Un nuevo forcejeo sobre la reforma laboral amenaza la coalición de Gobierno

22/10/2021

Luis Martínez del Amo. La líder de Unidas Podemos acusa a Calviño de “injerencias” en la negociación entre el Ejecutivo y los agentes sociales.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, respalda a Nadia Calviño desde la cumbre de la UE en Bruselas: «No hay intromisión, sino colaboración, coordinación y aportación».

La reforma laboral, y su desmontaje, amenaza con dinamitar el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. El detonante, esta vez, ha sido los “intentos de injerencia” que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, habría llevado a cabo en este negociación con los sindicatos y CEOE, en opinión de Ione Belarra, líder de Unidas Podemos, y ministra de Derechos Sociales.

El descontento llegó en forma de tuit, un mensaje en la red social en el que Belarra reclamaba este viernes al PSOE que se reúna de forma urgente la comisión de seguimiento del pacto de Gobierno con la idea de clarificar cuáles son “los compromisos de coalición”.

Fuentes del partido morado aclararon después los motivos del toque de alarma, radicados en el “intento de injerencia”, que según estas fuentes habría llevado Nadia Calviño en el proceso de negociación sobre la reforma laboral.

Lo cierto es que nada se sabe sobre los motivos que han llevado a considerar a los ‘morados’ que Calviño invadía las competencias de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, miembro también de la formación minoritaria del Gobierno de coalición.

Sin embargo, la propia Calviño fue la encargada de echar agua al vino el pasado jueves, cuando, en la inauguración del congreso confederal de Comisiones Obreras (CCOO), llamó a valorar la fuerte subida del salario mínimo interprofesional durante el Gobierno Sánchez, y calificó como simples “contactos preliminares” el intenso trabajo realizado en la mesa de diálogo social en torno al desmontaje de la reforma del PP.

Aunque Calviño coincide en los objetivos de reducir el paro juvenil y estructural de la economía española, y acabar con otros baldones, como el de la temporalidad y la falta de mecanismos de flexibilidad que eviten los despidos, no es ningún secreto que sus ideas se hallan más cerca de las de CEOE, que las de su colega de Trabajo, más cercana a los sindicatos; y que Calviño, insistiendo en la necesidad de un paquete “equilibrado” de medidas, actúa como guardiana de la ortodoxia económica defendida por Bruselas.

Flexibilidad frente a derechos

Y es que la Comisión Europea, a decir de algunos, se hallaría preocupada por la posibilidad de que el mercado de trabajo español pierda flexibilidad, por la vía del reequilibrio de poderes entre empresarios y sindicatos, ansiado por estos últimos, y defendido por la vicepresidenta segunda ‘morada’ Díaz.

Así, donde los sindicatos defienden un reequilibrio de fuerzas, que les devuelva la llave de la negociación colectiva, o al menos un mayor peso a la hora de hacer valer lo estipulado en un convenio colectivo, los empresarios lo ven como un intento de petrificación de la normativa, que condena a las empresas a naufragar, sin poder taponar las vías de agua cuando una crisis llega, al no poder huir de lo acordado.

Esta tensión entre flexibilidad y derechos de los trabajadores se halla en el centro de la disputa en torno a la próxima reforma laboral. Pero también otras cuestiones. Como la temporalidad, abusiva a todas luces, y que condena a España a una pobre especialización productiva, a decir de los expertos, por la vía de fomentar actividades de bajo valor añadido, mal retribuidas, y donde la formación de la plantilla apenas importa, sometida a una constante rotación, que, además de consumir prestaciones por desempleo, condena a quienes lo sufren a una pobreza intermitente.

Temporalidad abusiva, pero difícil de atajar, según les recordaba ayer a los empresarios el líder de UGT, Pepe Álvarez, que reprochaba a CEOE que condene este abuso del contrato eventual pero luego se resista a renunciar a las prerrogativas que permiten el abuso, según dijo en la apertura del Congreso confederal de Comisiones Obreras, que mañana sábado reelegirá en el cargo a su líder Unai Sordo.

Garamendi defiende a Calviño

Hoy, después de la tensión vivida en la coalición de Gobierno, aparecieron diversos capotes sobre el ruedo. De un lado, CEOE, cuyo líder Antonio Garamendi defendió el derecho de Calviño de “opinar y hablar” sobre la reforma; si bien recalcó que el Gobierno es “uno y no dos”, dando por hecho que los galones de Calviño, por encima en el escalafón de su compañera de Trabajo, se impondrán en la disputa sobre la reforma laboral.

Por otro lado, el PSOE, el partido mayoritario de la coalición que, después de aceptar la petición urgente de sus socios morados de reunir a la mesa de seguimiento del pacto, recordó que la reforma laboral es un asunto transversal, donde “todos los ministerios” deben jugar un papel, especialmente cuando Bruselas vigila con atención el resultado de la reforma, y su posible efectividad para limar el exceso de temporalidad y el paro estructural y juvenil, los asuntos que más preocupan en el Ejecutivo comunitario.

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