Ante las circunstancias extraordinarias que está provocando el coronavirus, hay tecnologías que son la base del actual crecimiento exponencial en la industria y que ésta utiliza para poder mantener la eficacia de su productividad: robots autónomos, fabricación aditiva, nuevos interfaces humanos, ciberseguridad, movilidad, blockchain, Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), big data & analytics, simulación, automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), integración horizontal & vertical y cloud. Lo dice el III Estudio Smart Industry, elaborado por la consultora multinacional de negocio Everis y patrocinado por el Observatorio de la lndustria 4.0, un foro integrado por profesionales de varios sectores industriales, fundado en 2005 para intercambiar ideas y experiencias, cuyas actividades financian las tecnológicas Fujitsu y SAP.

Este tercer informe se ha realizado mediante la consulta a más de un millar de directivos de empresas —el 78% de la alta dirección—con una facturación conjunta de 33.500 millones de euros y una media de 2.120 empleados. El objetivo era evaluar el estado de las empresas en España en lo que respecta a la implantación de la industria 4.0, así como establecer nuevos hitos en el camino hacia la transformación digital. El informe arroja estos datos de interés:
♦ El 63% de las empresas encuestadas tenía definidos planes de contingencia con anterioridad a la pandemia, sin embargo, el 81% de ellas no contemplaba una eventualidad de esta magnitud.
♦ Durante la pandemia, el 52% de las empresas ha podido seguir con su actividad, un 33% ha tenido complicaciones en la cadena de suministro y el 15% se ha visto obligada a suspender temporalmente la actividad.
♦ Solo el 4% de las empresas no han sido capaces de teletrabajar, a pesar de que únicamente el 19% tenía contemplada una contingencia de este calibre.
♦ En los últimos tres años la industria española que contaba con un Plan de Transformación Digital ha pasado de ser del 26% en 2018 al 70% en 2020. Ha crecido la inclusión de las nuevas tecnologías en los planes estratégicos de las empresas.
♦ Las tecnologías en las que más invertirán las empresas en los próximos años serán el big bata y la inteligencia artificial (IA).
♦ El cloud y la integración horizontal y vertical siguen estando, un año más, entre las más punteras de las empresas.
♦ El IoT experimenta una pequeña subida. Su adopción se ha disparado por las medidas de teletrabajo que muchas compañías se han visto obligadas a adoptar.
♦ Se produce un notable aumento de las tecnologías de simulación.
♦ Sigue en disminución el uso de nuevos interfaces humanos, que se convierte en el paradigma menos puntero junto al blockchain.
♦ Se ha incrementado el uso de la RPA, de gran atractivo para muchas empresas por la escalabilidad, diversidad y flexibilidad que caracteriza a esta tecnología. En la crisis sanitaria, esta solución ayuda a varias organizaciones de salud a automatizar la notificación de pruebas PCR, la adquisición de suministros y el procesamiento de los datos de los pacientes, entre otros.
♦ En el ámbito científico, el uso de técnicas para modelar estructuras de datos basadas en deep learning (aprendizaje profundo), está permitiendo en bioinformática que, en pocas semanas, los científicos hayan descifrado el genoma del Covid-19, por lo que el uso de las capacidades analíticas sobre volúmenes ingentes de datos (big data) permite acelerar los procesos de investigación.
♦ A consecuencia de la falta de recursos, la fabricación aditiva por impresión en 3D ayudó a dotar del material sanitario (mascarillas, pantallas…) necesario para poder abordar la pandemia al maximizar las condiciones de seguridad.
♦ En el caso de los robots autónomos, se están probando robots que, mediante inteligencia artificial, desinfecten superficies contaminadas para ayudar a los hospitales sobresaturados en la lucha contra esta infección.

Como señala Manuel Yagüe, director ejecutivo de Operaciones en Everis, estas tecnologías no sólo están provocando un crecimiento exponencial en la industria, pues “también ayudan a combatir situaciones excepcionales que requieren de una adaptación rápida”. Según Enrique Ramírez, presidente del Observatorio de la Industria 4.0, “una de las palancas clave para la reactivación del consumo y la confianza en el empleo estará en la competitividad de la industria española a través de su transformación digital, que, sin duda, nos ayudará a relanzar nuestra economía. Las empresas y no solamente las españolas empiezan a ver los beneficios que la Industria 4.0 nos aporta, no sólo en cuanto a la innovación en los productos y en los procesos sino también a la posibilidad de la creación de nuevos modelos de negocio. Tenemos que encontrar los nuevos paradigmas dentro de nuestras empresas que nos permitan seguir reduciendo los costes directos e indirectos, y que nos ayuden a competir con nuestras exportaciones en una economía cada día más globalizada”. Ante esta invitación al progreso de la mano de la tecnología, el informe ofrece estas otras conclusiones principales:

♦ Resistencia al cambio. Continúa siendo el mayor freno dentro de las empresas para la transformación digital, pero año tras año aumenta la formación que imparten a sus empleados. La intención de inversión de las empresas en planes de formación de Industria 4.0 está creciendo y ha pasado del 78% entre 1 y 3 años del 2019 al 82% en el 2020.

♦ Otras barreras. Además de la resistencia al cambio, otros inconvenientes para la transformación digital son las altas inversiones requeridas y los efectos de la actual crisis económica.

♦ ‘Big data’ para reducir costes. La recopilación de datos y su tratamiento se mantienen como los principales paradigmas para conseguir reducir costes.

♦ Analizar los datos. La gestión y explotación del dato siguen siendo los conocimientos más demandados por las empresas.

♦ Invertir más en tecnologías 4.0. El informe reafirma el crecimiento exponencial de la digitalización en el sector industrial, con un incremento en los planes de transformación digital y una mayor concienciación de la necesidad de llevarla a cabo, incentivada por la situación extraordinaria que vivimos. Al consolidarse en el sector la idea de la digitalización en el proceso productivo, las empresas se ven en la necesidad de apostar e invertir en tecnologías 4.0, respaldadas por la seguridad de que su facturación anual está alineada con su interés en esa innovación.

♦ Más conocimientos y mejor compartidos. Se observa una mejora en la matriz de competencias que los empleados necesitan en Industria 4.0, así como la transmisión de información entre la plantilla. De hecho, crece el conocimiento que tiene cada empleado en este nuevo entorno industrial.

♦ Más calidad. El 92% de los encuestados prevé invertir en mejoras en la producción de nuevos productos en un horizonte a corto y medio plazo.

♦ Invertir en planificación. El 69% de los encuestados tiene previsto invertir a lo largo de 1-3 años en la planificación de la demanda y de la cadena de suministro. También invertirán más en la monitorización centralizada y la trazabilidad a lo largo de la cadena, si bien se extienden algo más en el horizonte temporal.

Más información
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