La lógica del recorte se impuso en las Bolsas europeas tras el arranque de esta semana y ante la posibilidad de que con el mercado cerrado peuda ocurrir algo que trastoque las actuales expectativas.

Lo cierto es que en fin de semana siempre puede ocurrir cualquier cosa y el mercado está cerrado, pero cuando en Corea del Norte un loco anda suelto y presuntamente con bombas nucleares, es entendible el temor de muchos.

Pero no es menos entendible que con los ministros de Economía del Eurogrupo reunidos en Dublín, el temor se extienda por los mercados. Estos tipos son capaces de armar cualquier marimorena tras apenas diez minutos de videoconferencia, así que imaginen de lo que son capaces después de un día de reunión.

En la mente de todos está presente aún la patochada de Djisselbloem tras el rescate a Malta y, sobre todo, la inutilidad de estas reuniones. Hagamos la prueba del algodón. Cuatro rescates en Europa: Irlanda, Portugal, Grecia y Chipre y ninguno se parece al otro. En cada nuevo rescate se ha hecho una nueva probatura y en general cada una es un pequeño desastre.

Y todo por lo hacer lo que todo el mundo sabe que hay que hacer pero a lo que Frau Nein se niega. Cuando lleguen a hacerlo, llegarán tarde. Ya lo verán.

Pero a lo que iba. Ni siquiera la constatación de que el Eurogrupo aprueba la ampliación del plazo de devolución de las ayudas para Irlanda y Portugal sirvió para detener las pérdidas. Esta vez parece que los ministros de Economía no han hecho grandes estropicios, pero esa noticia ya se descontó en su momento. Y es costumbre en el mercado comprar con el rumor y vender con la noticia.

Total, que realización de beneficios y liquidez para el fin de semana. Al cierre, el Dax se dejó un 1,61%, el FTSE un 0,49%, el CAC un 1,23% y el Ibex un 1,46%