Jesús Alcoba: “Es mejor intentar ser original que jugar a ser creativo”

29/10/2019

Susana de Pablos. El director de La Salle Business School lanza 'Génesis', su séptimo libro.

Jesús Alcoba nos invita a acompañarlo en las redes sociales, en lugar de convertirnos en sus seguidores o followers. Así descubrimos que además de dirigir la escuela de negocios La Salle, tiene su propia web, un espacio donde se promociona como conferenciante y autor de siete libros, como por ejemplo Inspiración, Ultraconciencia, La Brújula de Shackleton o Conquista tu sueño. Y es al acompañarlo en su universo digital cuando comprobamos también que él mismo se define como “inspirador interseccional, porque busco inspirar a través de la creación de intersecciones entre disciplinas, sobre todo entre la empresa y la psicología”.

Doctor en Estrategia, Alcoba cursó un Máster en Business Administration (MBA) en Madrid y Nueva York. Además, tiene un máster en Psicología y también en Coaching. Forma parte de diversas asociaciones profesionales, como la American Psychological Association (APA), la Customer Experience Professionals Association, la International Association of Applied Psychology, la James Caird Society o el think tank Know Square. Ha formado parte del consejo asesor de varias entidades y empresas y es Consejero de Honor de la Asociación para el Desarrollo de la Experiencia de Cliente. Ha publicado numerosos artículos científicos y colabora con diferentes medios, como el Huffington Post, Dirigentes Digital, El Economista, Intereconomía, Forbes o El País.

Alcoba acaba de presentar recientemente su séptimo libro. Se titula Génesis: por fin un libro sobre cómo tener ideas originales (Ed. Alienta, 2019) e intenta ser “un manifiesto en defensa de la originalidad. Las ideas realmente buenas son interesantes, influyentes y generativas”, como defiende el autor. En Génesis, Alcoba recoge “todo lo que sabemos sobre el factor menos explorado y más relacionado con la creatividad y la innovación: la originalidad. Un texto que te ayudará a conocer qué características tienen las buenas ideas y qué las diferencia de las ideas realmente buenas, que son las que mueven el mundo hacia delante. Todo ello de una manera amena y accesible”. Génesis es un texto “imprescindible para innovadores, creativos, emprendedores, diseñadores, educadores y todas aquellas personas vinculadas a la génesis de las ideas, este libro resulta esencial para quienes, tanto en el ámbito profesional como personal, quieren diferenciarse y vibran con el deseo de cultivar su propia originalidad”, tal y como promete su comunicado promocional. Intentamos sonsacarle más información sobre Génesis, antes de leerlo:

Jesún Alcoba, director de La Salle Business School y de ‘Génesis’, su séptimo libro.

diarioabierto.es: ¿Podría facilitar un ejemplo de idea génesis de producto y otra de servicio?
Jesús Alcoba: Diferenciar hoy día entre producto y servicio es complicado, porque estamos ya inmersos en la economía de las experiencias, en las cuales van embebidos tanto servicios como productos. Asumida esa limitación, buenos ejemplos de ideas génesis serían el iPhone y las cafeterías Starbucks.

diarioabierto.es: Peter F. Drucker escribió en su libro Innovation and Entrepreneurship (1985) que la innovación en el mundo de los negocios proviene de siete fuentes: sorpresas, incongruencias, necesidades de proceso, cambios en los sectores y en el mercado, variaciones demográficas, tendencias y nuevos conocimientos.  ¿Quitaría o añadiría usted alguna?
J.A.: Valorar el pensamiento de Peter Drucker es siempre un reto. Sin embargo, quizá debido al momento en que él formuló ese enfoque, no aparece como evidente algo que hoy es irrenunciable, y es la mirada hacia el cliente. Yo suelo decir que hay una línea directa que conecta el insight de cliente con la rentabilidad, pasando por la innovación. En otras palabras: aprender a capturar las verdades no evidentes que habitan dentro de los clientes no solo es una vía imprescindible para innovar, sino que también proporciona evidentes beneficios.

Imagen: Gerd Altmann (obtenida en pixabay.com y modificada).

diarioabierto.es: En su libro Seis sombreros para pensar (1997), Edward de Bono invita a utilizar el “sombrero verde” para concentrarnos en el propósito de ser creativos. Bono sostiene que las seguridades y las ansias de tener razón son inhibidoras de la creatividad, que crece mejor donde hay exploración, provocación y riesgo. ¿Está usted de acuerdo con esta idea de Bono o iría más allá?
J.A.: Una de las tesis que defiendo en Génesis es que debemos perder el miedo a superar a los grandes teóricos de la creatividad del siglo pasado. Edward de Bono es uno de ellos. Creo que la técnica de los Seis sombreros para pensar fue provocadora en su momento, y desde luego pudo ser práctica. Sin embargo, la creatividad debería ser creativa y la innovación debería ser innovadora. Mi opinión es que es mejor intentar ser original que jugar a ser creativo.

