[caption id="attachment_696413" align="alignnone" width="980"] (Imagen: WEB DE MARÍA CRISTINA ROSAS)[/caption]   La invasión de Rusia a Ucrania, la guerra entre Israel y Palestina y, ahora, el conflicto entre Estados Unidos e Irán... la inestabilidad mundial va creciendo de forma imparable y uno de los productos más sensibles en estas tres áreas bélicas es el petróleo, que comenzó su primer intento de subida tras la guerra de Rusia y Ucrania. El acuerdo de los países de la OPEP+ de incrementar la producción logró frenar el aumento del precio, pero otra cosa es el conflicto en Irán, el tercer mayor productor de crudo, que controla el paso de los petroleros por el Estrecho de Ormuz hasta el punto de poder decreta su cierre. El ataque este fin de Estados Unidos a varias centrales nucleares iraníes ha abierto la espita, y la primera reacción ha sido que el precio del barril de crudo de calidad Brent, de referencia para Europa, llegaba a subir este lunes hasta los 81,40 dólares, un 5,7% más. Los diferentes ataques de Israel a Irán ya habían sido un aviso, pero la decisión de Trump de atacar puntos estratégicos iraníes ha supuesto que el petróleo muestre el mayor precio desde el pasado mes de enero. Después del arranque de 81,40 horas, pocas horas después el barril de Brent bajaba de nuevo por debajo de los 80 dólares, hasta los 78,26 dólares, un 1,62% más que el cierre del mercado del viernes. También el barril de petróleo del West Texas Intermediate (WTI), usado de referencia en Estados Unidos, escalaba hasta los 77,13 dólares, un 4,4% más, para frenar su subida a los 75,01 dólares pocas horas después. También la cotización del WTI reducía un 5% de su precio, hasta los 73,19 dólares coincidiendo con la apertura de Wall Street.

Todos pendientes de la respuesta de Irán

Sin duda, la decisión de Irán sobre si responderá el ataque estadounidense que causó "daños monumentales", como describió el presidente Donald Trump, será determinante en el precio del petróleo. También lo será si decide cerrar el Estrecho de Ormuz al paso de petroleros, una decisión que deberá votar el parlamento iraní, después de que el gobierno del país haya pedido su cierre. Trump ha mostrado su mano más dura. El ataque estadounidense a tres centrales nucleares del país por si solo ya ha levantado el temor sobre los efectos nucleares sobre la población y los países del entorno iraní. "Se produjeron daños monumentales en todas las instalaciones nucleares de Irán, como muestran las imágenes de satélite. ¡Obliteración es un término exacto!", ha explicado Trump en su red Truth Social. El ataque ha sido confirmado por el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, quien ha asegurado el ataque a las instalaciones nucleares iraníes de Fordo, Natanz e Isfahán, así como los "amplios daños" sobre todo en Isfahán. Los expertos ya no ocultan el temor sobre el riesgo de suministro tanto de petróleo como de gas GNL. Lo peor que podría pasar es que Irán decida cerrar el Estrecho de Ormuz por donde se mueve una cuarta parte del comercio marítimo del crudo, así como el 20% de gas. Warren Patterson, responsable de Estrategia en materias primas de ING Research, ha explicado que "un bloqueo efectivo del Ormuz provocaría un cambio drástico en las perspectivas petroleras, llevando al mercado a un profundo déficit". No en vano, la mayor parte de la producción de la OPEP se encuentra en el Golfo Pérsico y su comercio marítimo pasa por Ormuz. Buscar rutas alternativas al estrecho lo único que provocaría es también encarecer el producto al tener que afrontar mayores distancias de transporte, y más tiempo.

Reservas estratégicas y producir más petróleo

La única forma de frenar el precio del petróleo sería que los países productores echaran mano de sus reservas estratégicas, y al mismo tiempo que Estados Unidos produzca más crudo. Expertos como los de Goldman Sachs consideran que se trata de soluciones temporales, y aseguran que en el horizonte más moderado, el precio del barril de crudo superará los 100 dólares, por el coste suplementario que supondría distribuir el petróleo por otras rutas que eviten el Estrecho de Ormuz. En el caso más extremo, como precisa Petterson de ING, "si el bloqueo se lleva a cabo con éxito, se espera que el petróleo Brent alcance los 120 dólares por barril a corto plazo. Una interrupción prolongada (hasta finales de 2025) probablemente haría que los precios superen los 150 dólares por barril, alcanzando nuevos máximos históricos", concluye. Ante estos escenarios, también existe otro, que Irán, finalmente, no cierre el Estrecho de Ormuz, ya que además de la subida del petróleo perjudicaría a toda Asia, mucho más que a Estados Unidos que es su objetivo. Países como China y su economía se verían gravemente afectados. De momento, y pese al primer 'susto' al inicio de la cotización de esta materia prima, el mercado ha ido destensando la preocupación, y el precio ha comenzado a descender, lo que hace pensar que los mercados, de momento, creen que Irán no adoptará una medida tan drástica. La otra opción de Irán, como advierten los analistas políticos, es 'despertar' a la célula que tiene dormida en Estados Unidos y realice algún atentado en el país de Trump.