Movilidad laboral en un mundo cambiante

09/12/2011

Ana Gazarián, CEO de Employee
Mobility Solutions (EMS).
En esta época de cambios, de incertidumbre a la que nos someten los vaivenes implacables de la economía mundial a países, sociedades, empresas e individuos, ya no existen 'gurús', fórmulas mágicas ni teorías magistrales que se puedan seguir. Al contrario, la supervivencia parece amiga del monitoreo permanente de las situaciones, de su análisis minucioso, de la flexibilidad y de la pronta respuesta que estemos en condiciones de dar.

Sin embargo, en este escenario de asombrosos cambios de  gobiernos y mercados, donde parece que sólo se puede hablar de crisis y de recortes, hay empresas que crecen, que han podido distinguir la oportunidad en un mundo que va a dos velocidades: la de los países desarrollados, afectados por un decrecimiento o lento crecimiento económico, y la de los países emergentes que están en pleno crecimiento y aumento de su consumo interno. Es entre estos dos grupos de países, donde se están expandiendo la mayor parte de las empresas internacionales que, para mantener sus operaciones exitosas en diferentes regiones geográficas, logran superar las diferencias y tener presencia en varios lugares a la vez, contando con su mejor recurso para ello: sus recursos humanos.

La movilización internacional del personal viene a ser, entonces, una de las claves para poder apostar y ganar en los negocios que nos ofrece este mundo cada vez más pequeño, más cercano y más competitivo. La expatriación del personal obedece a la estrategia de negocio de la empresa que podrá decidir entre abrir una sucursal, efectuar una alianza con una compañía local o realizar una adquisición, entre muchas otras opciones. Se trata de un proceso complejo que implica desde la selección del perfil adecuado del candidato para una asignación, su traslado con el grupo familiar en muchas ocasiones, el cumplimiento de las normas migratorias para el visado, hasta la obtención de la licencia de conducir, por nombrar solamente algunas de las tareas.

La empresa, además, necesita en todo momento establecer una política de expatriación clara y transparente, pero también cada vez más amplia para lograr equidad e igualdad, para poder desarrollar y retener el talento, para arropar nuevas situaciones como la diversidad cultural del personal o la carrera profesional del cónyuge.

En definitiva, el proceso de expatriación y repatriación del personal va mucho más allá de la coordinación y control de las tareas de un traslado. No se trata de una simple mudanza, sino de algo tan complejo como lograr el máximo desarrollo y el mejor desempeño de ese talento indispensable, que es el que hará posible cumplir las metas de la empresa.

Una gestión compleja

Mi experiencia de más de 20 años de trabajo en la movilidad internacional, asistiendo desde Employee Movility Solutions (EMS) a empresas de todo el mundo, en lo que se refiere a los procesos migratorios y de relocation, me ha hecho valorar la alta especialidad de la labor desarrollada por el área de recursos humanos de las corporaciones en este campo. Sus profesionales dirigen diariamente no sólo la expatriación de numerosos empleados a los lugares por explorar en su proceso de expansión internacional, sino que además, desde esa posición pueden pulsar el entorno y el rumbo global de esa compleja gestión.

Desde EMS les ayudamos a planificar, coordinar y proporcionar el marco legal y la logística más adecuados para la movilidad de sus empleados, acompañándoles para que realicen sus procesos de internacionalización con el mayor éxito. Y es ahora más que nunca, en estos momentos tan atípicos y cambiantes de la dinámica de las empresas, cuando estamos más atentos al conocimiento, a las tendencias, a posibles soluciones, que respondan a las necesidades en el área de la movilización laboral. Esto nos obliga a todos a ser cada vez más innovadores en aportar opciones, fórmulas y soluciones que se adapten a la velocidad que requiere la internacionalización de las empresas para aprovechar así su momento de mercado.

Ana Gazarián Giormezián, presidenta y fundadora de EMS, es abogada por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. En 1993 logra su acreditación como juez y posteriormente se especializa en Derecho migratorio europeo y norteamericano.  En 1986 crea el bufete de abogados Gazarian & Asociados, entre las que la que destaca la práctica de inmigración. En el año 2000 funda EMS en España, logrando en estos últimos años expandir y abrir oficina propia en las cinco regiones más importantes del mundo. A lo largo de su carrera, ha actuado como consejera de dirección para varias empresas reputadas. Desde hace años reside en Miami y compagina su profesión con actividades cívicas y de apoyo a programas sociales y de educación artística.

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