Algo huele a podrido en Marruecos

09/12/2010

Fernando Ratia.

Desde hace ya bastante tiempo las noticias que nos llegan desde Marruecos están teñidas de un halo de conflicto y se tornan preocupantes para nuestros gobernantes. Las relaciones de España con el país norteafricano pasan periódicamente por periodos de reposo y de repente se tornan complicadas, conflictivas. Son salpicadas con enfrentamientos que tienen sus raíces muy asentadas en la tierra.

En este caso en tierra desértica como lo son las arenas que cubren el Sahara. Porque desde que España deja ese territorio tras la famosa “Marcha Verde”, cualquier reivindicación suscitada desde sus antiguos habitantes, los saharauis agrupados en el Frente Polisario, se torna en una amenaza a las relaciones con España.

El problema más reciente es el suscitado en el Aaiún, donde Marruecos ha puesto sobre la mesa toda su fuerza y donde el Frente Polisario ha trasladado a la opinión pública mundial y, sobre todo española, el conflicto que viven desde que el Sahara fue ocupado por los marroquíes.

Tras lo ocurrido en el Aaiún, la diplomacia española se ha guardado toda su artillería y simplemente se ha limitado a manifestar su respeto a las autoridades marroquíes. Incluso ha mirado para otro lado cuando se expulsaba a los periodistas españoles de tierras de Marruecos. Todo un cúmulo de despropósitos.

Todo lo ocurrido parece que nos conduce hacia una situación en la que cabe sospechar que algo huele a podrido en Marruecos. Y no se trata de copiar a la ligera la frase recogida en Hamlet, el por todos conocido drama de Shakespeare.

Huele a podrido porque Marruecos no tiene una posición clara con España. Siempre hay algo que perturba nuestras relaciones, como el citado conflicto de El Aaiún y las críticas a nuestros periodistas. El reino alauita quiere construir una muralla permanente en sus relaciones con Madrid, por eso no hay embajador en nuestro país, por eso cuando no se atreven a criticar al Gobierno español, lo hacen con el Partido Popular. Constantemente, nos muestran que hay algo que perturba nuestras relaciones. Y la clave de todo, no nos engañemos, está en Ceuta y Melilla.

Por eso, dos de las principales formaciones políticas marroquíes instaron recientemente al Gobierno de su país a que envíe el expediente de las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla a la Cuarta Comisión de la ONU, encargada de los procesos de descolonización en el mundo. Por eso el recientemente creado Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla amenaza con cortar el agua a la ciudad autónoma española.

Ya saben, al enemigo ni agua….

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