Pero lo más destacable no es el Dow Jones y su segundo mayor cierre de la historia. Desde mi punto de vista, lo más destacable es el hecho de que el S&P 500 parece decidido a recortar la ventaja que le saca el Dow y ha subido con mayor fuerza, ratificando que el movimiento de fondo es alcista y que parece ir en serio.

Sin embargo, mucho ojo. No están las cosas para muchas florituras y el mercado está apostando de forma bastante descarada a que la Fed se va a mantener en sus trece a pesar del aparente debate interno y que demócratas y republicanos serán capaces de alcanzar un acuerdo rápidamente para no poner en peligro el crecimiento con los recortes presupuestarios.

Porque, para colmo de coincidencias, la subida se produce coincidiendo con una nueva caída de las acciones de Apple. ¿Recuerdan cuando todos los males del mundo y las bajadas bursátiles eran causados por Apple y su descenso en Bolsa? Pues bien, hoy ha bajado un 2,42%, ha marcado mínimos de 52 semanas y el mercado ha subido. Una excusa más que apuntar para no volver a creer.

No quiero pensar que en pocos días pueda haber un acuerdo, siquiera un acercamiento, entre demócratas y republicanos para terminar con el secuestro del presupuesto federal. Puede que el mercado valore que el desacuerdo obliga a unos recortes necesarios, pero sin duda valorará más que haya un acuerdo que despeje el futuro.

Pues eso, que sin acuerdo y el Dow campando por zona de máximos históricos. Que sin acuerdo y el S&P 500 subiendo decididamente. Que sin acuerdo y el Nasdaq Composite subiendo a pesar de que cae Apple. ¿Quién me habla de sentimientos negativos?

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,27%, el S&P 500 un 0,46% y el Nasdaq Composite un 0,39%.