Dormirse en los laureles

31/10/2011

Antonio Díaz Morales, director adjunto
de Nebrija Business School.
Muchas empresas han perdido su posición cómoda de liderazgo por haberse quedado dormidas en los laureles. Que en términos de mercado es no haber reflexionado sobre la solidez en el tiempo de sus ventajas competitivas y de los cambios de sus consumidores. Lo cierto es que cada vez son más los mercados que han sufrido revoluciones y sólo algunas empresas líderes han sabido verlo.

Los cambios en el rol y participación de los clientes, así como la alta competencia en todos los mercados, ha supuesto un proceso continuo de redefinición de los mismos. ¿Cómo serán los consumidores futuros o no tan futuros? Pues está claro que más exigentes por estar más informados y ser conocedores de sus derechos; las redes sociales y los blogs ya están aquí, y permiten a los consumidores asociarse y recibir información cualificada de personas a las que tendrán muy en cuenta por la similitud de sus gustos. ¿Qué supone esto? Que fidelizar al consumidor cada vez será más difícil, y que deberemos dedicar más recursos a esta tarea y no sólo a captar nuevos clientes.

La irrupción de cambios radicales en los mercados no es algo nuevo, recordemos que el  fundador de Toyota a principios del siglo pasado se dedicaba a la producción de máquinas de coser y, ante la revolución que supuso el pret a porter, realizó el cambio al sector automotriz.

No tenemos que ir tan lejos para ver cómo no todo está escrito en los negocios; cuando Larry Pagey y Sergey Brin en 1998 fundaron Google siendo estudiantes de doctorado de Standford, ya existían buscadores (desde 1993); el primero fue Wandex, creado por Mettew Gray del MIT, posteriormente muchos fueron creados y desaparecieron, como Exicte, Ineseek, Inktomi, North Light y Altavista.

Podemos también recordar como Dell revolucionó el mercado de los ordenadores o Inditex el del textil, reinventando la cadena de valor; por tanto, no sólo son americanos los que tienen derecho a cambiar los mercados. Otro ejemplo claro lo encontramos en el papel que Apple ha dado a la innovación como una estrategia clara de diferenciación.

Las ventajas competitivas, por tanto, no se pueden buscar en un lugar en concreto, sino en el análisis interno de la propia empresa, identificando dichas ventajas y analizando si seguirán vigentes o no en un futuro. Para descubrir las oportunidades, dar respuesta a esas oportunidades y maximizarlas, es necesario la continua investigación del mercado, la creación de estrategias, la innovación en productos y servicios y la excelencia en la ejecución.

La investigación aplicada es crítica en el mundo de los negocios, así como la aplicación del conocimiento. Lo que supone un área de aproximación clara de la Universidad y la empresa, cosa que separa ambos mundos y que cada vez se acercara más, aprendamos de Estados Unidos, de Sillicon Valley, donde ese maridaje funcionó de forma natural.

Resultados dispares con iguales recursos

La Innovación y la creatividad son valores claramente en alza. Y, por supuesto, la excelencia en la ejecución, que en la mayor parte de los casos diferencia el éxito del fracaso en los proyectos. De nada sirve crear excelentes documentos estratégicos si se ejecutan pobremente. De bien poco, y muchas compañías multinacionales lo pueden ver, al tener resultados dispares con los mismos productos y los mismos comerciales en diferentes países.

En este punto es importante reseñar la importancia del factor humano como el elemento más diferenciador. En un mercado mundial con escasez de dinero, es más necesario la capitalización en las compañías del talento, y justamente los continuos ajustes de estructura de las compañías en la crisis no siempre están blindando la pérdida del recurso que, bajo mi punto de vista, es más escaso, el talento.

Para concluir, es necesario tener una investigación aplicada, crear y dejar espacio en las empresas a la generación de la Innovación, pero siempre cuidando la excelencia en la ejecución de los proyectos y estrategias. Esto es en definitiva el I+D+i, que está claramente vinculando a la Universidad y la Empresa. Pero que, cada vez más y viendo los movimientos sociales actuales, necesita estar enmarcado en la responsabilidad social de las empresas y los ejecutivos; este último elemento no es nuevo para la universidad en revoluciones anteriores. La sociedad y los mercados en la situación mundial actual nos piden, sin duda cada vez más, que la participación de la Universidad en la redefinición de los nuevos modelos y mercados sea más activa; es un reto para todos en la Universidad, alumnos y profesores.

Está bien manifestarse en las calles, pero recordemos que ya en la Grecia clásica la academia era el sitio para que se catalizaran esas catarsis. Podemos quejarnos o canalizar la inquietud a la innovación y reinventarnos.

Aportemos nuestra visión de los nuevos modelos desde las aulas de la academia. No nos durmamos en los laureles.

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Un pensamiento en “Dormirse en los laureles

  1. Es muy importante el tema pero las empresas
    deberian darles opcion muchas veces a sus
    empleados que tienen antiguos con alto nivel de profesionalidad y los arinconan y estan canbiando mucho el trabajo del hombre por las maquinas y en muchos trabaj
    os se desplaza al trabador.La gente quiere trabajar pero los gobiernos le dan los trabajos a las grandes empresas y al autonomo lo desplaza y encima no le da muchas ayudas para reflotar su empresa

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