Regina Llopis, presidenta de AIA, avisa que la Inteligencia Artificial necesita «una vigilancia ética»

17/03/2019

Miguel Ángel Valero. "El sesgo personal puede influir determinantemente al programar o poner en uso una determinada tecnología”, subraya en el XXVIII seminario de la Fundación Étnor sobre los Desafíos Éticos de la empresa en un mundo digital.

Regina Llopis, consejera delegada del grupo AIA, entre Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universitat de València, y el presidente de la Fundación Étnor, Enrique Belenguer.

“La Inteligencia Artificial requiere una vigilancia ética”, advierte Regina Llopis, doctora en Matemática aplicada a la Inteligencia Artificial y presidenta del grupo AIA, en el XXVIII seminario de la Fundación Étnor sobre los Desafíos Éticos de la empresa en un mundo digital. “Todas las nuevas aplicaciones y oportunidades que ofrece la Inteligencia Artificial requieren de talento. Y necesitamos un talento que sea firme en su planteamiento ético. Es necesario poner vigilancia porque el sesgo personal puede influir determinantemente al programar o poner en uso una determinada tecnología”, argumenta.

Regina Llopis, que preside una multinacional que colabora con la NASA y con la Unión Europea en proyectos de innovación, analiza la “Inteligencia Artificial como factor de innovación en la empresa”. Y lo hace desde el planteamiento de que la Inteligencia Artificial es ya un presente al que las empresas deben sumarse ya.

“O nos olvidamos de la transformación digital y las empresas pasan directamente a la Inteligencia Artificial o se quedan fueran. Es perder tiempo. Tenemos que poner en duda los modelos que estamos usando”, advierte esta experta.

Regina Llopis anima a las empresas a que impulsen esta transformación a la Inteligencia Artificial entre sus empleados. “Nuestros trabajadores tienen que tener el compromiso de aprender continuamente, y nosotros debemos que tener el compromiso de darles la formación necesaria”.

Lejos de los riesgos que puede suponer la Inteligencia Artificial en el empleo, la presidenta del grupo AIA cree que ofrece «nuevas oportunidades que hoy ni nos imaginamos».

Hegemonía de China

Para Regina Llopis, China tiene la total hegemonía en Inteligencia Artificial, porque gracias al apoyo gubernamental han desarrollado soluciones completas, como la plataforma Wechat, que aglutina todas las soluciones en una, desde un chat hasta las transacciones bancarias. Por ello, es aconsejable aliarse con socios chinos en este campo.

Pero la presidenta del grupo AIA advierte sobre las diferencias culturales entre Occidente y China, con unos parámetros éticos muy diferentes. “Esto requiere un conocimiento mutuo, formación y permeabilidad”, avisa.

Regina Llopis explica que existen  tres bloques de Inteligencia Artificial:

1.-La super Inteligencia Artificial, que supone la voluntad de que llegue «a tal nivel que pueda superar al ser humano».

2.-La general, que «intenta aproximarse a nosotros, para de alguna manera acometer la resolución de problemas».

y 3.-La específica: «es la que tenemos ya alrededor nuestro, la que tiene unas capacidades que nos sorprenden, pero están centradas en una aplicación concreta y definida”.

En su opinión, “el desarrollo actual de la Inteligencia Artificial ha venido motivado por la capacidad de obtención y almacenamiento de datos e información». «Tenemos información emergente que desconocíamos, pero debemos tener cuidado en cómo analizamos los datos y qué conclusiones obtenemos. Pasamos de un paradigma de la causalidad a uno de la correlación, y eso puede tener sus riesgos en algunos ámbitos, como el de la medicina», advierte esta experta.

Regina Llopis, considerada una de las 100 mujeres más influyentes de España, ha sido profesora en las Universidad Autónoma de Madrid, Católica de Chile, y en la de Barcelona, así como en el IESE Business School de Barcelona. También asesora a mujeres emprendedoras a través de una plataforma creada junto a otras expertas de apoyo a startup tecnológicas.

Perspectiva ética

El presidente de la Fundación Étnor, Enrique Belenguer, insiste en la necesidad de “abordar desde el punto de vista de la empresa los retos de la digitalización, sus soluciones tecnológicas, y cómo afectan a la condición humana desde una perspectiva ética”.

La robotización y el empleo, la renta básica universal o el impacto de la tecnología blockchain sonalgunas de las cuestiones tratadas en el XXVIII Seminario de Ética Económica y Empresarial. de la Fundación Étnor.

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