La empresa especializa en marketing olfativo Dejavu Brands ha mostrado el poder de sus fragancias personalizadas, diseñadas para espacios comerciales, hoteles e incluso para los hogares. Con 12 años de vida y presencia en todo el mundo, esta empresa madrileña no deja de ganar notoriedad. Sus responsables tienen muy claro que este tipo de marketing sensorial o marketing de los sentidos “ha aportado al branding, o construcción de la marca, elementos que buscan hacer de la experiencia del cliente algo único e inconfundible mediante el aroma”, tal y como explica Juan Carlos Alcaide, reconocido experto en experiencia del cliente y marketing de servicios, profesor de ESIC Business & Marketing School, director de The Silver Economy Company y consejero de la Asociación de Marketing de España.

“Las grandes firmas vinculan sus productos a una recompensa emocional y, con ello, alteran la percepción que el cliente tiene de ellos. Se los invita a oler, a saborear, a ver, a tocar y a escuchar. En suma, a que se emocionen», sostiene Alcaide. Y añade: “Todo el marketing pivota en torno a la creación de una experiencia holística, coreográfica, simbólica y orientada a la generación de una proyección de valor más allá de lo funcional: calidad, precio, etc. El objetivo de también llamado ‘sensomarketing’ es lograr que el vínculo con el cliente sea aún mucho más fuerte».

El poder del odotipo
¿Quiénes fueron las marcas pioneras en el uso de los olores para conquistar a los consumidores? Elise Dion, perfumista de Dejavu Brands, comenta que “el marketing olfativo comenzó a implementarse en algunos de los parques temáticos más populares del mundo como Disneyland, donde aplicaban odotipos a los distintos escenarios para crear una atmósfera totalmente envolvente y que la experiencia del espectador fuera mucho más inmersiva, colocando, por ejemplo, fragancias de pólvora en los escenarios del Oeste”. Más tarde, algunas empresas del sector retail comenzaron a pulverizar en sus tiendas las fragancias personalizadas de sus marcas para que el público asociara el tejido con un perfume que evocara sofisticación y elegancia o frescura y juventud.

Los tiempos han cambiado y, con ellos, la forma de consumir. “Los consumidores no quieren productos, sino experiencias positivas, motivadoras y memorables. A veces, sociales; a veces, íntimas, pero siempre auténticas y, por supuesto, cuanto más personalizadas, mejor. Las marcas que nos gustan activan en nuestro cerebro el sistema de recompensa: brindan placeres sensoriales y emocionales, creando la sensación de homenaje y recompensa merecida a través de la sincronía perfecta de mensajes polisensoriales nunca azarosos», argumenta Alcaide.

Hace algunos años que cada vez más empresas utilizan el marketing olfativo para atraer a los clientes y lograr su fidelización. Desde su fundación hace 12 años por Marco Maghe, Dejavu Brands, con Elisa Dion al frente, estudia las marcas de sus empresas cliente con un objetivo: desarrollar las propuestas olorosas más acertadas. Para lograrlo, Dion recurre a diferentes materias primas, capaces de transmitir los valores u objetivos de cada marca, pudiendo así asociarlas a colores, estados de ánimo deseados, valores o incluso la decoración o la música de un espacio.

Como resultado, Dejavu Brands logra transmitir al cliente a través de los sentidos, la imagen y los valores de cada marca, permaneciendo en la memoria de aquel por mucho más tiempo. “Esto se produce y tal y como se ha demostrado, gracias a que el sentido del olfato es el más eficaz a la hora de activar el cerebro para evocar recuerdos muy poderosos capaces de trasladarnos inmediatamente a un momento concreto y hacernos vivirlo de nuevo intensamente. La publicidad, centrada hasta ahora en una imagen visual potente y en un hilo musical pegadizo, empieza también a hacerse eco de la utilidad del marketing olfativo para atraer y fidelizar al cliente, logrando así incrementar sus ventas en un 30%”, argumentan desde Dejavu Brands.

La eficacia de sus odotipos ha llevado a Dejavu Brands al éxito, logrando una presencia internacional con sede en ciudades como Ámsterdam, Bogotá, Miami y México. Marcas como Loewe, Scalpers, NH Hoteles, Supercor y Ford, entre muchas otras de igual prestigio, ya aromatizan sus negocios con las fragancias personalizadas que Dejavu Brands ha elaborado para ellas.

Una presentación de narices
Los asistentes a la reciente presentación en Madrid de algunas de las creaciones de Dejavu Brands, pudieron vivir la experiencia de absorber el perfume del pan brioche, del abeto o del carbón de una deliciosa barbacoa, sin salir del exclusivo salón del hotel, realizando una cata de las muestras de odotipos. La sorpresa de los asistentes al acercar la nariz a cada muestra era realmente notoria ¿cómo podía ser posible estar dentro de un patio andaluz, oliendo sus naranjos y el azahar, y al minuto siguiente en una barbacoa o en un bosque de coníferas?

“La aromatización de los espacios es capaz de provocar sensaciones muy intensas capaces de abrir el apetito, como fue el caso de la fragancia del brioche o la barbacoa; de hacer sentir en un entorno acogedor, como con la propia fragancia del hotel Hospes, a base de mandarina y lavanda, o de trasladarte a un huerto con la fragancia del tomate fresco”, aseguran los responsables de esta empresa. Y concluyen: “Supermercados, pastelerías, tiendas de alimentación, restaurantes, tiendas de ropa, hoteles… las aplicaciones del marketing olfativo son innumerables, a las que ahora se sumará también la línea de fragancias para el hogar que Dejavu Brands ha elaborado cuidadosamente con notas suaves de cuero, madera, hortalizas y frutas y que muy pronto lanzará al mercado”.

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