Tras nuestra comparecencia en el Senado el pasado 20 de junio, quienes formamos parte de la asociación en lucha contra el edadismo laboral +45 ACTIVOS estamos todavía a la espera de ser recibidos por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. No hemos perdido la esperanza, pero sí hemos sentido mucho malestar tras escuchar las declaraciones públicas a las que hemos asistido recientemente vertidas por el ministro José Luis Escrivá y por el presidente Pedro Sánchez. Y así se lo hemos hecho saber a la Presidencia del Gobierno y al citado ministerio. Estos son nuestros argumentos.

En el contexto de la reforma de las pensiones, el ministro dejó claro que la generación que ahora tiene más de 45 años tendrá que afrontar recortes en sus pensiones y alargar su vida laboral. Esto en sí mismo puede ser técnicamente correcto, pero no lo fueron sus palabras, en las que se pudo leer entre líneas que se nos considera poco menos que responsables de mantener el sistema. Además, no se contempló, ni se contempla en las negociaciones tripartitas, la situación de dos millones de desempleados mayores de 45 años, quienes después de ser expulsados de sus puestos laborales no pueden volver a trabajar, pues se vulnera sistemáticamente su derecho a no ser discriminados por razón de edad.

Imagen: Andrea Piacquadio (obtenida en pexels.com y modificada).

Por su parte, el presidente ha orquestado cambios en el Consejo de Ministros y ha dado como uno de los motivos, o ha destacado como consecuencia deseable, el rejuvenecimiento del citado órgano del poder ejecutivo, cuya media de edad es ahora de 50 años. Esto supone una bofetada al talento sénior, a la par que una declaración de intenciones en una línea muy perjudicial para este grupo social, dado que viene a decir que los séniores sobran en todas partes, incluso en aquellas en las que el Gobierno decide quién entra y quién sale.

Declaraciones demagógicas
Hace tiempo que tenemos evidencias de que este Gobierno es edadista. Declaraciones como las vertidas estos días no solo son ofensivas, son también una clara manifestación demagógica sin fundamento que encumbra lo joven por encima de lo que ellos consideran que se ha de quedar fuera. Parece que ya han decidido el papel que le tocará a este colectivo, que ni tiene políticas activas de empleo bien segmentadas, ni dotación presupuestaria equivalente a los 5.000 millones que se dedicarán a resolver el problema del paro juvenil.

El desempleo juvenil es un drama, pero no somos sus responsables ni tiene que tapar la realidad, que no es otra que hay dos millones de madres y padres de familia que tienen dificultades para poner plato en la mesa y dar a sus hijos e hijas las mismas oportunidades que los de aquellos que tienen ingresos en lugar de limosnas no contributivas. Esto es un tema de Estado y es urgente. Nos jugamos ser un país de pobres, quienes además han cotizado mucho, y bien, hasta que se los excluyó.

David Sánchez Fernández es cofundador, junto con Antonio de la Calle Lara, de la asociación +45 ACTIVOS (en Twitter, (@mas45activos).