Pese a los avances frente a la pobreza extrema
La reducción de la pobreza laboral se estanca, según la OIT
01:09h
[caption id="attachment_399654" align="alignnone" width="660"] Imagen: OIT[/caption]
Louisette Fanjamalala, una costurera de los arrabales de Antananarivo, la capital de Madagascar, sobrevive con apenas dos dólares diarios. Con ellos debe alimentar a sus cuatro hijos, dos suyos y otros dos adoptados. Y enfrentarse además a las negativas de las fábricas de confección, que la consideran demasiado vieja para trabajar.
Con la máquina de coser que le han proporcionado por sufrir violencia en el trabajo, Louisette tiene que bregar con sus hijos adolescentes entre las cuatro paredes de la única habitación con que cuenta su vivienda en los suburbios de la capital.
Ha debido renunciar al salario de entre 20 y 90 euros que cobran los trabajadores de las fábricas de confección que menudean por la zona. Y lucha cada día por llevar un plato de comida a la mesa de su hogar.
“Cada vez es más difícil que me contraten. Me consideran demasiado vieja. Y es una lástima, porque soy una mujer cualificada. Trabajo con la misma rapidez, y aún mejor, que los trabajadores más jóvenes”, afirma empuñando las tijeras con las que confecciona cortinas y vestidos, que luego llevará a vender al mercado local.
“Por lo general, los departamentos de recursos humanos rechazan mi solicitud de empleo sin ni siquiera concederme una entrevista”, suspira.