La fusión es el uso más eficiente del exceso de capital

El presidente de Bankia promete mayores dividendos en efectivo tras la integración en CaixaBank

01:09h

[caption id="attachment_532283" align="aligncenter" width="584"] El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, durante la junta extraordinaria de accionistas en Valencia.[/caption] La última junta general de accionistas de Bankia ha votado abrumadoramente a favor de la integración en CaixaBank. La junta extraordinaria, celebrada en Valencia, contó con la asistencia de unos 800 accionistas, más la representación de cerca de dos millares, con lo que la participación superó el 80%. La junta ha aprobado así la fusión por absorción de Bankia por parte de CaixaBank, con la extinción de la primera y el traspaso en bloque de todo su patrimonio, a título universal, a la segunda. El jueves, 3 de diciembre, a las 11.00 horas, la junta extraordinaria de accionistas de CaixaBank se reunirá y hará lo propio, votando sobre el proyecto común de fusión. Una vez que los accionistas de CaixaBank hayan dado también su visto bueno, y tras recibir todas las autorizaciones regulatorias necesarias, la fusión será una realidad en el primer trimestre de 2021. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y que lo será también del nuevo grupo, asegura a los accionistas que CaixaBank es el "mejor compañero de viaje". "Estamos seguros de que el futuro de la sociedad que se conforma será mejor que en el de cada una si siguiera por separado", argumenta. "Iniciamos un nuevo proyecto, tremendamente ilusionante, que nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad", insiste. "Ante un cambio tan rápido del entorno, el consejo de administración, que ya en el pasado había dedicado varias sesiones al análisis de la consolidación del sector en España y el posible papel que Bankia podía jugar, entendió que la anticipación era un factor estratégico clave", explica Goirigolzarri. El consejo de la entidad tenía claro que esta anticipación se debía concretar en la búsqueda de un socio con el que unidos consiguiesen ganar un tamaño crítico para obtener economías de escala y así mejorar la eficiencia, disponiendo al mismo tiempo de una mayor capacidad de inversión en tecnología e innovación de forma sostenida. Otro punto clave era el de alcanzar una mayor robustez financiera, con un balance fuertemente provisionado y bien capitalizado, con el objetivo de poder afrontar con fortaleza las consecuencias de la crisis económica generada por las medidas de contención del coronavirus. Igualmente, era primordial que el grupo resultante pudiera alcanzar una rentabilidad sostenible, gracias a tener un modelo de negocio equilibrado y con una fuerte capacidad de generar ingresos de fuentes diversificadas. "Creo que el proyecto de fusión cumple todos estos objetivos", subraya Goirigolzarri, que, aunque admite que todo proceso de integración conlleva cierto riesgo de ejecución, sobre todo en lo que respecta a la integración de las redes de distribución, de los servicios centrales o de los sistemas de información, recuerda la gran experiencia de ambos bancos en acometer procesos de consolidación. El nuevo grupo alcanzará los 0,33 céntimos de beneficio por acción en 2022, lo que supone un 28% superior al nivel que obtendría Caixabank de forma independiente y casi un 70% superior al que lograría Bankia. La rentabilidad podrá alcanzar un 8,2% en 2022, "un nivel muy superior al que alcanzarían las dos entidades de forma independiente", insiste Goirigolzarri. "La rentabilidad de la banca europea no sólo es muy baja, sino que se encuentra, desde hace varios años, por debajo de su coste de capital, algo que para cualquier sector o empresa no es sostenible en el medio plazo", explica Goirigolzarri, que atribuye este hecho a la prolongación de los tipos de interés negativos durante cinco años. El todavía presidente de Bankia pronostica que no habrá tipos positivos hasta mediados de 2027. Esa mejora de la rentabilidad permitirá en el futuro la distribución de unos mayores dividendos en efectivo. "Esta combinación nos debe conducir a unos resultados que nos permitan retribuir el capital, crear valor para todos los accionistas, que son los propietarios del banco", porque el reparto de beneficios es una condición necesaria para la sostenibilidad de cualquier proyecto. "Estamos profundamente comprometidos", subraya Goirigolzarri. El nuevo CaixaBank estará controlado por Criteria, con el 30% del capital; el Frob, con el 16%; los inversores institucionales, el 37%, y los más de 750.000 accionistas particulares, el 17%. El nuevo consejo estará formado por un tercio de consejeros provenientes de Bankia y dos tercios de Caixabank. Habrá tres dominicales entre los 15 miembros, dos representando a Criteria y uno representando al Frob; dos ejecutivos (el presidente y el CEO, Gonzalo Gortázar). El 60% estará compuesto por independientes.

El uso más eficiente del exceso de capital

A las preguntas de accionistas sobre si no había alternativa más eficiente de utilización del exceso de capital en Bankia que en la fusión con CaixaBank, Goirigolzarri responde que no. El objetivo previsto en el plan estratégico para el periodo 2017/2020 que establecía la consecución de un exceso de capital de 2.500 millones de euros se ha conseguido en septiembre, a pesar del entorno de tipos de interés "radicalmente" distinto al planteado y de la crisis generada por la pandemia. Pero el nuevo entorno regulatorio y económico ha ido limitando "mes a mes" las posibilidades de reparto de este capital. "El nuevo entorno ha hecho que esta posibilidad se hiciera remota", argumenta. El exceso de capital se podrá utilizar de una forma "más eficiente" en el proceso de reestructuración tras la fusión, ya que la otra alternativa hubiera sido su aplicación en la reducción de costes o de activos improductivos, opciones con una rentabilidad "clarísimamente inferior".
El presidente de Bankia responde a las intervenciones de representantes sindicales que "todavía no está dimensionado el proceso de reestructuración" pero tratará de que, "en la medida de lo posible", la mayoría de las salidas de trabajadores sea voluntaria, y asegura que "se basará estrictamente en criterios de meritocracia". UGT se han abstenido en la votación de la junta hasta conocer el alcance de la reestructuración, y otros sindicatos como SESFI, UOB o CGT han expresado su rechazo a la fusión y han votado en contra. José Coch (ASIP) exige "equilibrio" entre la necesidad de hacer la empresa viable y garantizar unas buenas condiciones laborales para la plantilla. José Antonio Muñoz (SATE) cree que el consejo de Bankia que "tienen el deber moral de proteger a los suyos" y que la salida de empleados sea voluntaria y teniendo en cuenta la edad. Juan Reynes (UOB) rechaza la fusión porque implica "el cierre de sucursales, menos servicio a la ciudadanía y el despido de miles de trabajadores". Juan Vicente Calderón (CGT) la considera "profundamente antisocial", y critica que "un Gobierno progresista renuncie a la posibilidad de una banca pública". Albertp Martín (Sesfi) avisa que "no toleraremos medidas traumáticas", y que  la fusión traerá consigo una "presión brutal" sobre la plantilla para conseguir objetivos y con ello "estrés, frustración y amargura", a lo que se suma la incertidumbre por la posibilidad de sufrir movilidad geográfica. La Asociación de Profesionales de Bankia (ACB) ha reclamado un "reconocimiento explícito" a los profesionales que han luchado todos estos años con "compromiso y sacrificio" y que se "vele por la integración plena de los trabajadores" en la futura entidad.