diarioabierto.es: ¿Qué debería observar un reclutador en el perfil de un potencial empleado para saber que selecciona a una persona con ideas originales?
J.A.: Si quien tiene delante es una persona realmente original no necesitará ninguna técnica de observación especial. Las personas verdaderamente peculiares respiran singularidad por los cuatro costados. En cada gesto y en cada palabra. Por eso, para mí, la gran pregunta no es esa: la gran pregunta es si realmente la empresa quiere reclutar personas originales.

diarioabierto.es: ¿Y cuál sería la pregunta clave que debería lanzarle durante la entrevista laboral para conocer su potencial creativo?
J.A.: Pether Thiel utiliza esta, que es muy buena: “Dígame una verdad importante para usted con la que concuerden muy pocas personas”. Sin ánimo ninguno de superarla, yo propongo otra, más breve: “Dime quien eres”.

diarioabierto.es: ¿Cree que el trabajo colaborativo que hoy día se potencia gracias a las nuevas tecnologías ayuda al nacimiento de ideas originales?
J.A.: Esa pregunta daría para un largo debate. Yo quiero defender que las grandes ideas se apoyan largamente en el talento individual, porque es en la mirada peculiar de cada uno donde reside la capacidad de generar ideas que pueden cambiar el mundo. Desde Leonardo da Vinci a Malala Yousafzai hemos visto repetido ese mismo fenómeno infinidad de veces. Otra cuestión diferente es si la colaboración puede ayudar a dar forma y a difundir una idea. Sea como sea, a mí me gusta también pensar al contrario: deberíamos reflexionar sobre esos momentos o entornos en los cuales la presión a la conformidad de los grupos anega la originalidad. Si el contexto no ayuda, será superflua cualquier tecnología colaborativa.

diarioabierto.es: ¿Qué opina usted del modelo de innovación abierta que está facilitando que muchas empresas vayan más allá de sus límites en la búsqueda de nuevas ideas, desarrollando la cooperación con organizaciones o profesionales externos? ¿Conoce algún proyecto reseñable?
J.A.: El concepto de innovación abierta es sumamente interesante. Sin embargo, a mi parecer no es un modelo: es un síntoma. De la misma manera que recurrimos a Google para encontrar todas las respuestas que necesitamos, muchas organizaciones se han puesto ahora a buscar fuera lo que no existe dentro. Lo que me hace pensar en qué tipo de estructuras hemos creado, que no son capaces de innovar por sí mismas. En Génesis defiendo la idea de que cada organización debe responsabilizarse de generar su propia originalidad. Todas esas organizaciones exponenciales que tanto admiramos nacieron de sí mismas, de un propósito, de una visión.

diarioabierto.es: ¿Cómo contribuye el profesorado de la escuela de negocios La Salle para despertar la creatividad entre su alumnado?
J.A.: Yo firmé una tesis doctoral sobre la estrategia docente en escuelas de negocios y solamente saqué una conclusión: la metodología lo es todo. Los contenidos hoy están por todas partes. Y lo que es sorprendente es que, salvo excepciones, la gran cantidad de información que hay en Internet no haya contribuido sustancialmente a incrementar ni la cultura ni la capacidad crítica del ciudadano medio, fenómeno particularmente acuciante en las nuevas generaciones. Lo que hemos hecho en La Salle es crear una metodología propia cuya única característica irrenunciable es estar en constante revisión.

diarioabierto.es: ¿Cree usted que la inteligencia artificial puede ser útil para crear ideas con capacidad de influencia generativa?
J.A.: Sin ser un especialista en inteligencia artificial, y contrariamente a la opinión estándar, yo creo que no. O no de momento. Y creo que así seguiremos durante muchos años. Lo que he escuchado de los expertos en inteligencia artificial es que estos sistemas rara vez se salen de aquello para lo que están programados y, además, carecen de conciencia y emociones. Visto así, cuesta creer que se les llame inteligentes. Creo que se ha abusado de esa palabra, y creo también que hay que estar atentos al ciclo de sobreexpectación. El efecto dañino que provoca el uso excesivo de las redes sociales en muchas personas y la manipulación que se hace de las noticias son dos ejemplos de que Internet no es, ni de lejos, el espacio de participación y democracia que se nos prometió. Otro ejemplo es el supuesto boom de los asistentes domésticos, que contrasta significativamente con su uso real, a menudo poco más que encender y apagar luces o hablar del tiempo. Da la impresión de que su fundamental misión en el momento presente es recabar datos para las grandes plataformas. Pienso que a veces nos pierden la fascinación y la presión comercial, y por ello es urgente que comencemos a construir una mirada verdaderamente crítica sobre la tecnología.


Más información

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