Doble o nada
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Algunos de los más grandes ya habían hecho álbumes dobles. Dylan, “Blonde On Blonde”; Beatles, “Beatles /White Album”; Hendrix, “Electric Ladyland”; Stones, “Exile On Main Street”; Zappa “Freak Out”. Faltaban Led Zeppelin que ya llevaban cinco discazos excepcionales, pero que querían apostar a doble o nada. Y la suerte es que lo hicieran por el doble. Lograron así su mejor obra. Además, muy meritoria, ya que había bastantes problemas internos en la banda.
Grabaron un álbum de matrícula de honor. Merece un análisis anatómico. Para abrir, “Custard Pie”. Se decantan por el hard rock más puro, a la Bad Company manera, banda que, por cierto, sería la primera que producirían en su nuevo sello Swan Song. “Custard Pie” tiene el atractivo de que Robert Plant toca la armónica, y muy bien además, y que tiene un riff intermedio que recuerda a “Este Madrid” de Leño.
La primera fase es sombría, nocturna, fantasmal. La segunda es un medio tiempo de rock duro y fantástico; la tercera comienza con clavecín muy stoniano, que da pie a una balada tipo rock progresivo a la Genesis manera. “Bron-Yr-Aur”, es un instrumental con arpegios delicados y recuerdos a los intermezzos medievales de Steve Howe. Un buen preludio para una de las más brillantes joyas del álbum “Down By the Seaside”, baladón pop que te incendia el corazón, el almas y otras partes del cuerpo. Tiene un hermoso final psicodélico con que Page homenajea al “Green Manalishi” de Peter Green.

Músicos magistrales
Luego “The Rover”, más hard rock con una introducción guitarrera sensacional y una batería de Bonham que sirve para desmentir a todos aquellos que decían que era un bruto sin técnica. El estribillo de “The Rover” es un monumento a la sensibilidad edificado por unos músicos magistrales y una voz que, aunque llega menos a los agudos que antes de la operación sufrida unos meses antes, seguía en tonos y matices privilegiados. Muestran su talento para mezclar decibelios con armonía. Entre las diez mejores canciones de Zepp. “In My Time Of Dying” son once minutos de placer inenarrable. Se trata de uno de sus temas más misteriosos y esotéricos, a los que era muy dado Jimmy Page por su inclinación a la magia y brujería.. Entre las cinco mejores canciones del disco. Otra maravilla de hard rock con Free y Bad Company como bandera es “Houses Of The Holy” y otra gema “Trampled Under Foot” que, aunque algunos críticos consideran funk, tiene muy poco de eso y mucho de soul rock poderoso a lo Sly and The Family Stone.Aire exótico
“Kashmir”,con su aire exótico, nos trae recuerdos de la estancia de Page y Plant en Marruecos unos meses antes de la grabación del disco. Segunda canción en duración (8.31´). Crea umbrío y oscuro ambiente. Lo han interpretado con frecuencia en directo. Con él, cierran un primer álbum prodigioso que se nos antoja insuperable. Pero una vez más nos sorprenden e inician la tercera cara del álbum con “In The Light”, una composición descomunal con tres partes nítidamente separadas, pero milagrosamente integradas unas en otras.