientas, piernas largas, pies humanos y dientes que sugerían una dieta de alta calidad.

Según el coautor del estudio, John Hawks, «el cerebro de ‘Homo naledi’ parece el que uno podría predecir para el ‘Homo habilis’, hace dos millones de años. Pero este no tenía un cerebro tan pequeño. Una organización cerebral similar a la humana podría significar que los ‘ Homo naledi’ compartían algunas conductas con los humanos a pesar de tener un cerebro de tamaño mucho más pequeño.

Lee Berger, coautor del artículo, sugiere que el reconocimiento del cerebro pequeño pero complejo también tendrá un impacto significativo en el estudio de la arqueología africana. «Los arqueólogos han asumido demasiado rápido que las complejas industrias de herramientas de piedra fueron creadas por humanos modernos. Como ‘Homo naledi’ se encontraba en el sur de África, al mismo tiempo y en el mismo lugar en que surgió la industria de la Edad de Piedra, tal vez hemos mantenido la historia equivocada todo el tiempo», afirma.

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