Logra rentabilidades propias de países emergentes con riesgos de mercados desarrollados

El Año de la Rata ofrece oportunidades de inversión en China

01:09h

El Año Nuevo Chino de 2020 comienza el sábado 25 de enero. El calendario tradicional chino establece que este Año Nuevo es el 4718. Será el Año de la Rata y, según el horóscopo chino, este animal se relaciona con la inteligencia y la riqueza.

En China, la fiesta de Año Nuevo o fiesta de la Primavera, equivalente a la Nochevieja española, es un tiempo muy especial para que las familias y los seres queridos estén juntos. En España los residentes chinos aprovechan para realizar numerosas actividades relacionadas con la danza, el cine, la gastronomía, la música, el deporte o la literatura. Algunas de ellas con un componente solidario, ya que se destinarán fondos a ayudar a personas en riesgo de exclusión.

Pero el inicio del Año de la Rata  es un buen momento para plantearse oportunidades de inversión en China "El Año de la Rata puede esconder grandes oportunidades para los inversores en renta fija china", señalan en Eurizon Asset Management.

"Los bonos chinos son los nuevos activos seguros"

Stephen Li Jen, CEO de Eurizon SLJ Capital, destaca el potencial oculto del mercado de deuda chino: "Muchos inversores piensan que la inversión en el mercado chino está asociada a un alto riesgo y, dado que en 2020 la estabilidad es lo primero, prefieren otras clases de activos considerados más 'seguros'. Sin embargo, desde que el mercado chino de bonos se abrió a los inversores extranjeros, ha experimentado una tendencia comparable a la de los activos refugio, como el oro o los bonos del Tesoro estadounidense, especialmente durante periodos de turbulencias e incertidumbre en los mercados".

"La apertura de China al capital extranjero le confiere un gran atractivo. El mercado en renta fija en renminbi es muy grande. Tanto, que sobrepasa el tamaño combinado de los mercados de renta fija de Alemania, Francia e Italia. Aunque, por ahora, solo el 2% son inversores extranjeros, la apertura de los mercados financieros chinos al capital extranjero cuenta con un gran potencial. Podría conseguir que la cuota de inversores foráneos en el mercado de bonos en moneda local crezca significativamente y llegue hasta el 10-15% del total de bonos en renminbi, lo que significa unos dos billones de dólares de entradas a medio plazo, , que tendrán un impacto alcista en el mercado y le confiere un gran atractivo", argumenta.

"Los bonos chinos han proporcionado rentabilidades de países emergentes con un perfil de riesgo de país desarrollado", explica Stephen Li Jen, destacando" la baja volatilidad de esta clase de valores y la tendencia a tener buenas rentabilidades en entornos de mercado difíciles".

También recalca cómo durante la crisis de la deuda soberana de la Eurozona, las acciones en renminbi subieron un 17%. "Además, entre 2014 y 2017, cuando gran parte de los mercados emergentes terminaron en el centro de la especulación bajista, los bonos soberanos chinos garantizaron un retorno de la inversión del 26%. En 2018, un año caracterizado por rendimientos negativos en la mayoría de las clases de activos, el resultado fue una subida del 9%", aporta.

"Los bonos en renminbi chino ofrecen rentabilidades en línea con los bonos de mercados emergentes, pero con riesgos similares a los de los mercados desarrollados, y suelen registrar muy buen comportamiento en mercados complicados. Una inversión en renminbi será más atractiva para un europeo que para un americano, especialmente si la guerra comercial entre Beijing y Washington no encuentra una solución", concluye este experto.

Señal de abundancia y riqueza

Precisamente el nuevo acuerdo comercial alcanzado con EEUU obligará a China a gestionar sus relaciones comerciales con mayor firmeza. "Se trata de un paso en falso tanto para China como para el resto del mundo", subraya un análisis de DWS, la gestora de activos del grupo Deutsche Bank.

"En la cultura china, las ratas se consideran una señal de riqueza y abundancia. Desde luego, parece una descripción acertada del desarrollo que ha experimentado el país en las últimas décadas", señalan en DWS. El gráfico refleja que la contribución de China al Producto Interior Bruto (PIB) mundial se ha multiplicado casi por diez desde 1980, en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA). Actualmente, el país genera aproximadamente una quinta parte del PIB mundial. También representa una quinta parte de la población mundial.

La Fase 1 del acuerdo comercial entre China y EEUU "es un arma de doble filo", insisten los analistas de DWS. Por un lado, la tregua resulta claramente positiva, al igual que algunas de las medidas acordadas, como reforzar los derechos de propiedad intelectual en China y eliminar las restricciones sobre la inversión extranjera, lo que se extiende a los servicios financieros. Sin embargo, el hecho de que el acuerdo fije objetivos cuantitativos para las compras chinas de bienes y servicios estadounidenses probablemente consolidará aún más el control del Gobierno sobre la economía china. Además, la resolución de los conflictos sobre cuestiones tecnológicas en áreas como la inteligencia artificial, considerada crucial para la futura competitividad de ambos países, sólo se ha pospuesto. A corto plazo, el brote de coronavirus puede empeorar la situación.

"A lo largo de la última década, China ha continuado registrando grandes avances", afirma Johannes Müller, Head of Macro Research en DWS. "Ha logrado reducir su dependencia del crecimiento basado en la inversión y en las exportaciones, al tiempo que impulsaba el consumo, los servicios y el desarrollo sostenible. Sin embargo, en lugar de seguir avanzando hacia una economía de mercado normal, ahora se ve obligada a gestionar sus relaciones comerciales con mayor firmeza. En nuestra opinión, se trata de un paso en falso tanto para China como para el resto del mundo", subraya.