Un buen dato de sentimiento del consumidor, un muy buen dato del ISM industrial y un dato regular de empleo, pero con actualizaciones al alza de los dos últimos meses, han configurado un panorama alcista de esos que Wall Street no suele desaprovechar. Y no lo desaprovechó.

Los inversores se dedicaron durante toda la jornada a disipar las dudas que ya comenzaban a esparcirse por los corrillos, en donde comenzaban a valorarse las posibilidades de dar cuartelillo a los profetas del inminente recorte. Tendrá que esperar. Por lo menos hasta el lunes, porque lo que es hoy, subida de principio a fin.

Las consecuencias del rally se han hecho notar al cierre. El S&P 500 ve los 1.500 puntos desde arriba, y el Dow Jones ha superado a la primera, aunque muy justito, eso sí, la barrera de los 14.000 puntos. La clave, a mi entender (que ya saben ustedes que ando bastante justito) va a estar en el Dow Jones. El gráfico dice que está en el borde superior del canal, que lo ha roto incluso:

El lunes puede ser el día de la verdad. Si sigue hacia arriba y nos deja dos cierres seguidos por encima de la línea nos dejará ante grandes posibilidades de seguir al alza. Pero tampoco sería de extrañar un cierto estancamiento en este nivel. Al fin y al cabo, desde aquí sólo queda el asalto a máximos históricos. y eso son palabras mayores.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 1,08%, el S&P 500 un 1,01% y el Nasdaq Composite un 1,18%. Ciertamente, están disparados.