El exceso de velocidad (29,3%), el consumo de alcohol (17,4%) y de drogas (10,2%), entre los factores de riesgo

Uno de cada cuatro muertos en accidentes de tráfico era motociclista

01:09h

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El informe 'Hoja de ruta para la mejora de la seguridad vial de usarios de motocicletas y ciclomotores', elaborado por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Carretera, muestra datos muy preocupantes: uno de cada cuatro fallecidos en siniestros de tráfico en España era motociclista. El riesgo de fallecer por cada kilómetro recorrido en motocicleta es 17 veces superior al de hacerlo en un automóvil de turismo. El número de motociclistas fallecidos y heridos en España se ha visto reducido menos que el de conductores de automóviles, porque el uso de la moto ha crecido, sobre todo en ciudad.El parque de motos ha crecido el 38%, frente al 18% de automóviles, en 2019, el año anterior a la pandemia. Otro dato para la reflexión: el 96% de los conductores de motocicletas y ciclomotores fallecidos eran hombres. El 45% de los fallecimientos se concentra en vías interurbanas y en el entorno de las ciudades y en fin de semana. En el 52% de siniestros con motociclistas fallecidos no interviene otro vehículo. En carretera, ese porcentaje asciende al 58%, y en ciudad desciende hasta el 46%. Cuando existe un segundo vehículo implicado además de la motocicleta, la responsabilidad recae en el 51% de las ocasiones en el otro vehículo y en el 44% en el propio motociclista (no pudiéndose determinar en el porcentaje restante) La tipología del siniestro nos indica que la mayoría de los fallecidos se han producido en salidas de vía (un 41,3%) seguidas de colisiones “en T” o frontolaterales típicas de intersec-ciones (un 16,8%) y de caídas (15%). En cuando a las infracciones graves por parte de los conductores motociclistas implicados en siniestros con fallecidos, la que está presente con más frecuencia es el exceso de velocidad, presente en un 29,3%, seguida de la conducción bajo los efectos del alcohol, presente en un 17,4% de los siniestros, y las drogas, en un 10,2%. Si se pudieran evitar las infracciones, que causan el 57% de los muertos en accidentes de tráfico, muy probablemente podrían prevenirse alrededor de la mitad de los fallecidos Pero las infracciones no aparecen únicamente en el caso de los motociclistas: en el caso de los conductores de los demás vehículos implicados, también ese mismo 57% ha cometido algún tipo de infracción. En este caso, la más frecuente es no respetar la norma genérica de prioridad (21%), seguida de la conducción desatenta con un 10%. Los conductores no son el único factor de siniestralidad identificado. En el 23% de los siniestros también interviene la vía, principalmente por lluvia, márgenes sin protección de obstáculos o biondas y barreras sin sistemas de protección para motociclistas. El estado de los vehículos supone un factor de siniestralidad en un 7% de las ocasiones, siendo la causa más frecuente el mal estado de los neumáticos. Los días con más fallecidos son días de fin de semana, por lo se deduce que la conducción por ocio o por placer supone un riesgo mayor que la causada por motivos laborales o por movilidad obligada (entre semana). En el 30,5% de los accidentes mortales de motociclistas, éstos no hacían uso de ningún equipamiento de seguridad adicional al casco (airbags, chaquetas con protecciones, guantes y botas especiales). Existen grandes diferencias entre el uso de equipamiento de seguridad en vías urbanas e interurbanas, siendo mucho más habitual su uso en carretera, un 53,3% de los fallecidos lo hacían mientras que en ciudad solamente lo hacían un 17,9%. El porcentaje de motociclistas fallecidos que no utilizaba más elementos de protección que el casco se sitúa en el 75%. Por tanto, el porcentaje de motociclistas fallecidos que no utilizaban más elemento de protección que el casco se multiplica por 2,5 aproximadamente: del 21,7% en carretera al 53,8 en ciudad. En el 5,5% de las ocasiones, el motociclista sí utilizaba casco pero éste salió despedido durante la colisión, fundamentalmente por un uso incorrecto: talla inadecuada, mal abrochado. Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial  de la Fundación Mapfre, resume los datos del informe: el exceso de velocidad (29,3%), el consumo de alcohol (17,4%) y la ingesta de drogas (10,2%) son los factores de riesgo que más influyen en un siniestro mortal de moto. También interviene el hecho de no usar el casco de la talla adecuada, abrochado y ajustado correctamente, lo que puede provocar hasta el 6% de los fallecimientos en motociclistas y el 29% en conductores de ciclomotores.

Mejora de la formación y análisis de cada accidente mortal

La propuesta más relevante del informe elaborado por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Carretera es la creación de grupos de trabajo que analicen cada siniestro mortal y elaboren recomendaciones para evitar que se repitan este tipo de sucesos, tal y como se realiza desde hace años en otros países más seguros que España, como Suecia. Otra de las sugerencias es mejorar la formación de todos los conductores, incluyendo a aquellos que con su carné B (de coche) empiezan a conducir motos de pequeña cilindrada, así como la de los motociclistas profesionales, en especial, de los repartidores, que deberían recibir cursos de conducción segura, en particular para mejorar la conducción en curva y en intersecciones, y el frenado de emergencia. El estudio plantea la necesidad de completar la formación práctica de todos los conductores (tanto de motocicleta como de automóviles o vehículos pesados) con sesiones específicas de concienciación, percepción del riesgo, toma de decisiones seguras y necesidad de compartir la vía, que estén moderadas por víctimas de siniestros de circulación. También, para promover el equipamiento de alta visibilidad y de protección que ayude a proteger mejor las lesiones producidas en columna vertebral, manos y pies, algunas de las zonas más afectadas, e incorporar más tecnología de seguridad de serie en todas las motocicletas y ciclomotores, como el sistema de llamada de emergencia y el ABS, actualmente no obligatorio en vehículos de menos de 125 cc. La investigación recoge, además, la necesidad de mejorar las carreteras con barreras de protección, que sean compatibles con la seguridad de estos conductores y que eviten situaciones trágicas y frecuentes como la amputación de miembros inferiores, que suceden como consecuencia de una colisión. También la importancia de fomentar un plan de ayudas para la renovación del parque de este tipo de vehículos y para la actualización de la ITV y su cumplimiento; así como reforzar los controles de circulación, especialmente en relación a las infracciones que más fallecidos provocan: exceso de velocidad y presencia de alcohol y drogas.