El hotel de la realeza reabre en Marbella

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[caption id="attachment_696406" align="aligncenter" width="480"] Foto histórica de Los Monteros en los setenta[/caption]   El señor Kimpton existió, era un norteamericano publicitario y de éxito, que un día decidió pasar de vender productos a crear un formato de alojamiento que proporcionase bienestar a sus clientes. Abrió su primer Kimpton en San Francisco en 1981. Su hospitalidad, vanguardia, diversidad y modernidad lo posicionó tan rápido que fue el germen del imperio hostelero actual, integrado en el grupo IHG cuentan con diecinueve marcas y más de 6.600 hoteles en cien países. Después de varios avatares, el emblemático hotel Los Monteros de Marbella, muy del gusto de la reina Ingrid de Dinamarca, Jaime de Mora y Aragón o Sean Connery pasó a ser un Kimpton. Como perder la marca Los Monteros, que es como todo el mundo lo conoce, habría sido un error, la han conservado. De hecho, los malagueños, como el propio Antonio Banderas, lo tenían como un lugar aspiracional donde emular a la jet set que lo frecuentaba. Por razones obvias, el hotel favorito de Antonio Banderas es Puente Romano, donde tiene intereses económicos.

Nueva vida a Los Monteros

Kimpton adquiere Los Monteros y mantiene su espíritu. La reforma empieza a primeros del año 2024. El hotel de los años setenta se había quedado muy anticuado y desfasado. Tenían que introducir un gimnasio, un spa, nuevas habitaciones y una zona para que los niños sean felices y los adultos aún mas. La estructura, años setenta, se ha respetado y lo que han hecho ha sido una ampliación en la que han ganado 45 habitaciones y una zona de salud. [caption id="attachment_696408" align="alignnone" width="640"] La nueva ampliación respeta el entorno[/caption] Entre sus 195 habitaciones, cuentan con unas duplex que resultan muy entretenidas, entre que subes o bajas y son como un apartamento de unos 60 metros cuadrados, que me recuerdan a alguna película de la época barbarella de los años setenta marbellís. Sus albornoces amarillos de rayas son estupendos, también la calidad de las sábanas de 800 hilos, por lo menos, y que el minibar tenga jamón ibérico del bueno, más un carrito de bebidas, son detalles interesantes. Que el baño de la 412, la que yo ocupé, tuviera ventana a la habitación también lo encontré muy años setenta. Quizás el aseo un poco incómodo, creo que un jugador de la NBA o un luchador de Sumo, tendrían que hacer contorsionismo, claro que no sé si se alojarán muchos huéspedes con ese físico en el hotel.

Qué hace al Kimpton Los Monteros diferente

Por ejemplo, la llamada “social hour”. A las 17 horas de la tarde, empleados y clientes se juntan para ser invitados a un vino español gratis y hacer networking o entablar amistades. Es algo muy típico de los hoteles Kimpton. Otra particularidad de esta cadena es el festival anual. Cada uno, y en España hay tres, tiene una identidad propia y es lo que celebran una vez al año y no tienen por qué coincidir en fechas. En Marbella para festejar el inicio de la temporada estival, organizaron alrededor de la piscina, un festival setentero con Pepino Marino como DJ y puestos de comida, con su jamón propio Dehesa Los Monteros, que se elabora en la sierra malagueña de Ronda con unos cerditos que comen castañas. Sólo faltaba Peter Seller con su elefante hippie, que es algo que Guille García-Hoz, Mayte de la Iglesia y yo misma, echamos en falta, pero hubo fuentes de champagne, helados y ricas viandas de Jose Carlos García, que se encarga de la restauración. [caption id="attachment_696407" align="alignnone" width="640"] La fiesta del inicio del verano, alrededor de su piscina[/caption] El hotel, para lo que es el bullicio de La Costa del Sol en verano, es un remanso de paz y sus habitaciones están bien insonorizadas. A doce minutos en coche del centro de Marbella y con servicio de recogida en el aeropuerto/estación de tren. Su directora de marketing, que por cierto, baila divinamente los temazos de Pepino Marino, me explicaba que ellos tienen un concepto de lujo “casual, desenfadado y moderno. Nos alejamos del lujo clásico de los dorados y la ostentación. La idea es que te sientas como en casa. Nosotros le llamamos “experiencias ridículamente personales” que te hagan sentir confortable y no encorsetado”. [caption id="attachment_696409" align="alignnone" width="640"] Vestíbulo de entrada al hotel[/caption] Y para crear ese ambiente hogareño, te dejan llevar mascotas, siempre que no sean salvajes y no les cobran suplemento. “Hay clientes que vienen con sus pájaros e incluso, reptiles”. En breve abrirán un club infantil para que los niños sean felices allí y no den la lata a los adultos que no quieren entender, ni compartir las diversiones infantiles. Y para los más cómodos, disponen de un servicio de cochecitos eléctricos que te bajan a la playa en un par de minutos recorriendo las mansiones de Los Monteros, como si estuvieras en Hollywood. De hecho, nosotros paramos donde estaban las grúas de la futura casa de Antonio Banderas y vimos cómo avanzan las obras y su nuevo nombre. Ahora la que fuera “La gaviota” se llama “Mi calle”, esta bajada a la playa es como en Los Ángeles en el tour por las casas de los famosos.