El Gobierno crea un impuesto especial a los envases de plástico para limitar su uso

02/06/2020

diarioabierto.es. El Gobierno aspira a una recaudación cercana a 724 millones de euros gracias a los vasos de bebidas y los recipientes para alimentos de consumo inmediato, in situ o para llevar. A partir de julio de 2021 no se podrán comercializar productos de plástico de un solo uso. // Referencia del Consejo de Ministros 

El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Economía Circular y el anteproyecto de ley de residuos que prevé hacer obligatoria la recogida separada de nuevos flujos de residuos y que, entre otras medidas, prohíbe los plásticos de un solo uso a partir de julio de 2021.

Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra portavoz María Jesús Montero, ha destacado que es voluntad de la Unión Europea y de España «impulsar una auténtica revolución verde de cara a la reconstrucción de la pandemia», mediante la reorientación del modelo de crecimiento para ser un país más competitivo y eficiente pero también «más responsable» con el planeta y con las generaciones futuras.

Por su parte, la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera ha indicado que este es un momento «oportuno» en el que se inicia el debate sobre la reactivación, la reconducción de la economía, el empleo y la actividad.

La Estrategia España 2030 busca superar la economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, así como minimizar la generación de residuos.

Hasta  2030 se debe reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB respecto al año 2010 y disminuirá la generación de residuos un 15%. Plantea rebajar a la mitad la generación de residuos de alimentos per cápita y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir de 2020.

Otros de los objetivos pasa por incrementar la reutilización y la preparación para su reutilización de al menos el 10% de los residuos municipales generados y mejorar un 10% la eficiencia del uso del agua, así como reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente. Igualmente se promoverá acabar con la obsolescencia programada por ejemplo de los electrodomésticos y aparatos eléctricos y electrónicos.

Transposición de la Directiva

El anteproyecto de Ley de Residuos traspone la Directiva Europea de Plásticos de un solo uso de 2019, y contempla que cafeterías, bares y restaurantes deberán cobrar un precio por cada vaso y tapa del café para llevar de plástico a partir del 1 de enero de 2023.

En la restauración se deberá ofrecer de forma obligatoria agua de grifo al consumidor, aunque éste podrá, en todo caso, optar por agua embotellada.

El abandono de basura en el medio ambiente podrá conllevar multas de entre 1.000 € y 2 millones según su gravedad.

A partir del 3 de julio de 2021 estará prohibido introducir en el mercado bastoncillos de algodón (excepto en el ámbito de productos sanitarios), cubiertos, palillos, platos, pajitas y agitadores de bebidas de plástico, así como los palos para sujetar globos (excepto de aplicaciones industriales y profesionales que no se distribuyan a consumidores); los recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones.

El anteproyecto contempla un nuevo impuesto especial que el Gobierno justifica porque «responde a las recomendaciones realizadas por la Comisión Europea, que en numerosos informes ha señalado que España cuenta con margen de actuación en materia de fiscalidad verde».

Esta tasa gravará los envases de plástico no reutilizable, será de carácter indirecto y recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de éstos cuando se utilicen en España.

Este impuesto es «similar» al que se implantará en Reino Unido o Italia y ascenderá a 0,45 € por kilogramo de envase. El Gobierno aspira a una recaudación cercana a 724 millones de euros, que obtendrá de los vasos de bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y de los recipientes para alimentos de consumo inmediato, in situ o para llevar.

En 2026 se tendrá que reducir a la mitad su comercialización, con respecto a 2022; y en 2030, esa reducción debe ser del 70%. En ese sentido, se buscarán alternativas reutilizables o de otro material no plástico.

Desde el 1 de enero de 2023 quedará prohibida su distribución gratuita y se deberá cobrar «un precio por cada uno» de los productos de plástico que se entregue al consumidor, diferenciándolo en el ticket de venta.

También quedarán prohibidos desde el 3 de julio de 2021 cualquier producto que se fabrique con plástico oxodegradable, así como los cosméticos y detergentes que tengan microplásticos añadidos de forma intencionada.

Se limitarán los vasos de bebidas, sus tapas y tapones, así como las cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos que están destinados al consumo inmediato, in situ o para llevar.

Otras de las medidas que incluye el anteproyecto de ley pasan por acabar con la obsolescencia programada, para fomentar el uso duradero y eficiente de aparatos eléctricos y electrónicos, textiles y muebles, envases y materiales y productos de construcción.

También se fomentará la reducción del desperdicio alimentario y la preferencia por el agua no envasada, para lo que se buscarán nuevas vías para apostar por la donación de alimentos, aumentarán las fuentes de agua disponibles en las vías públicas y edificios, y se ofrecerá de forma obligatoria en la restauración un vaso o una jarra de agua gratuita.

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