El humo blanco había aparecido en la chimenea del Vaticano tras la votación número cuatro, como Benedicto XVI, que entró en la Capilla Sixtina como gran favorito, y fue elegido en la cuarta votación. Francisco lo consiguió a la quinta. Se confirmó el deseo de muchos de que este fuera un cónclave corto, después de las 12 reuniones previas celebradas entre los cardenales antes del cónclave. También se cumplió una de las frases más repetidas estos días por la Plaza de San Pedro: "quien entra Papa, sale cardenal", y eso es lo que le ha pasado al secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, que figura como favorito en la mayoría de las apuestas.