La libra brilla ante la mejora de las perspectivas de crecimiento

01:09h

Los índices PMI son el mejor indicador adelantado de crecimiento que tenemos para las economías europeas, y los datos de la semana pasada apuntaron a una rápida mejora de las perspectivas de crecimiento, sobre todo en el sector servicios. Las cifras del Reino Unido, en particular, sorprendieron al alza, y el índice compuesto, que ahora se sitúa en el nivel de 54, es coherente con un crecimiento bastante fuerte, que se produce en una economía que ya se encuentra en pleno empleo. Como era de esperar, la libra se apreció con fuerza frente a todas las demás divisas del G10, salvo el dólar australiano. El perdedor de la semana fue el yen japonés, que cayó más de un 2%, ya que el Banco de Japón pareció despreocuparse de una divisa que está cayendo a niveles que no se veían desde principios de los años 80 en términos nominales y desde los años 60 en términos ajustados a la inflación. Esta semana viene cargada de datos y eventos de los bancos centrales. El martes se publicarán los datos de crecimiento del primer trimestre en la eurozona, junto con los datos de inflación preliminares correspondientes a abril. El miércoles, la Reserva Federal celebrará su reunión de mayo, y los mercados esperan que se ratifique que un recorte de tipos en junio está descartado. Por último, el informe de nóminas no agrícolas de EE.UU. relativo a abril que se publica el viernes cerrará la semana.

EUR

El saludable repunte de los índices PMIs de actividad empresarial en abril subraya la tendencia positiva del crecimiento de la eurozona, tras evitar por los pelos una recesión técnica en el segundo semestre de 2023. Cabe señalar que el índice compuesto muestra una dicotomía extrema entre el sector industrial, que se hunde en la recesión, y una saludable expansión del sector servicios, sin duda favorecida por una economía en pleno empleo y unos balances de los hogares saneados. La sorpresa positiva no parece suficiente para desbaratar el compromiso del Banco Central Europeo con un recorte de tipos en junio. Sin embargo, cualquier movimiento posterior estará condicionado a la continuación de la disociación entre la inflación de EE.UU. y la de la eurozona. Esta disociación se pondrá a prueba esta semana, cuando el martes se publique el informe preliminar de inflación de abril.

USD

El informe del PIB estadounidense del primer trimestre fue todo lo que la Reserva Federal no quería ver. Además de las sorprendentes presiones inflacionistas, la fortaleza de la demanda interna combinada se vio contrarrestada por unos pésimos resultados comerciales, señal de que la sobrevaloración del dólar está perjudicando la competitividad de EEUU. La reunión del FOMC del miércoles será una difícil prueba para las habilidades del presidente Jerome Powell. Aunque un recorte en junio ha quedado efectivamente descartado tanto por los mercados como por los comunicados de la Reserva Federal, habrá dudas sobre la conveniencia de cualquier recorte, e incluso sobre la posibilidad de un mayor endurecimiento ante el repunte de las presiones inflacionistas. El dólar estadounidense ya ha subido con fuerza y podría tener dificultades para seguir subiendo a menos que se empiecen a descontar subidas de los tipos de interés, cosa que no esperamos a menos que la inflación siga sorprendiendo al alza.

GBP

La significativa sorpresa positiva de los índices PMIs de abril hace aún menos probable que el Banco de Inglaterra pueda recortar los tipos antes de septiembre. El auge del sector servicios contrasta con un sector industrial que sigue en recesión, pero es en los servicios donde los peligros inflacionistas siguen acechando en el Reino Unido. Es probable que los tipos de interés británicos se mantengan relativamente altos, ante una economía en expansión en un contexto de pleno empleo y unas persistentes presiones inflacionistas,  por lo que esperamos que la reciente subida de la libra continúe.