Es el fin del ‘business as usual’, se precisan estrategias con la nube como protagonista

21/12/2020

José Manuel Marina, director general de Crayon. Mejor emprender el nuevo camino con un experto.

2020 nos ha enseñado que depender de lo que ha funcionado en el pasado es algo que conduce irremediablemente al fracaso. Con independencia de si somos una empresa, un organismo público o una ONG, el primer paso para poder avanzar en esta nueva realidad es llevar a cabo un análisis de cada modelo de negocio y de los activos tecnológicos que lo sustentan.

Los icónicos taxis amarillos de Nueva York son un ejemplo de lo que les está pasando a muchas organizaciones. El coste de una licencia llegó a alcanzar los 1,3 millones de dólares en 2014. A partir de ese año, el precio comenzó a bajar, y su valor se ha llegado a reducir hasta en un 90%. Parece que en esa debacle han influido distintas causas, y que una de ellas ha sido la aparición de competidores que han sabido incorporar a sus operaciones las grandes tendencias tecnológicas: la nube o cloud computing, movilidad, big data e inteligencia artificial (IA). Este es solo un caso de algo que está sucediendo en todo el mundo y en todos los sectores de actividad. El business as usual, con el apoyo del Covid-19, está provocando la desaparición de miles de empresas. Para poder salvarse, la única solución es adoptar una estrategia de transformación que tenga a la nube como protagonista.

No es solo una cuestión de tecnología. A diferencia de lo que se pudiera pensar, para iniciar o para acelerar el viaje a la nube, lo primero que hay que transformar es la mentalidad de la dirección. Los CIO, por ejemplo, pueden llegar a ver el negocio solo desde el punto de vista de la gestión de los activos TI, es decir, del patrimonio de tecnologías de la información que la empresa ha ido acumulando a lo largo de los años. En un primer momento, el coste total de propiedad o TCO (Total Cost of Ownership) de ese patrimonio puede, incluso, parecer rentable. Pero con el paso del tiempo, se acumula una deuda técnica que impide dar una respuesta adecuada a la hora de responder a una incidencia —o una situación de emergencia social, como la que hemos vivido este año—.

Imagen: Gerd Altmann (obtenida en pixabay.com y modificada).

La computación en la nube se puede convertir en la base tecnológica que las organizaciones necesitan para impulsar una estrategia de negocio innovadora y disruptiva. Una plataforma que, con un coste apropiado, permite a la empresa experimentar de forma continua y adaptarse con agilidad a las cambiantes condiciones del mercado. Pero insisto, el viaje a la nube debe comenzar desde arriba. El CEO debe estar convencido del cambio, y establecer los objetivos y la hoja de ruta más apropiada con la ayuda del CIO/CTO, los responsables de tecnologías. Estos directivos también deben ser conscientes de que el cambio a la nube no se hace de una vez. Lo apropiado es abordarlo de forma escalonada, evaluando qué cargas de trabajo y qué aplicaciones se deben mover a la nube a corto, medio y largo plazo y cuáles deben permanecer dentro de la organización. Hay una serie de preguntas a las que es necesario dar respuesta a la hora de definir la estrategia:

  • ¿Cuál es el Hyperscaler más apropiado? Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google Cloud Platform, IBM Cloud, Oracle, Alibaba…
  • ¿Qué aproximación a la nube se tomará? Nube pública, híbrida, multicloud
  • ¿Qué aplicaciones se moverán primero a la nube y en qué plazo?
  • ¿Cómo soportará la nube iniciativas de CI/CD —automatización basada en la integración continua— que permitan acelerar el desarrollo del negocio?

Otro punto importante a tratar es la financiación. ¿De dónde saldrá el dinero para afrontar esta transformación? Según indican analistas como Gartner o IDC, la desaparición del business as usual provocará que el presupuesto general destinado a TI se reduzca entre un 5 y un 8% los próximos años. Mientras tanto, el gasto en servicios cloud crecerá alrededor del 19%. Esto significa que el presupuesto experimentará un reequilibrio en el que unas partidas se reducirán o y otras crecerán. Asimismo, habrá proyectos que se puedan autofinanciar con los ahorros que se consigan, por ejemplo, en la compra de licencias de software. Hay compañías que han llevado a cabo un análisis de sus activos tecnológicos y que han descubierto que pueden ahorrar entre un 15 y un 30% de su presupuesto al deshacerse de toda la tecnología que estaban pagando sin sacarle partido.

Camino a la nube
Como resumen, quizá estos puntos puedan servir de guía a la hora de abandonar el camino del business as usual, e iniciar otro nuevo que necesariamente todos tendremos que emprender:

  • Implicación de los niveles más altos de la jerarquía de la empresa
  • Establecer objetivos realistas, pero ambiciosos
  • Construir una cultura de experimentación
  • Recompensar el riesgo y la innovación
  • Formar a los equipos en los principios y tecnologías cloud
  • No desanimarse si la realidad tecnológica actual no se adapta a la nube. Mejor comenzar a cambiarla poco a poco que no hacer nada
  • No es necesario hacer el camino solo ni a ciegas. Es posible aprender de los errores y aciertos de otras organizaciones con la ayuda de un experto

José Manuel Marina es el director general de Crayon 
(@CrayonIT) en España.

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