Trump ha elevado hasta el 50% los aranceles al acero y al aluminio
A punto de romperse las negociaciones entre UE y EEUU por la nueva subida de aranceles
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El comisario de Comercio, Maros Sefcovic
(Foto de archivo: ALEXANDROS MICHAILIDIS / UNIÓN EUROPEA)[/caption] No existe politólogo ni economista que entienda nada de lo que le pasa por la cabeza al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en plena negociaciones con todos los países, incluido el bloque económico de la Unión Europea, ha anunciado que doblará del 25% al 50% los aranceles al acero y al aluminio. Una decisión unilateral, como todas las que anuncia, que pone en dificultades todas las negociaciones, y enciende la mecha para que sus anuncios tengan una respuesta "firme y contundente". Ante la nueva amenaza de Trump, la Unión Europea, sin perder la compostura, responde que tiene preparada una batería de medidas defensivas, que no dudará en aplicar si las negociaciones fracasan. El portavoz europea de Comercio, Olof Gill, lo ha dejado claro: "si no se llega a una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes (en suspenso) como otras posibles adicionales tendrán efecto automáticamente el 14 de julio, o incluso antes si las circunstancias lo requieren". Gill ha lamentado el aumento de aranceles al acero anunciado por Trump, una decisión que, en su opinión, "añade mayor incertidumbre a la economía global y aumenta los costes para los consumidores y las empresas de los dos lados del Atlántico" y que, por si fuera poco "también mina nuestros esfuerzos en marcha para lograr una solución negociada con Estados Unidos". La prueba de foco para saber si finalmente las negociaciones se rompen tendrá lugar este mismo miércoles, en el que el comisario de Comercio,Maros Sefcovic, se reunirá en Parás, con el responsable de Comercio estadounidense, Jamieson L. Greer. Por si queda algún resquicio para que sea posible el acuerdo, en Bruselas no quieren cargar las tintas ni meter más presión, razón por la que insisten en valorar la tregua que había dado Trump con los 90 días de suspenso de los aranceles anunciados, que las autoridades comunitarias interpretan como un gesto "de buena fe" con el que se creaba un "espacio" para las negociaciones continuadas. También recuerdan que Trump y la presidenta europea, Ursula von der Leyen, acordaron "acelerar" las negociaciones. Es cierto que las reuniones se están produciendo. Gill confirmaba que este lunes han salido camino de Washington los "equipos técnicos" desde Bruselas para buscar avances significativos. Pero, en paralelo, y a la vista de que el acuerdo no llega y que las amenazas de Trump aumentan el porcentaje de los aranceles, el Ejecutivo comunitario sigue con sus consultas con todos los gobiernos de la UE para concluir la segunda lista de contramedidas con nuevos aranceles a más productos procedentes de Estados Unidos, cuyo valor será de 100.000 millones de euros. Bruselas no quiere dar nada por perdido, y sigue abierto a negociar, pero como ha insistido el portavoz de Comercio, "hemos dejado muy claro en todo momento que si las negociaciones no llevan a un acuerdo justo y equilibrado para las dos partes, todas las negociaciones siguen sobre la mesa con respecto a las contramedidas de la UE".

(Foto de archivo: ALEXANDROS MICHAILIDIS / UNIÓN EUROPEA)[/caption] No existe politólogo ni economista que entienda nada de lo que le pasa por la cabeza al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en plena negociaciones con todos los países, incluido el bloque económico de la Unión Europea, ha anunciado que doblará del 25% al 50% los aranceles al acero y al aluminio. Una decisión unilateral, como todas las que anuncia, que pone en dificultades todas las negociaciones, y enciende la mecha para que sus anuncios tengan una respuesta "firme y contundente". Ante la nueva amenaza de Trump, la Unión Europea, sin perder la compostura, responde que tiene preparada una batería de medidas defensivas, que no dudará en aplicar si las negociaciones fracasan. El portavoz europea de Comercio, Olof Gill, lo ha dejado claro: "si no se llega a una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes (en suspenso) como otras posibles adicionales tendrán efecto automáticamente el 14 de julio, o incluso antes si las circunstancias lo requieren". Gill ha lamentado el aumento de aranceles al acero anunciado por Trump, una decisión que, en su opinión, "añade mayor incertidumbre a la economía global y aumenta los costes para los consumidores y las empresas de los dos lados del Atlántico" y que, por si fuera poco "también mina nuestros esfuerzos en marcha para lograr una solución negociada con Estados Unidos". La prueba de foco para saber si finalmente las negociaciones se rompen tendrá lugar este mismo miércoles, en el que el comisario de Comercio,Maros Sefcovic, se reunirá en Parás, con el responsable de Comercio estadounidense, Jamieson L. Greer. Por si queda algún resquicio para que sea posible el acuerdo, en Bruselas no quieren cargar las tintas ni meter más presión, razón por la que insisten en valorar la tregua que había dado Trump con los 90 días de suspenso de los aranceles anunciados, que las autoridades comunitarias interpretan como un gesto "de buena fe" con el que se creaba un "espacio" para las negociaciones continuadas. También recuerdan que Trump y la presidenta europea, Ursula von der Leyen, acordaron "acelerar" las negociaciones. Es cierto que las reuniones se están produciendo. Gill confirmaba que este lunes han salido camino de Washington los "equipos técnicos" desde Bruselas para buscar avances significativos. Pero, en paralelo, y a la vista de que el acuerdo no llega y que las amenazas de Trump aumentan el porcentaje de los aranceles, el Ejecutivo comunitario sigue con sus consultas con todos los gobiernos de la UE para concluir la segunda lista de contramedidas con nuevos aranceles a más productos procedentes de Estados Unidos, cuyo valor será de 100.000 millones de euros. Bruselas no quiere dar nada por perdido, y sigue abierto a negociar, pero como ha insistido el portavoz de Comercio, "hemos dejado muy claro en todo momento que si las negociaciones no llevan a un acuerdo justo y equilibrado para las dos partes, todas las negociaciones siguen sobre la mesa con respecto a las contramedidas de la UE".